SUPERAR LA CONCEPCIÓN IDEOLÓGICA ILUMINISTA DE LA EDUCACIÓN: PALABRAS DEL PAPA A LOS HERMANOS MARISTAS (24/03/2022)

El Papa Francisco recibió en la Sala del Consistorio del Vaticano, este 24 de marzo, a los Hermanos Maristas con motivo de su Conferencia General y les instó a trabajar en el campo de la educación, para contrarrestar la “mentalidad mundana que contamina la ecología, haciéndola ideológica y superficial: El horizonte de Dios es, en cambio, el de una ecología integral, que mantiene unidas las dimensiones social y ambiental”. Transcribimos a continuación, el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos, buenos días y bienvenidos:

Agradezco al Superior General por sus palabras y saludo a todos ustedes que participan en la Conferencia General de su Instituto una cita muy importante que los convoca cada ocho años, entre dos Capítulos Generales.

Se trata entonces de un momento fuerte de reflexión, de lectura de los signos de los tiempos, y también para verificar cómo va el camino y cómo son recibidas las indicaciones proporcionadas por el Capítulo anterior. Pero no mirando hacia atrás, siempre mirando hacia adelante. Como alguien que se encuentra en el timón de un barco: para ver si la ruta es correcta no mira la estela que deja a las espaldas, sino mira hacia adelante, teniendo a la vista dos o tres puntos de referencia que le dan orientación. Imagino que también ustedes han revisado el camino con base en algunos puntos firmes. Y el primer punto firme es la Palabra de Dios. Estamos en Cuaresma, y la madre Iglesia nos llama a volver a poner las cosas en el justo orden: en primer lugar Dios y su Palabra. Es fácil decirlo, pero no es fácil hacerlo. Especialmente cuando la Palabra nos pide “mirar hacia adelante”, “mirar más allá”, como dice el título de su Conferencia. ¿Más allá de qué? De la mentalidad mundana, más allá de los intereses de corto plazo, más allá de una perspectiva parcial, para poder abrirse al horizonte de una fraternidad universal. Pero siempre más allá.

Me parece que es precisamente ésta la perspectiva que escogieron para sus trabajos de estos días, para poder servir de la mejor forma a una familia – la de los hermanos Maristas – que es multicultural y multiétnica, y que entonces le pide a ustedes superar las fronteras, no solamente geográficas, sino de mentalidad. Esto no significa separarse de las propias raíces, absolutamente no. No existe contradicción entre fidelidad a las raíces y apertura universal, es continuidad, es el crecimiento normal. Al contrario, según el modelo de Cristo el señor, es justamente permaneciendo fieles hasta el final al pacto de amor con el pueblo que se nos ha confiado, que nuestro servicio se vuelve fecundo para todos, por el poder de la gracia de Dios. Esa es la fecundidad que nos hace mirar hacia adelante con fuerza.

Para los Hermanos Maristas, esto significa permanecer fieles al servicio de educación y de evangelización de los jóvenes, según el carisma de San Marcelino Champagnat. Él supo “mirar más allá”, y supo enseñar a los jóvenes a “mirar más allá”, a abrirse a Dios, a los horizontes del amor según el Evangelio. Lo guiaba el ejemplo de la Virgen María, la “buena Madre”, como él decía: María era una pequeña mujer de un pueblo periférico, pero su corazón miraba más allá, tenía el horizonte del Reino de Dios, era abierta. Y esto aparece en el Magníficat, donde el designio de salvación de Dios resuena a través de la voz de su humilde sierva. ¿Qué hay más hermoso, más eficaz que el Magníficat para educar a una muchacha o a un muchacho a abrirse a Dios y a su designio de amor? El Magníficat contiene una visión de la vida y de la historia; es una escuela de fe y de oración, que libera del encerrarse en sí mismos y de todo espiritualismo, y muestra la alegría de creer, de esperar y de amar según el Evangelio de Cristo.

Todo esto, queridos hermanos, les pertenece, pertenece a sus raíces y a su patrimonio, y pide que sea siempre conjugado con la realidad que cambia, con las características de las nuevas generaciones. Por ejemplo, los jóvenes están mostrando sensibilidad e interés por la ecología. Aquí hay un gran campo de educación; porque desafortunadamente la mentalidad moderna – permítanme el juegos de palabras – contamina incluso la ecología, la reduce, la vuelve ideológica y superficial. En cambio el horizonte de Dios es el de una ecología integral, que tiene siempre unidas las dimensiones ambiental y social, el grito de la Tierra y el grito de los pobres. Los niños, los muchachos y los jóvenes están predispuestos a convertirse en custodios de la creación, pero necesitan aprender que esto no se reduce a un slogan, no es solamente denuncia, sino que es un estilo de vida, requiere paciencia, fortaleza, templanza, justicia. En resumen, no se nace como custodios de la creación, sino que uno se convierte en ello con un camino educativo.

También eso les pertenece. Y el ejemplo que hice sobre la ecología se puede aplicar a otros campos, como el compromiso social y político, como el campo de la comunicación, o primero también el del estudio y el trabajo, vistos en una óptica de promoción integral de la persona. Pero sobre todo les pertenece, como religiosos, la educación espiritual, que es la base del crecimiento integral. Esto les pertenece como religiosos: la educación espiritual. Jesucristo es el Maestro de vida y de verdad, el camino a seguir para convertirse en hombres y mujeres en plenitud, y el Espíritu Santo es el Maestro interior que forma a Cristo en nosotros. Qué vocación, qué misión, hermanos, cooperar con Cristo y con el Espíritu para acompañar a los jóvenes en esta aventura. Es realmente muy grande para nosotros pobres pecadores. Pero Dios – nos recuerda nuestra Madre –ama hacer grandes cosas con los pequeños y los pobres, mientras se abran humildemente a él y acojan su Palabra, poniendo a disposición todo su ser.

Es lo que deseo a ustedes y a todos sus hermanos dispersos en el mundo. Mirar más allá para educar a mirar más allá, con María, siguiendo las huellas del Señor Jesús. Y esta es precisamente la denuncia más fuerte contra la concepción iluminista de la educación, es decir copiar ideas, ideas, ideas... No. Educar para mirar más allá para enseñar a mirar más allá. Esto destruye toda la concepción estática e iluminista, ideológica de la educación. La educación es un desafío para toda la persona: para el pensamiento, los sentimientos y el trabajo de las personas. Pero esto debe mirar más allá.

Que el Espíritu Santo los ilumine y los consuele siempre en su camino y en su servicio. Y que les acompañe también mi bendición. Y ustedes, por favor, no se olviden de orar por mí, porque este trabajo no es fácil.

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