NO PIERDAN EL GUSTO POR EL DEPORTE POR PASIÓN: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN SIMPOSIO SOBRE TENIS Y PÁDEL (06/05/2023)

Las palabras del Papa Francisco resonaron la mañana de este 6 de mayo en el Aula Pablo VI entre los rostros de profesores, niños y jóvenes llegados de más de 30 países para participar en el primer Simposio Internacional de Tenis y Pádel. Un evento, programado para los días 6 y 7 de mayo en el Foro Itálico, promovido por el Instituto Superior de Formación “Roberto Lombardi” y la Federación Italiana de Tenis y Pádel. Para el Papa, “la competencia es buena si no le quita la dimensión lúdica” pues cuando el deporte pierde su gratuidad “se convierte en un comercio”. Compartimos a continuación las palabras del Papa, traducidas del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos:

Agradezco al Presidente de la Federación Italiana por sus palabras y saludo a todos ustedes, que participan en el primer Simposio Internacional de Tenis y Pádel. Provienen de más de 30 países, con una hermosa participación de profesores, niños y jóvenes. Y precisamente sobre la dimensión educativa y formativa estarán marcados los dos días de su encuentro. El maestro de tenis o pádel, de hecho, además de un técnico, es también y diría sobre todo un “educador”. Por ello los animo a continuar por este camino educativo y les propongo una sencilla reflexión, que me parece se puede inspirar en la práctica de su deporte: el buen juegos viene de una correcta dinámica de ataque y defensa. Y así sucede también en un camino educativo: se trata de relacionar bien el riesgo y la prudencia. ¿Y cómo hacer este matrimonio entre riesgo y prudencia? ¡No es fácil!

Un buen jugador de tenis o de pádel – pero esto es válido para cualquier deporte – no puede siempre y solamente atacar, no puede siempre arriesgar, debe también saber defender. Y existen cualidades para el ataque y cualidades para la defensa, que deben ser ejercitadas de igual manera. Un maestro que concentra toda su enseñanza en el ataque, o al contrario en la defensa, deja a su alumno “descubierto” en el otro aspecto. Es interesante desarrollar esta comparación y encontrar las semejanzas con la educación de la personalidad.

Un buen educador sabe dosificar bien el riesgo y la prudencia. Arriesgar quiere decir por ejemplo permitir al joven realizar una experiencia nueva, que nunca ha hecho, y para la cual no se sabe cómo reaccionará, pero que consideramos que podrá ayudarlo a crecer. Eso es arriesgar. El riesgo debe ser siempre proporcionado y acompañado. El joven debe sentirse libre y al mismo tiempo no abandonado. Los padres o los educadores que, para proteger al niño, le evitan cualquier imprevisto, o le resuelven todos los problemas, no lo hacen crecer. No esa no es prudencia, es una mezcla de miedo a la realidad y egoísmo posesivo con respecto al niño. No hace bien.

En cambio, la verdadera prudencia, como la buena defensa, es una actitud siempre positiva, nunca negativa. La defensa, por así decirlo, es otra forma de atacar. Así la prudencia en la educación es indispensable para valorar bien las situaciones, en relación con las potencialidades del muchacho o la muchacha. En particular, el educador debe entrenar para la resistencia, para no rendirse, para buscar responder a esos golpes que parecen incontestables y en cambio, con prontitud y agilidad, pueden recuperarse, de manera que el otro jugador quede desplazado, porque no lo esperaba.

Y después quiero repetirles también lo que para mí es lo más importante: el tenis es un juego, el pádel es un juego, y su fuerza educativa está precisamente en la dinámica del juego. No se dejen robar el gusto de hacer deporte por pasión, para divertirse y divertir. Esa es la gratuidad, el espíritu de gratuidad con el que debemos jugar. La competencia es buena si no quita esta dimensión lúdica. Si en cambio prevalece la dinámica de la competencia, esta hace surgir distintas formas de egoísmo que terminan por arruinar la práctica deportiva, de manera que ésta ya no resulta educativa, peor aún, resulta lo contrario. Hay algo que en el deporte – sea el tenis, el pádel o cualquier deporte – nunca debemos perder: la dimensión de lo amateur. Cuando el deporte se hace por otros intereses, no por la gratuidad de lo amateur, se pierde, pierde la belleza, pierde esta dimensión “sinfónica” del deporte, se vuelve un comercio. Tengan siempre presente esto: que mi tenis, que mi pádel, sean siempre amateurs, no perder esta dimensión.

Queridos directivos, queridos profesores, queridos alumnos, gracias por haber venido en tan grande número. ¡Sigan adelante, manteniendo bien juntos el riesgo de la prudencia, el ataque y la defensa! De corazón bendigo a todos ustedes y a sus familias. Y, por favor, no se olviden de orar por mí.

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