LA DIGNIDAD SE RENUEVA CON RESPETO, CARIÑO Y CUIDADO: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DE CONGRESO DE HERMANDADES Y PIEDAD POPULAR (08/02/2025)

En Casa Santa Martha, residencia del Santo Padre, convaleciente de una bronquitis, tuvo lugar este 8 de febrero el encuentro con los miembros del Comité Ejecutivo del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que tuvo lugar en Sevilla en diciembre. En ocasión del Jubileo el Papa Francisco los invitó a que en cada obra que realizan se escuche siempre el latido de un corazón que ama. Compartimos a continuación, el texto de su mensaje, pronunciado en español:

Queridos hermanos en el Episcopado, señor Presidente de la Junta de Andalucía, ilustres autoridades, señoras y señores:

Me alegra mucho recibirlos como peregrinos en este Año Jubilar. Han venido para dar gracias a Dios por el último Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Cuando me dijeron que venían ustedes, me quedé un poco preocupado, porque en el mensaje los llamaba “chiflados” y a lo mejor era por eso que tenían interés por encontrarme. Pero me dice Mons. Saiz Meneses, que esta iniciativa ha sido una gracia de la que aún se escuchan los ecos y me he quedado más tranquilo.

En mi mensaje, si recuerdan, les hacía la propuesta de vivir este evento como una oración de alabanza, que acompañara nuestro itinerario terreno como un peregrinaje hacia Dios y hacia el hermano. De ese modo, les pedía ser testigos de un amor desbordante, hasta el punto de parecer chiflados, chiflados de amor.

Qué bien nos haría, a conclusión de este evento, que el primero de estos ecos se escuchara sobre todo en el seno de las familias. Que se oyese como el atronador silencio de una oración que llega hasta las lágrimas, pues sale del corazón; sea ante la imagen del titular de su hermandad, que preside sus casas; sea ante el Sagrario de la parroquia o de su templo, sea en el cabecero del enfermo o en la compañía del anciano.

Me comentaba también vuestro Arzobispo que otro de estos ecos, ya realizado, es una casa de atención a las personas sin hogar, fruto de la caridad escondida a la que me refería en mi mensaje. Ojalá que en esta obra se escuche siempre el latido de un corazón que ama. Propongámonos que, a través del «respeto, cariño y cuidado» en este hogar, la sociedad y los propios acogidos puedan reconocer de nuevo la dignidad única que tiene cada persona (cf. Carta enc. Dilexit nos, 169).

Que Jesús los bendiga y María, Madre de Iglesia, los cuide. Y no se olviden de rezar por mí. También yo rezaré por ustedes.