EL PELIGRO MAYOR DE LA HUMANIDAD ES LA FALTA DE VOLUNTAD PARA CONSTRUIR LA PAZ: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DE LEADERS POUR LA PAIX (02/12/2022)

El Papa Francisco recibió en la Biblioteca del Palacio Apostólico, al mediodía de este 2 de diciembre, a los miembros de la ONG, Líderes por la Paz, Leaders pour la Paix, que están participando en la Universidad Pontificia Lateranense en la Escuela Itinerante de la Paz. El Sumo Pontífice afirmó que el peligro mayor de la humanidad amenazada por la guerra es la falta de voluntad para construir la paz. El sacrificio de vidas humanas, el sufrimiento de la población, la destrucción indiscriminada de estructuras civiles, la violación del principio de humanidad son crímenes internacionales, agregó el Santo Padre. Transcribimos a continuación las palabras del Papa, traducidas del italiano:

Señoras y señores:

Me alegro por este momento de encuentro con ustedes, miembros de Leader pour la Paix, y les agradezco por la presencia y la actividad de su Escuela Itinerante de Paz, que tiene lugar en estos días en la Pontificia Universidad Lateranense.

Ser un Leader pour la Paix en el momento que estamos atravesando es una gran responsabilidad y no sólo un compromiso. Nos hemos dado cuenta de que la familia humana, amenazada por la guerra, corre un peligro más grave: la falta de voluntad para construir la paz. Su experiencia les enseña que, ante la guerra, hacer callar las armas es el primer paso a realizar, pero después habrá que reconstruir el presente y el futuro de la convivencia, de las instituciones, de las estructuras y los servicios. La paz requiere formas de reconciliación, valores compartidos y – algo indispensable – caminos de educación y formación.

Construir la paz nos pide ser creativos, superar, si es necesario, los esquemas habituales de relaciones internacionales y al mismo tiempo enfrentar a cuantos confían a la guerra la tarea de resolver las controversias entre los Estados y en los Estados, o incluso piensan implantar con la fuerza las condiciones de Justicia necesarias para la coexistencia entre los pueblos. No podemos olvidar que el sacrificio de vidas humanas, los sufrimientos de la población, la destrucción indiscriminada de estructuras civiles, la violación del principio de humanidad no son “efectos colaterales” de la guerra, no, son crímenes internacionales. Eso debemos decirlo y repetirlo.

Usar las armas para resolver los conflictos es signo de debilidad y fragilidad. Negociar, avanzar en el proceso de mediación e iniciar la conciliación requiere valentía. La valentía de no sentirse superiores a los demás, la valentía de enfrentar las causas del conflicto, abandonando intereses y designios de hegemonía; la valentía de superar la categoría del enemigo, para convertirse en constructores de la fraternidad universal, que encuentra fuerza en las diversidades y unidad en las aspiraciones comunes de toda persona.

Aún más se requiere la valentía de trabajar juntos ante los desafíos de los últimos que exigen no una paz teórica, sino esperanza de vida. Construir la paz significa entonces iniciar y apoyar procesos de desarrollo para eliminar la pobreza, vencer el hambre, garantizar la salud y los cuidados, cuidar la casa común, promover los derechos fundamentales y superar las discriminaciones determinadas por la movilidad humana. Solo entonces la paz se convertirá en sinónimo de dignidad para cada uno de nuestros hermanos y hermanas.

Sobre todos ustedes y sobre su trabajo invocó toda gracia de Dios y les pido no olvidarse de orar por mí. Y si alguno no hace oración porque no sabe o no puede, al menos mándenme “buenas ondas”: ¡lo necesito para este trabajo! Gracias.

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