APOYEN A LOS PEQUEÑOS MUNICIPIOS ITALIANOS DESATENDIDOS: PALABRAS DEL PAPA A ASOCIACIÓN PARA LA SUBSIDIARIEDAD Y LA MODERNIZACIÓN DE LOS ENTES LOCALES (20/01/2024)

Este 20 de enero, en la Sala Clementina, el Papa Francisco recibió a la Asociación para la Subsidiariedad y la Modernización de los Entes Locales (ASMEL) que en Italia impulsa procesos de modernización y difunde buenas prácticas. En su discurso, el Papa subrayó el abandono de las zonas del interior y la despoblación por falta de oportunidades debido a la escasez de recursos. Es necesario descubrir oportunidades donde otros ven limitaciones, o recursos en lo que se considera desperdicio, dijo, sugiriendo sitios de bienestar y participación comunitaria. Compartimos a continuación, el texto completo de su discurso, traducido del italiano:

Gentiles señores y señoras, bienvenidos:

Con gusto encuentro a su Asociación, nacida en 2010 para contribuir al buen funcionamiento de los Entes Locales italianos, según el principio de subsidiariedad, muy importante para la Doctrina Social de la Iglesia.

Los territorios de los que provienen experimentan algunas de las contradicciones de la sociedad actual y de su modelo de desarrollo. Los pequeños municipios, sobre todo aquellos que forman parte de las llamadas áreas internas, y que son la mayor parte, son a menudo olvidados y se encuentran en condición de marginalidad. Los ciudadanos que ahí viven, una porción significativa de la población, sufren brechas importantes en términos de oportunidades y eso sigue siendo una fuente de desigualdad.

En la raíz de estas brechas está el hecho de que resulta demasiado caro ofrecer a estos territorios la misma dotación de recursos que a las otras áreas del país. Vemos aquí un ejemplo concreto de la cultura del descarte: «todo aquello que no sirve para la ganancia es descartado» [1]. Se desencadena así un círculo vicioso: la falta de oportunidades impulsa a menudo a la parte más emprendedora de la población a irse y esto hace que los territorios marginales sean cada vez menos interesantes, estén cada vez más abandonados a sí mismos. Se quedan sobre todo los ancianos y aquellos a los que les cuesta más trabajo encontrar alternativas. Como consecuencia, crecen estos territorios y la necesidad de un estado social, mientras disminuyen los recursos para darles respuesta.

Existe otro aspecto de esta dinámica. Es en las áreas internas, marginales, donde se encuentra la mayor parte del patrimonio natural (bosques, áreas protegidas, etc.): son, por tanto, de importancia estratégica en términos ambientales. Pero la disminución progresiva de la población hace más difícil el cuidado del territorio, que desde siempre los habitantes de estas zonas han realizado. Los territorios abandonados se vuelven más frágiles y su inestabilidad se convierte en causa de desastres y emergencias, especialmente hoy con los eventos extremos cada vez más frecuentes: por ejemplo, lluvias torrenciales, inundaciones, deslaves; sequía e incendios; tempestades con fuertes vientos, etc. Al mirar estos territorios, confirmamos el hecho de que escuchar el grito de la tierra significa escuchar el grito de los pobres y los descartados, y viceversa: y la fragilidad de las personas y del medio ambiente y reconocemos que todo está conectado – ¡todo está conectado! –, que la búsqueda de soluciones requiere leer, en conjunto, fenómenos que a menudo se piensan como separados. Todo está conectado.

Estas cosas ustedes las conocen muy bien. Hoy quiero agradecerles por su compromiso y por su trabajo, que busca contribuir a proteger la dignidad de las personas y a cuidar la casa común, incluso con recursos escasos y entre miles de dificultades. Hay una necesidad creciente de este compromiso, por lo cual los invito a no bajar la guardia y a no dejarse desanimar.

Está en juego algo más grande que la calidad de vida y el cuidado de los territorios de los que provienen, que de por sí merecen cualquier esfuerzo. Desde siempre, y también hoy, son las áreas marginales las que pueden convertirse en laboratorios de innovación social, a partir de una perspectiva – la de los márgenes – que permite ver los dinamismos de la sociedad de manera distinta, descubriendo oportunidades donde otros ven solo obstáculos, o recursos en lo que otros consideran desechos. Las prácticas sociales innovadoras, que redescubren formas de convivencia mutua y reciprocidad y que reconfiguran la relación con el medio ambiente en la clave del cuidado – desde las nuevas formas de agricultura hasta las experiencias de welfare de comunidad – requieren ser reconocidas y apoyadas, para alimentar un paradigma alternativo ventajoso para todos.

Pensando en su ámbito de compromiso, quisiera sugerirles una tendencia entre las muchas a las que hay que prestar atención: la de la búsqueda de nuevas relaciones entre lo público y lo privado, en particular lo privado social, para superar viejas formas de organización y explotar plenamente las posibilidades que hoy prevé la legislación. La falta de recursos en las áreas marginales nos hace más dispuestos a colaborar por lo que aparece como un bien común, nace así la oportunidad de abrir campos de participación, favoreciendo una renovación de la democracia en su significado sustancial.

Otra tendencia prometedora es la de las nuevas tecnologías, en particular el recurso a las distintas formas de inteligencia artificial. Estamos descubriendo qué poderosas pueden ser como instrumentos de muerte. Podemos imaginar lo beneficioso que este poder podría resultar si es utilizado no para la destrucción, sino en la lógica del cuidado [2]: cuidado de las personas, cuidado de las comunidades, cuidado de los territorios y cuidado de la casa común.

Y hablando del cuidado, me preocupan los pocos nacimientos. Existe una “cultura de la despoblación” que viene de los pocos nacimientos de niños. Es verdad, todos pueden tener un perrito, pero es necesario tener hijos. Italia, España... necesitan niños. ¡Piensen que uno de estos países mediterráneos tiene una edad promedio de 46 años! Debemos tomar en serio el problema de los nacimientos, tomarlo en serio porque se juega ahí el futuro de la patria, se juega ahí el futuro. Tener hijos es un deber para sobrevivir, para seguir adelante. Piensen en eso: no es una publicidad de una agencia para los nacimientos, si no quiero subrayar el drama de los pocos nacimientos, que debe pensarse seriamente.

Queridos amigos, les deseo todo bien para su trabajo. De corazón los bendiga a ustedes y a sus seres queridos. Y por favor, les pido orar por mí, en mi favor. Gracias.

[Bendición]


[1] Mensaje a los participantes en el Congreso Nacional de la CEI, Salerno, 24-26 de octubre 2014.

[2] cf. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2024, 1º de enero 2024, 6.

Comentarios