VOLAR ALTO ES SER PACIFICADORES: SALUDO DEL PAPA A LA AERONÁUTICA MILITAR ITALIANA (10/12/2021)

El Papa Francisco recibió en audiencia, en el Altar de la Basílica de San Pedro, a la Fuerza Aérea Italiana, en ocasión de la conclusión, este 10 de diciembre, del Jubileo Lauretano en Loreto. A ellos, como “miembros del Ejército del Aire”, el Papa les recordó que estamos hechos para volar espiritualmente, porque somos hijos de un “Padre que nos dice: Sean santos, porque yo soy santo. Que es como decir: ¡vuela alto!”, por tanto, les pidió que no sigan su egoísmo, que los lleva a encerrarse a sí mismos; al contrario, se deben abrir a Dios y a los demás, dando lugar, dijo el Pontífice, a la gratuidad, al servicio, a la magnanimidad, y sus vidas tomarán vuelo. Transcribimos a continuación, el texto pronunciado por el Papa, traducido del italiano:

Queridos amigos de la Aeronáutica Militar Italiana:

Vengo a saludarlos al término de la Celebración con la que han concluido el Jubileo Lauretano, que para toda la Iglesia concluirá hoy por la tarde en Loreto. Saludo al Jefe del Estado Mayor y al Arzobispo Ordinario Militar; saludo a todos ustedes aquí presentes y a sus colegas que trabajan en Italia y el exterior, como también a sus familiares.

Cada jubileo, según la antigua tradición bíblica, nos recuerda que somos peregrinos en este mundo: que no somos “dueños” de la tierra –y mucho menos del cielo–sino que estamos encargados de cultivar y custodiar este “jardín” en que Dios nos ha puesto.

Este jubileo, en el centenario de la proclamación de la Virgen de Loreto como «Patrona de todos los aeronautas» (Decreto de Benedicto XV, 24 de marzo 1920), nos ha recordado que Dios creó para nosotros también el cielo. Contemplar el cielo nos abre a los espacios sin fronteras; nos hace sentir pequeños y al mismo tiempo “pensados”, “recordados” por aquel que creó el universo (cf. Sal 8), una realidad que no termina nunca de asombrarnos cada vez que la descubrimos con instrumentos de observación cada vez más poderosos. ¡Millones y millones, miles de millones de años están detrás de nosotros!

El cielo nos recuerda que estamos hechos también para volar, no tanto en el sentido material, sino sobre todo en el espiritual. Somos hijos de un padre que nos dice: “Sean santos porque yo soy santo”. que es como decir: ¡vuelen alto! No sigan su egoísmo que los lleva a cerrarse; ábranse a Dios, ábranse a los demás, den espacio a la gratuidad, al servicio, a la magnanimidad, y su vida tomará el vuelo.

A ustedes, en particular, que son militares de la aeronáutica, les deseo que den espacio a estos valores en el desarrollo cotidiano de sus tareas, pero ante todo en su vida personal, para que esté unida entre lo que son y lo que hacen. Para ustedes “volar alto” significa ser trabajadores de paz, servir a la paz tanto en las misiones en vuelo como en los servicios en tierra, sea en la patria o fuera de ella, en zonas de conflicto. La Santa Casa de Loreto nos recuerda que, donde quiera que estemos, tenemos una casa que custodia nuestras raíces cristianas; y tenemos una madre que vela por nosotros. La casa es la Iglesia y la madre es María. De ella aprendemos sobre todo la humildad, que es el camino que conduce al cielo.

Queridos amigos, les agradezco por esta visita, por este encuentro. Que la gracia del jubileo lauretano los acompañe y siga dando frutos en su vida. Y por favor les pido orar por mí. Gracias.

Comentarios