EN VACACIONES, CON JESÚS, EL CORAZÓN ESTÁ EN PAZ: MENSAJE DEL PAPA A LOS PARTICIPANTES EN EL FESTIVAL DE LA JUVENTUD EN MEDJUGORJE (08/02/2022)

El Papa Francisco envió este 2 de agosto, un mensaje, fechado el pasado 16 de julio, a los participantes en el Festival de la Juventud 2022 que comenzó ayer en Medjugorje y que durará hasta el 6 de agosto: seguir a Cristo para tener valor, compasión y esperanza. La vida es una cuestión de dirección, dice el Papa, especialmente cuando se hace difícil, en medio de las injusticias de hoy y de las heridas de ayer, de las expectativas desilusionadas. Es importante “saber hacia dónde ir porque hay muchas metas engañosas que prometen un futuro mejor”, pero ciertamente hay una dirección que no defrauda, la que va hacia Jesús que asegura a los que le siguen, que ofrece descanso. Compartimos a continuación, el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Muy queridos:

En aquel tiempo, nos cuenta el evangelista Mateo, Jesús dirigiéndose a todos dijo: “Vengan a mí, todos ustedes que están cansados y oprimidos, y los haré descansar. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Mi yugo, de hecho, es dulce y mi carga ligera” (Mt 11, 28-30). Como en ese tiempo así también hoy Jesús se dirige a todos ustedes, queridos jóvenes, y con la palabra guía del Festival, inspirada en el Evangelio que apenas mencioné, los invita: “aprendan de mí y encontrarán la paz”.

El Señor no reserva estas palabras solo a los apóstoles o a alguno de sus amigos, sino que las dirige a todos aquellos que están cansados y oprimidos. Él sabe lo difícil que puede ser la vida y que hay muchas cosas que nos fatigan el corazón: muchas desilusiones, distintas heridas del pasado, pesos que llevamos e injusticias que soportamos, muchas incertidumbres y preocupaciones. Ante todo esto Jesús nos dice: “Vengan a mí y aprendan de mí”. Se trata de una invitación a moverse, a no quedarse quietos, congelados y atemorizados ante la vida, y a confiar en Él. Parece fácil, pero en los momentos oscuros es natural encerrarse dentro de sí mismos. Jesús en cambio que lanzarnos hacia afuera, por eso nos dice “Ven”.

El camino de salida está en la relación, en alzar la mirada hacia Aquel que nos ama verdaderamente. Después, no basta con salir de sí mismos, es necesario también saber a dónde ir, porque hay muchas metas engañosas que prometen un futuro mejor, pero nos dejan en la soledad de antes. Por eso, Jesús indica a dónde ir: “Vengan a mí”.

Queridos amigos, con el corazón abierto vayan hacia Él, tomen su yugo y aprendan de Él. Vayan con el Maestro para convertirse en sus discípulos y herederos de su promesa de paz. Tomen su yugo que los hará descubrir la voluntad de Dios y los hará partícipes del misterio de su cruz y de su resurrección. El “yugo” del que Cristo habla es la ley del amor, es el mandamiento que dejó a sus discípulos: ámense los unos a los otros, como yo los he amado (Jn 15, 12). Porque el verdadero remedio a las heridas de la humanidad es un estilo de vida basado en el amor fraterno, que tiene su raíz en el amor de Dios.

Caminando junto a Él e imitándolo, aprenderán de Él. Él es un maestro que no impone a los demás pesos que Él no carga. Se dirige a los humildes, a los pequeños y pobres porque Él mismo se hizo pobre y humilde. Y para aprender, ante todo, es necesario ser humildes y reconocer la propia ignorancia y soberbia que nos hacen pensar que podemos hacer todo solos y con nuestras fuerzas. Es necesario tener el oído abierto a las Palabras del Maestro. Así se aprende su corazón, su amor, su forma de pensar, de ver y de hacer. Se necesita el valor de estar cerca de Él e imitarlo.

Muy queridos, no tengan miedo, vayan hacia Él con todo lo que llevan dentro del corazón, Él es el único Señor que ofrece el verdadero descanso y la verdadera paz. Sigan el ejemplo de María, su y nuestra Madre, que los llevará hacia Él. Encomiéndense a la Stella Maris, signo de esperanza sobre el mar agitado, que nos guía hacia el puerto de la paz. Ella, que conoce a su Hijo, los ayudará a imitarlo en la relación con Dios Padre, en la compasión hacia el prójimo y en la conciencia de aquello que estamos llamados a ser, hijos de Dios. En este momento, en el corazón del verano, el Señor los invita a vivir las vacaciones con Él, en el lugar más especial que existe: el propio corazón.

Queridos jóvenes, mientras están descansando en Jesucristo durante estos días, los encomiendo a todos a la Santísima Virgen María, nuestra Madre celestial, para que, por su intercesión y con su ejemplo, tomen sobre ustedes el yugo suave y ligero del seguimiento de Cristo. Que la mirada de Dios Padre que los ama personalmente los acompañe todos los días, de manera que, en las relaciones con los demás, puedan ser testigos de la paz que recibirán como don. Por ello hago oración y los bendigo, y les pido también a ustedes que oren por mí.

Roma, San Juan de Letrán, 16 de julio de 2022

Fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo

FRANCISCO

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