LA PAZ Y LA SEGURIDAD SÓLO SON POSIBLES CON UNA ACCIÓN INTEGRAL: CARTA DEL PAPA AL OBISPO DE HIROSHIMA CON MOTIVO DE LA CUMBRE DEL G7 (20/05/2023)

No hay paz, ni tampoco seguridad planetaria, sin un enfoque “integral” de lo que exigen estos objetivos. Un enfoque que contemple una acción internacional concertada sobre los diversos aspectos que caracterizan al “mundo multipolar del siglo XX”, desde el acceso a los alimentos, al agua, a los recursos que garantizan la vida y la dignidad de todos. A los dirigentes de las siete mayores economías del mundo, sentados a la mesa en medio de una guerra en Europa, que no cesa de agitar periódicamente el espectro del conflicto atómico, el mensaje del Papa Francisco, fechado el pasado día 19, en la carta enviada este 20 de mayo, es claro y reiterado: el uso de la energía atómica es un crimen “hoy más que nunca” y un enemigo de cualquier futuro para la casa común de la humanidad. Reproducimos a continuación el texto de la carta, traducido al español:

A S.E.R. Alexis-Mitsuru Shirahama
Obispo de Hiroshima

Mientras la cumbre del G7 se reúne en Hiroshima para discutir cuestiones urgentes ante las que se encuentra actualmente la comunidad mundial, deseo asegurarle mi cercanía espiritual y mi oración para que la cumbre sea fructífera. La elección de Hiroshima como lugar del encuentro es particularmente significativa a la luz de la continua amenaza de la utilización de armas nucleares. Recuerdo la profunda impresión que me dejó la conmovedora visita al Memorial de la Paz durante mi viaje a Japón en 2019. Estando ahí de pie en silenciosa oración y pensando en las víctimas inocentes del ataque nuclear ocurrido décadas antes, quise reiterar la firme convicción de la Santa Sede de que “el uso de la energía atómica para fines de guerra es, hoy más que nunca, un crimen, no solo contra el hombre y su dignidad, sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común” (Discurso en el Memorial de la Paz, 24 de noviembre 2019).

Es a ese futuro al que hombres y mujeres responsables miran ahora con preocupación, especialmente en la estela de la experiencia de una pandemia global y la persistencia de conflictos armados en distintas regiones, entre los cuales está la devastadora guerra que se está combatiendo en suelo ucraniano. Los eventos de los últimos años han hecho evidente que sólo juntos, en fraternidad y solidaridad, nuestra familia humana puede buscar curar las heridas y construir un mundo justo y pacífico.

De hecho, se ha vuelto cada vez más evidente que en el mundo multipolar del siglo XXI la búsqueda de la paz está estrechamente ligada a la necesidad de seguridad y a la reflexión sobre los medios más eficaces para garantizarla. Tal reflexión debe necesariamente tener en consideración el hecho de que la seguridad global debe ser integral, capaz de abarcar cuestiones como el acceso al alimento y el agua, el respeto al medio ambiente, los servicios de salud, las fuentes energéticas y la distribución equitativa de los bienes del mundo. Un concepto integral de seguridad Puede servir para fortalecer el multilateralismo y la Cooperación Internacional entre actores gubernamentales y no gubernamentales, con base en la profunda interconexión entre tales cuestiones, lo que hace necesario adoptar, juntos, un enfoque de cooperación multilateral responsable.

Hiroshima, como “símbolo de la memoria”, proclama con fuerza lo inadecuado de las armas nucleares para responder de manera eficaz a las grandes amenazas actuales a la paz y para garantizar la seguridad nacional e internacional. Basta considerar el impacto humanitario y ambiental catastrófico que resultaría de la utilización de armas nucleares, así como también el desperdicio al mal destino de Recursos Humanos y económicos que su producción implica. No debemos menospreciar los efectos del persistente clima de miedo y sospecha generado por la mera posesión de las mismas, que compromete el crecimiento de un clima de confianza recíproca y diálogo. En tal contexto, las armas nucleares y las otras armas de destrucción masiva representan un multiplicador de riesgo que provee solamente una ilusión de paz.

Asegurando mi oración por usted y por cuantos son encomendados a su cuidado pastoral, me uno en la oración para que la cumbre del G7 en Hiroshima dé prueba de una visión de largo plazo en sentar las bases para una paz duradera y una seguridad estable y sustentable a largo plazo. Con gratitud por su compromiso al servicio de la justicia y la paz, envío de corazón mi bendición.

Roma, San Juan de Letrán, 19 de mayo 2023

FRANCISCO

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