EL COMUNICADOR ES NECESARIAMENTE UN CONSTRUCTOR DE PUENTES: PALABRAS DEL PAPA A DIRECTIVOS Y EMPLEADOS DE TV2000 Y RADIO INBLU (29/01/2024)

Al dar su bienvenida en el Aula Pablo VI este 29 de enero, a los directivos y empleados de TV 2000 y Radio inBlu con ocasión del 25º aniversario de la creación de TV2000 y del circuito inBlu2000, el Papa Francisco insistió en tres palabras: proximidad, corazón y responsabilidad. En su mensaje, el Santo Padre les recordó que “están llamados a ser mensajeros que informan con respeto y competencia, contrarrestando las divisiones y la discordia”. Compartimos a continuación el texto pronunciado por el Papa, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Me alegra recibirlos con ocasión del 25º aniversario del nacimiento de TV2000 y del circuito inBlu2000. Saludo a Mons. Giuseppe Baturi, Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana, y a Mons. Piero Coccia, Presidente de la Fundación “Comunicación y Cultura” y de “Rete Blu”, y a todos ustedes que trabajan en estos medios.

Han pasado diez años desde nuestro anterior encuentro y mucho ha cambiado en el panorama mediático. La innovación tecnológica ha transformado la forma de producir contenidos, así como su uso; y ahora la inteligencia artificial «está modificando radicalmente la información y la comunicación y, a través de ellas, algunos de los fundamentos de la convivencia civil» (Mensaje para la LVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones).

En esta vorágine, que parece arrastrar no sólo a los trabajadores del sector sino un poco a todos nosotros, existen sin embargo algunos principios que permanecen fijos, como estrellas a las que hay que mirar para orientarse y no perder el rumbo. Y esto les concierne especialmente a ustedes, que, junto con el periódico “Avvenire” y la Agenzia Sir, tienen una pertenencia muy precisa: la Conferencia Episcopal Italiana. Esto no es un límite, es más, es una expresión de gran libertad, porque recuerda que la comunicación y la información tienen siempre sus raíces en lo humano. Y, una vez más, subraya la importancia de encarnar la fe en la cultura, en particular a través del testimonio, contando historias en las que la oscuridad que nos rodea no apague la luz de la esperanza. Es fundamental recordar y vivir esta pertenencia. Por eso me gustaría señalarles tres palabras para continuar en el camino de su trabajo.

La primera es la proximidad, el estar cerca. Cada día – a través de la televisión o la radio – ustedes están cerca de muchas personas, que encuentran en ustedes amigos de los que pueden recibir información, con los que pueden pasar agradablemente el tiempo, o ir al descubrimiento de nuevas realidades, experiencias y lugares. Y esta proximidad se extiende también a los territorios y periferias donde vive la gente. Me gusta pensar que la proximidad es una de las cualidades de Dios que se ha hecho cercano a nosotros. Son tres las cosas que nos hacen ver a Dios: la proximidad: se hace cercano; la ternura: Dios es tierno; la compasión: siempre perdona. No olviden esto: proximidad, compasión y ternura. Los animo a seguir creando redes, a tejer lazos, a contar lo bueno y lo bello de nuestras comunidades – con proximidad –, a volver protagonistas a quienes habitualmente acaban como comparsas o ni siquiera son tomados en cuenta. La comunicación – lo sabemos – corre el riesgo de alinearse a ciertas lógicas dominantes, de plegarse al poder o incluso de construir fake news. No caigan en la tentación de alinearse, vayan contracorriente, siempre gastando la suela de los zapatos y encontrando a la gente. Sólo así pueden ser “auténticos por vocación”, como dice un eslogan suyo. Y nunca olviden a los que están en los márgenes, a las personas pobres, a las personas solas y, aún más terrible, a las personas descartadas.

La primera palabra era proximidad, la segunda que les dejo es corazón, en el origen de su significado bíblico y de la tradición cristiana. En estos últimos años la han encontrado a menudo en los Mensajes para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Podría parecer fuera de lugar acercar el corazón al mundo tecnológico, como es ahora el mundo de la comunicación, pero todo nace de ahí. No se puede observar un hecho, no se puede entrevistar a alguien, no se puede contar algo si no es a partir del corazón. De hecho, la comunicación no se resuelve en la transmisión de una teoría o en la ejecución de una técnica, sino que es un arte que tiene en su centro la «capacidad del corazón que hace posible la proximidad» (Exhort. apostólica Evangelii gaudium, 171). Esto permite hacer espacio al otro – encogiendo un poco el del yo –, liberarse de las cadenas de los prejuicios, decir la verdad sin separarla de la caridad. ¡Nunca separen los hechos del corazón! Y después, tener valor. No es casualidad que “coraje” venga de cor. Quien tiene corazón también tiene el valor de ser alternativo, sin por ello volverse polémico o agresivo; de ser creíble, sin tener la pretensión de imponer su propio punto de vista; de ser constructor de puentes. Y esto es muy importante: un comunicador – podemos pensar en él como en un puente, porque el comunicador es necesariamente un constructor de puentes.

Y la tercera palabra es responsabilidad. Cada uno debe hacer su parte para asegurar que todas las formas de comunicación sean objetivas, respetuosas de la dignidad humana y atentas al bien común. De esta manera, podremos reparar las fracturas, transformar la indiferencia en acogida y relación. El de ustedes es uno de esos oficios que tienen el carácter de la vocación: están llamados a ser mensajeros que informan con respeto, con competencia, contrastando las divisiones y la discordia. Y recordando siempre que, en el centro de cada nota, en el centro de cada artículo de cada programa está la persona: no olviden esto. Es precisamente eso lo que da sentido a la comunicación.

Queridos amigos, hace diez años iniciaron una etapa de replanteamiento y reorganización de su trabajo; en estos días han añadido una pieza más con el lanzamiento de su “App”. Que ella también contribuya a comunicar con proximidad, corazón y responsabilidad. Sigan adelante por este camino, recordando lo que decía su patrono San Francisco de Sales: «No es por la grandeza de nuestras acciones por lo que agradaremos a Dios, sino por el amor con que las realizamos». (Trattenimenti spirituali). Los bendigo de corazón. Y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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