LAS GUERRAS Y LAS MISERIAS CONDUCEN AL DECLIVE DE LA FRATERNIDAD: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN CONFERENCIA SOBRE CRISIS ALIMENTARIAS Y HUMANITARIAS (10/05/2023)

La mañana de este 10 de mayo, el Papa Francisco recibió en el Vaticano, en una sala adjunta al Aula Pablo VI, a los participantes en una conferencia sobre crisis alimentarias y humanitarias y habló de la urgencia de aliviar el sufrimiento de los que padecen hambre. Su pensamiento se dirigió también a Ucrania: “Con demasiada frecuencia, situaciones marcadas por catástrofes naturales, pero también por conflictos armados, corrupción política o económica y explotación de la tierra, amenazan peligrosamente el abastecimiento alimentario de poblaciones enteras”. Reproducimos a continuación, el texto completo de su mensaje, traducido del italiano:

Eminencia, Sr. Presidente, queridos hermanos y hermanas todos:

Les dirijo a todos ustedes una cordial bienvenida en ocasión de la Conferencia sobre el tema “Crisis alimentarias y humanitarias: ciencia y políticas para la prevención y la mitigación” y agradezco al Presidente von Braun por su gentil saludo.

El tema elegido por ustedes en más que nunca oportuno, no sólo para el debate académico, sino también porque hace un llamado a autoridades con miradas a largo plazo y a prácticas políticas, con el fin de aliviar los sufrimientos de tantos hermanos y hermanas nuestros que no tienen una alimentación saludable y el acceso a alimento suficiente. Me decía un estudioso hace algunos meses: “Si durante un año no se hicieran armas, terminaría el hambre en el mundo”.

Se trata de un desafío urgente, porque muy a menudo situaciones marcadas por desastres naturales, pero también por conflictos armados – pienso especialmente en la guerra en Ucrania –, corrupción política o económica y explotación de la tierra, nuestra casa común, obstaculizan la producción alimentaria, disminuyen el mantenimiento de los sistemas agrícolas y amenazan peligrosamente el abastecimiento alimentario de poblaciones enteras. Al mismo tiempo, estas distintas crisis se agravan por los efectos de larga duración de la pandemia de COVID-19, mientras se asiste, además, al declive de la solidaridad fraterna – este es un dato real: las guerras y la miseria llevan al declive de la solidaridad fraterna –, y este declive está determinado, entre otras razones, por las pretensiones egoístas inherentes a algunos modelos económicos actuales.

En esta perspectiva, es necesario tomar cada vez mayor conciencia de que todo está estrechamente relacionado: «los problemas de hoy requieren una visión capaz de tener en cuenta todos los aspectos de la crisis global» (Fratelli tutti, 137). Un elemento importante de esta visión es la comprensión de que una crisis puede también convertirse en una oportunidad, una ocasión propicia para reconocer y aprender de los errores del pasado.

En este sentido, espero que su Conferencia nos ayude a todos a salir mejor de las crisis que estamos atravesando, no sólo concentrándonos en las soluciones técnicas, sino sobre todo recordando lo esencial que es desarrollar una actitud de solidaridad universal fundada en la fraternidad, en el amor y la comprensión recíproca. A este respecto, la Iglesia apoya y anima con todo el corazón sus esfuerzos, junto a los de todos aquellos que trabajan no sólo para alimentar a los demás o responder a las crisis, sino también para promover un desarrollo humano integral, la justicia entre los pueblos y la solidaridad internacional, fortaleciendo así el bien común de la sociedad.

Queridos amigos, expreso una vez más mi gratitud por su valioso servicio en colaboración con la Pontificia Academia de Ciencias y les aseguro mi oración, para que su trabajo de fruto para ayudar y enfrentar los numerosos problemas que derivan de las crisis alimentarias y otras crisis humanitarias. Las crisis son otra cosa con respecto a los conflictos. Los conflictos son cerrados en sí mismos, de un conflicto es difícil salir de manera constructiva. En cambio, de las crisis se puede salir, se debe salir, pero con dos condiciones: de una crisis no se puede salir solos, o salimos juntos o no podemos salir. Eso es importante, no se puede salir solos, se necesita la comunidad, el grupo, para salir. Y, por otra parte, de una crisis se sale para mejorar, siempre para ir adelante, para progresar. Por eso les agradezco por esta actitud suya ante esta crisis, para salir juntos y salir mejores. Sobre todos ustedes invoco la abundante bendición de Dios Omnipotente y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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