SINERGIA POR LA PAZ, UNA SOLA VOZ POR LA DIGNIDAD HUMANA: MENSAJE DE LEÓN XIV A CONGRESO DE LÍDERES DE RELIGIONES MUNDIALES Y TRADICIONALES (17/09/2025)

En su mensaje a los participantes del VIII Congreso de Astana, Kazajistán, que se realiza del 17 al 18 de septiembre, León XIV recuerda que cuando los líderes de diferentes confesiones “se unen en defensa de los más vulnerables, de nuestra casa común y de la dignidad de todas las personas, dan testimonio de la verdad de que la fe une más que divide”. El futuro que soñamos de paz, fraternidad y solidaridad, concluye el Pontífice en su mensaje fechado el pasado 14 de septiembre, «requiere el compromiso de todas las manos y todos los corazones». Transcribimos a continuación el texto completo de su mensaje, traducido del inglés:

Paz, Shalom, Salam, Бейбітшілік (Beybitshilik):

Envío mis sinceros saludos a todos los que participan en el 8º Congreso de líderes de religiones mundiales y tradicionales, reunidos en Astana bajo el tema “Diálogo de religiones: sinergia para el futuro”. En particular, reconozco con gratitud a Su Excelencia el Sr. Kassym-Jomart Tokayev, Presidente de la República de Kazajistán. Se han reunido desde todos los rincones del mundo para renovar amistades y forjar nuevas, unidos en nuestro deseo común de curar a nuestro fracturado y herido mundo. Este tema es especialmente actual, subrayando el papel vital del diálogo interreligioso en una época marcada por conflictos violentos.

En esencia, “sinergia” significa trabajar juntos – tanto unos con otros y con el Divino. Todo impulso religioso auténtico fomenta el diálogo y la cooperación, basado en nuestra conciencia innata de la interdependencia que une a los individuos y las naciones. Desde esta perspectiva, trabajar juntos en armonía no es meramente una opción pragmática, sino un reflejo del profundo orden de la realidad. Se alinea con el tejido de nuestra existencia compartida como miembros de una sola familia humana. En lo profundo de nuestra conciencia, este estar conscientes da origen a un profundo sentido de solidaridad – la convicción de que somos responsables unos de otros (cf. Juan Pablo II, Sollicitudo Rei Socialis, 30 de diciembre 1987, 38). La solidaridad, entonces, es sinergia en acción: la expresión vivida de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos a una escala global.

Dicha colaboración no es un llamado a borrar diferencias, sino más bien una invitación a abrazar la diversidad como una fuente de enriquecimiento mutuo. La Iglesia Católica, Por su parte, reconoce y estima todo lo que es “verdadero y santo” en otras religiones (Nostra Aetate, 28 de octubre 1965, 2). De hecho, busca fomentar la auténtica sinergia trayendo los distintos dones de cada tradición a la mesa del encuentro, donde cada credo contribuye con su sabiduría única y su compasión en el servicio al bien común.

En esta tarea, “sinergia para el futuro” no es un eslogan abstracto sino una realidad viva que ya ha comenzado a dar fruto. La reunión histórica de líderes religiosos para orar en Asís en 1986, convocada por el Papa Juan Pablo II, demostró que no puede haber paz entre las naciones sin paz entre las religiones. Más recientemente, el Documento sobre la Fraternidad Humana para la paz mundial y la convivencia, firmado en Abu Dhabi en 2019 por mi venerable predecesor el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, ofreció un plan claro de cómo la sinergia religiosa puede hacer avanzar la paz global y la coexistencia. Atestiguamos este mismo espíritu en la última reunión de este Congreso en 2022, donde líderes de distintos credos, incluyendo al Papa Francisco, se reunieron para condenar la violencia y el extremismo, para abogar por el cuidado de los refugiados y hacer un llamado a los líderes para trabajar juntos por la paz. Estos compromisos de alto nivel se reflejan en acciones concretas: cuando los desastres naturales impactan, cuando los refugiados son forzados a huir o cuando las familias sufren por la pobreza extrema y el hambre, las comunidades de fe a menudo se unen, trabajando lado a lado para traer consuelo y esperanza a los que están en la necesidad.

El futuro que imaginamos – un futuro de paz, fraternidad y solidaridad – pide el compromiso de todas las manos y todos los corazones. Cuando los líderes religiosos Se unen en defensa de los más vulnerables de la sociedad, plantando árboles para cuidar nuestra casa común, o levantan una voz unida en apoyo de la dignidad humana, dan testimonio de que es verdad que la fe une más que dividir. De esta forma, la sinergia se convierte en un signo poderoso de esperanza para toda la humanidad, revelando que la religión, en su núcleo, no es una fuente de conflicto sino un manantial de curación y reconciliación.

Con estos sentimientos, confío que el trabajo de este Congreso nos inspirará a trabajar sin descanso por la armonía, creando una sinergia por la paz – una que, cómo he dicho antes, “es desarmada y desarma, es humilde y perseverante”, buscando siempre la caridad y acercándose a los que sufren (Urbi et Orbi, 8 de mayo 2025). Oremos lado a lado, silbamos hombro con hombro y hablemos con una voz donde quiera que la dignidad humana esté en riesgo. Que el todopoderoso bendiga nuestros esfuerzos y traiga frutos abundantes para el bien de todos los pueblos.

Desde el Vaticano, 14 de septiembre 2025

LEÓN PP. XIV

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