¿DÓNDE ESTÁ TU HERMANO?: MENSAJE DEL PAPA A PARTICIPANTES EN CONFERENCIA SOBRE EL MEDITERRÁNEO (03/12/2021)

Hoy se dio a conocer el mensaje que, fechado el pasado 20 de noviembre, el Papa Francisco envió a los participantes en la VII Conferencia Rome MED Dialogues, que es promovida por el Ministerio Italiano de Asuntos Exteriores y la Cooperación Internacional y por el Instituto para los Estudios de Política Internacional acerca de la importancia del Mar Mediterráneo en el contexto actual, y para replantear soluciones a los desafíos que presenta en diversos campos. El Papa hizo particular énfasis en el problema migratorio y les pidió buscar soluciones integrales que tomen en cuenta todos los aspectos relacionados. Transcribimos a continuación, el texto completo del mensaje, traducido del italiano:

Ilustres señoras y señores:

Dirijo un cordial saludo a ustedes que participan en la séptima conferencia Rome MED Dialogues, promovida anualmente por el Ministerio italiano para los Asuntos Exteriores y la cooperación internacional y por el Instituto para los estudios de política internacional, con el objetivo de repensar el enfoque tradicional al área del Mediterráneo y buscar respuestas nuevas y compartidas a los importantes desafíos que presenta.

No obstante que los reinos y los imperios del área mediterránea pertenecen ahora al pasado, el Mare Nostrum continúa teniendo una importancia geopolítica central, también en el presente siglo. El Mediterráneo es lugar de frontera, y por tanto de encuentro, de tres continentes, que no sólo son bañados por él, sino que en él se tocan uno al otro y por tanto son llamados a convivir.

La interconexión centrada en este mar nos muestra, y no sólo de forma simbólica, como todo el planeta es una gran casa común y que el destino de un país no puede ser independiente del de los demás. Por ello, el concepto mismo de independencia está cambiando peligrosamente. Si en el pasado significaba sobre todo la legítima reivindicación de autonomía con respecto a las injerencias o a las tareas de Estados extranjeros, en la era contemporánea la independencia está asumiendo un significado de indiferencia y desinterés hacia el destino de los otros pueblos. Es necesario que la política y la diplomacia se interroguen y hagan todo lo posible para impedir que el proceso de globalización degenere en la globalización de la indiferencia.

Tal compromiso debe ser sentido todavía más hoy, cuando tenemos demostraciones cada vez más evidentes –a partir de la crisis climática y de la pandémica – de que no sólo los Estados sino cada vez más los continentes no pueden avanzar ignorándose uno al otro.

Si esto es verdad en general, con mayor razón lo es en el área mediterránea. Todos los recursos y todas las potencialidades de este mar necesitan de un enfoque nuevo, no individual y egoísta, sino conjunto y compartido entre los países que en él se encuentran, y entre aquellos que no tienen frontera con el mar pero que de dichas políticas mediterráneas están interesados por sus diversos efectos. Un enfoque capaz de disminuir la tensión por los múltiples conflictos regionales que se desarrollan en la superficie, en los fondos y en las orillas del mar, y que del mar se extienden hacia los continentes.

Entre los distintos problemas que se concentran en el Mediterráneo – y que exigen una visión política de largo alcance – es extremadamente urgente el migratorio, que para mí es muy importante y que motivó mi primer viaje apostólico, a la isla de Lampedusa, en 2013. Los eventos de estos años confirman cada vez más que una intervención eficaz puede venir sólo de un esfuerzo conjunto no limitado a los países fronterizos, sino compartido también desde los respectivos continentes de pertenencia. Nadie debe ser dejado solo en el manejo de este enorme problema. Todos deben sentirse responsables, porque todos son, en realidad responsables, como nos recuerda, al inicio de la Biblia, la pregunta dirigida por Dios a Caín: “¿Dónde está tu hermano?” (cf. Gn 4,9).

El fenómeno migratorio nos demuestra una vez más que todo está conectado y nos advierte que una solución estable requiere un enfoque capaz de tener en cuenta los muchos aspectos relacionados con éste, y que los diálogos de esta conferencia pueden poner a la luz.

Deseo además hacer presente como el Mediterráneo está en el centro también de la atención constante de la Iglesia. Precisamente en los días de su conferencia estaré comprometido en un viaje apostólico a Chipre y Grecia. Recuerdo también el fructífero encuentro del año pasado en Bari, “Mediterráneo frontera de paz”, promovido por la Conferencia Episcopal italiana, que tuvo la participación de los obispos de casi 20 países conectados con el Mare Nostrum y a la que seguirá el próximo año otro encuentro en Florencia, actualmente en organización.

Me agrada pensar que no sólo estos encuentros eclesiales, sino también sus conversaciones sobre el Mediterráneo podrán traer inspiración de los “coloquios mediterráneos” inaugurados por Giorgio La Pira, entre los años 50 y 60 del siglo pasado, Tanto acercaron las orillas del mar inaugurando la política del diálogo alrededor de lo que La Pira consideraba, en una visión de fe, como un “gran lago de Tiberíades”.

Es con esta esperanza quedes todos ustedes un Congreso fructífero, asegurándoles mi oración e invocando la bendición de Dios.

Desde el Vaticano, 20 de noviembre 2021

FRANCISCO

Comentarios