EL MUNDO CORRE EL RIESGO DE HUNDIRSE SI NO SE DETIENE LA GUERRA EN UCRANIA: PALABRAS DE MONS. PAUL GALLAGHER ANTE EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU (20/09/2023)

¿Contra quién se libra la guerra en Ucrania? Porque quienes pagan el precio más alto en este conflicto, que dura ya más de año y medio, son “los civiles, la gente sencilla y, sobre todo, los niños, los jóvenes y los ancianos”. Mons. Richard Paul Gallagher intervino ayer, 20 de septiembre, en el debate abierto del Consejo de Seguridad en Nueva York y puso ante los ojos del mundo una cuestión crucial sobre esta guerra “cruel” y “sin sentido” que, dijo, si no se controla, corre el riesgo de desencadenar una crisis aún más profunda y, sobre todo, global. Reproducimos a continuación, el texto de su discurso, traducido del inglés:

“Manteniendo los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas a través del multilateralismo efectivo: mantenimiento de la paz y la seguridad de Ucrania”
Nueva York, 20 de septiembre 2023

Señor Presidente, Señor Secretario General:

Este Debate Abierto del Consejo de Seguridad tienen lugar en el contexto de la guerra cruel y sin sentido contra Ucrania, la cual, con gran sacrificio, está defendiendo su soberanía y la inviolabilidad de sus fronteras internacionalmente reconocidas. Estos son los mismos valores promovidos y compartidos desde la Fundación de esta noble Organización. Ante la tragedia en curso, surge una pregunta espontánea: ¿contra quién se libra esta guerra? Está ante los ojos de todos que aquellos que pagan el precio más alto son los civiles, la gente sencilla y, sobre todo, los niños, los jóvenes y los ancianos.

La guerra es un gran mal, y en el momento presente podemos ver que se está expandiendo más y más, más allá de las fronteras ucranianas, cubriendo con su espesa sombra no solo a Europa, sino también a otros continentes y, sobre todo, infiltrándose en los corazones humanos, haciendo los contenedores de una “lógica de la guerra”. En verdad, como recuerda el Papa Francisco, estamos atestiguando la Tercera Guerra Mundial, que se “pelea a pedazos”.

Es innegable que el ataque ruso a Ucrania ha puesto en peligro todo el orden global, que surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Sus consecuencias negativas ya pueden adivinarse en las esferas humanitaria, demográfica, alimentaria, sociopolítica, legal, económica, ecológica, militar, nuclear, energética, de salud, educativa, religiosa, migratoria y otras que son todas juntas elementos fundamentales de la arquitectura de la seguridad mundial. El mal es incapaz de generar bien. La agresión solo puede generar una nueva agresión. Si esta guerra no se detiene y la paz no se busca a cada momento, todo el mundo corre el riesgo de hundirse en crisis aún más profundas.

La solución a la guerra en Ucrania no es sólo un asunto que concierne a Ucrania misma. Frente a la tragedia que se desarrolla ante de nuestros ojos, ha llegado el tiempo de preguntarnos algunas de las preguntas del Papa Francisco: “¿Qué estoy haciendo hoy por el pueblo ucraniano? ¿Estoy haciendo algo?” Hoy, toda la comunidad internacional, más que nunca, no puede rendirse y dejar que este asunto pase en silencio. Para poder tener un futuro pacífico y seguro, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, y especialmente los de este Consejo de Seguridad, están llamados a unir esfuerzos en la búsqueda por una paz justa y duradera para Ucrania, como un elemento importante de la paz global y de la cual el mundo tiene sed. ¡Es mejor y más barato para todos invertir en la paz en lugar de en la guerra!

La Santa Sede, por su parte, está cerca de Ucrania y apoya totalmente su integridad territorial y, más aún, sigue comprometiéndose con iniciativas humanitarias enfocadas en aliviar el sufrimiento de la población ucraniana, especialmente esa parte de ella que es más débil y más vulnerable mientras que, al mismo tiempo, urge a todos los estados y a las organizaciones internacionales relevantes a volverse artesanos creativos y valientes de la paz y tejedores de un diálogo constructivo.

La paz no es una realidad cuyas características y propiedades sean desconocidas. Todos saben qué es la paz. Seguramente vendrá cuando exista un compromiso común para implementarla y no solo a nivel internacional o institucional, sino también en nuestros corazones y hogares.

A todos ustedes, y especialmente a la atormentada Ucrania, quisiera extender mi sentido deseo de que la paz deseada regrese para alegrar al mundo entero.

Gracias, Señor Presidente.

Comentarios