PRESTAR SIEMPRE ATENCIÓN A LOS POBRES, INMIGRANTES, DESEMPLEADOS Y SIN TECHO: PALABRAS DEL PAPA A REPRESENTANTES DE DIALOP (10/01/2024)

Al recibir este 10 de enero a los representantes del proyecto de diálogo DIALOP Transversal, una iniciativa nacida en 2014 entre socialistas y cristianos para una ética social común y una ecología integral, el Papa Francisco los invitó a construir un futuro mejor para un mundo “dividido por guerras y polarizaciones” y a prestar siempre atención a los pobres, emigrantes, desocupados y sin techo. “La medida de una civilización se ve por cómo se trata a los más vulnerables”, dijo el Santo Padre, en el mensaje cuyo texto transcribimos a continuación, traducido del italiano:

Queridos amigos, buenos días:

Les doy la bienvenida a ustedes, representantes de DIALOP, desde hace muchos años comprometidos en la promoción del bien común a través del diálogo entre socialistas/marxistas y cristianos. ¡Un hermoso programa!

Un escritor latinoamericano dijo que los hombres tienen dos ojos, pero uno de carne y el otro de vidrio. Con el primero ven lo que miran, con el otro lo que sueñan. ¡No pierdan la capacidad de soñar! Hoy, en un mundo dividido por guerras y polarizaciones, corremos el riesgo de perder la capacidad de soñar. Pero nosotros los argentinos decimos: «no te arrugues», una expresión que significa “no te detengas”. Y esto es la invitación que les hago también a ustedes: no se detengan, no se rindan, no dejen de soñar un mundo mejor. Es en la imaginación, de hecho, que inteligencia, intuición, experiencia y memoria histórica se encuentran para crear, aventurarse y arriesgar. Cuántas veces, a lo largo de los siglos, han sido precisamente los grandes sueños de libertad y de igualdad, de dignidad y fraternidad, un espejo del sueño de Dios, los que han producido transformaciones y progreso. En esta óptica, quisiera pedirles tres actitudes que considero válidas para su compromiso: la valentía de romper los esquemas, la atención a los débiles y la promoción de la legalidad.

Primero: tener la valentía de romper los esquemas para abrirse, en el diálogo, a nuevos caminos. En un tiempo marcado a varios niveles por conflictos y divisiones, no perdamos de vista lo que aún se puede hacer para cambiar la ruta. En contra de los enfoques rígidos que separan, cultivemos con corazón abierto la discusión y la escucha, no excluyendo a nadie, a nivel político, social y religioso, para que la contribución de cada uno pueda, en su concreta peculiaridad, ser acogido positivamente en los procesos de cambio a los que está vinculado nuestro futuro.

Segundo: la atención a los débiles. La medida de una civilización se ve en cómo son tratados los más vulnerables – no olvidemos que las grandes dictaduras, pensemos en el nazismo, descartaban a los vulnerables, los asesinaban, los descartaban –: pobres, desempleados, sin techo, inmigrantes, explotados y todos aquellos que la cultura del descarte transforma en desechos. Y esa es una de las cosas más terribles. Una política verdaderamente al servicio del hombre no puede dejar que le dicten leyes las finanzas y los mecanismos de mercado. No. La solidaridad, más que virtud moral, es exigencia de Justicia, que pide corregir las distorsiones y purificar las intenciones de los sistemas inequitativos, incluso a través de cambios radicales de perspectiva al compartir desafíos y recursos entre los hombres y los pueblos. Por eso me gusta llamar “poeta social” a quien se compromete en este campo, porque poesía es creatividad, y aquí se trata de poner la creatividad al servicio de la sociedad, para que sea más humana y fraterna. No tengan miedo de la poesía, la poesía es creatividad. No olvidemos esta capacidad de soñar.

Finalmente, la legalidad. Lo que hemos dicho hasta ahora implica el compromiso por enfrentar la plaga de la corrupción, de los abusos de poder y de la ilegalidad. Solo en la honestidad, de hecho, se pueden instaurar relaciones sanas y se puede cooperar con confianza y eficacia en la construcción de un mejor porvenir.

Queridos amigos, les agradezco por su compromiso en el diálogo. Siempre existe mucha necesidad de dialogar, ¡no tengan miedo! Pido por ustedes y les deseo sabiduría y valentía en su trabajo por un mundo más justo y pacífico. Que el Evangelio de Jesucristo pueda siempre inspirar e iluminar su investigación y sus acciones. Gracias.

Comentarios