SEGUIR SIENDO UNA OBRA DE CARIDAD DEL PAPA PARA LOS POBRES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: ESTABLECIMIENTO DEL FONDO “POPULORUM PROGRESSIO” EN SUSTITUCIÓN DE LA FUNDACIÓN DEL MISMO NOMBRE (16/09/2022)

Para “promover una mayor vinculación con las Iglesias locales” y hacer más efectivos los programas de desarrollo integral en las comunidades indígenas y afrodescendientes más olvidadas y pobres de América Latina, el Papa Francisco con un Rescripto vigente desde este 16 de septiembre – con su publicación en L'Osservatore Romano y en el comentario oficial de las Acta Apostolicae Sedis – ha ordenado la supresión de la Fundación Populorum Progressio, dentro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y la creación de un Fondo con el mismo nombre, confiándolo al CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano. El Pontífice explicó sus motivaciones en su discurso a los miembros del Consejo de Administración de la Fundación a quienes recibió hoy en audiencia en la Biblioteca Pontificia del Palacio Apostólico Vaticano. Transcribimos a continuación el texto del discurso del Santo Padre, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos:

Agradezco a Mons. del Río por su introducción; saludo a Mons. Cabrejos, Presidente del CELAM y a Sor Alessandra Smerilli, Secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y saludo a cada uno y cada una de ustedes.

San Pablo VI, el 26 de marzo de 1969, fecha en que se celebraba el segundo aniversario de su Encíclica Populorum progressio, instituyó un Fondo para ayudar a los campesinos pobres y promover la reforma agraria, la justicia social y la paz en América Latina, según las orientaciones ofrecidas por los Episcopados de aquel continente.

En 1992, en ocasión del quinto centenario del inicio de la Evangelización del Continente Americano, se reunió la IV Asamblea General del Episcopado Latinoamericano, en tal ocasión San Juan Pablo II quiso instituir una Fundación autónoma “Populorum Progressio” con la finalidad de promover el desarrollo integral de las comunidades de campesinos más pobres de América Latina. Así escribía: «Este quiere ser un gesto de amor solidario de la Iglesia hacia cuántos se encuentran en el abandono y necesitan mayormente de protección, como lo son las poblaciones indígenas mestizas y afroamericanas. [...] La Fundación se dispone a colaborar con todos aquellos que, conociendo la sufriente condición de los pueblos latinoamericanos, desean contribuir a su desarrollo integral, actuando de manera que la doctrina social de la Iglesia encuentre una justa y oportuna aplicación» (Quirógrafo de institución de la Fundación “Populorum Progressio”, 13 de febrero 1992).

Deseo expresar mi gratitud a cuántos en estos treinta años han trabajado para esta fundación, que ahora cambia de forma pero – quiero subrayarlo – mantiene su misión y sigue siendo una obra de caridad del Papa.

Muchas familias en América Latina y el Caribe sobreviven en condiciones infrahumanas. Como subraya el Documento conclusivo de Aparecida, « los excluidos no son solamente “explotados”, sino “sobrantes”, “descartados”» (n. 65). La Asamblea eclesial del Continente, que aún está en desarrollo, ha sido una oportunidad para escuchar el grito de los pobres, y el Sínodo sobre la Amazonia nos ha acercado a la realidad de exclusión en que viven las comunidades indígenas y afrodescendientes. Los cuatro sueños que quise compartir con la Amazonia se extienden a todo el continente y a toda la humanidad. Es necesario que «ante los distintos modos actuales de eliminar o ignorar a los demás, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limite a las palabras» (Enc. Fratelli tutti, 6).

Recorriendo el camino sinodal debemos crecer como Iglesia “samaritana” que consuela, se compromete y se inclina para tocar las llagas de la carne sufriente de Cristo en el pueblo (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24). Él quiso identificarse con los más pobres y marginados y nos ofrece su presencia misericordia en ellos (cf. Mt 25, 31-46).

Nuestro deseo es que estas iniciativas de solidaridad demuestren que es posible cambiar, que la realidad no está bloqueada. Si se emprenden con sabiduría y coherencia, serán un signo que esperamos pueda motivar a muchos.

La reforma de la Curia Romana que estamos llevando adelante y que ha encontrado expresión en la Praedicate Evangelium, nos está poniendo ante una serie de cambios necesarios. Entre ellos el que concierne a la Fundación Populorum progressio, que cumple 30 años y ha servido a la causa de los pobres en el Continente, según el deseo de San Pablo VI, confirmado por San Juan Pablo II. En este contexto se hace necesario promover una mayor relación con las iglesias locales, con el fin de hacer más eficaces los programas de desarrollo integral en las comunidades indígenas y afrodescendientes más descuidadas, inmersos en la miseria y el abatimiento.

Los pobres no deben ser vistos como destinatarios de una obra de beneficencia. Deben ser parte activa del discernimiento de las necesidades más urgentes. «No necesitamos un proyecto de pocos dirigido a pocos, o de una minoría iluminada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo» (Evangelii gaudium, 239). Es importante liberarnos de mentalidades paternalistas, que ensanchan la separación entre aquellos llamados a formar una sola familia.

Ya Juan Pablo II, en el Mensaje por el décimo aniversario de la Fundación, subrayó cómo «es digno hacer notar el hecho de que las iglesias particulares de América latina participen igualmente en el financiamiento de los proyectos. Además, una característica del trabajo de la Fundación es que las personas que ejercen la responsabilidad de aprobar los proyectos y decidir la distribución de los fondos provengan de las mismas áreas en que las iniciativas son realizadas» (14 de junio 2002).

Por tales razones, deseando que la ayuda al desarrollo de los proyectos siga siendo expresión de la caridad del Papa, pero no tenga su centro en la Curia Romana, y también en la línea de la simplificación, encomendado al CELAM la tarea de ayudarnos en el análisis de los proyectos y en su realización. El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral mantendrá la responsabilidad de la administración del fondo que será vinculado al servicio de esta misión.

Como afirmaba Benedicto XVI a los participantes en la reunión del Consejo de administración de la Fundación “Populorum Progressio” el 14 de junio de 2007, «esta obra, emprendida hace quince años, debe continuar siguiendo los principios que han distinguido su esfuerzo a favor de la dignidad de todo ser humano y de la lucha contra la pobreza».

Renuevo mi agradecido aprecio a cuántos han prestado su servicio en la Fundación. Y deseo también expresar reconocimiento a los organismos internacionales que han colaborado y los animó a dar continuidad a tal esfuerzo.

La Virgen María, en la Visitación, se nos presenta solícita y preocupada en ponerse al servicio. Que ella nos impulse, con su afecto y ternura de madre, a estar cerca de los más pobres y los olvidados, que Dios ciertamente no olvida.

Queridos hermanos y hermanas, les agradezco por su compromiso. Los bendigo de corazón y los acompaño con mi oración. Y también ustedes, por favor, no se olviden de orar por mí.

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