MUJERES PROTAGONISTAS DE UNA IGLESIA EN SALIDA A TRAVÉS DEL DIÁLOGO: MENSAJE DEL PAPA A SEMINARIO DE MUJERES EN EL PONTIFICIO CONSEJO DE CULTURA (08/10/2020)

Se dio a conocer hoy un mensaje escrito por el Papa Francisco el pasado 1º. de octubre, dirigido a los miembros de la Consulta Femenil del Consejo Pontificio de la Cultura, con ocasión del Seminario “Las mujeres leen al Papa Francisco: lectura, reflexión y música”, compuesto por una serie de encuentros que comenzó este 7 de octubre en Roma, sobre el tema “Evangelii Gaudium”. En su Mensaje – firmado el día en que se celebra la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, en San Juan de Letrán – el Pontífice resalta que, este Seminario pone en relieve la hermosa novedad que la Consulta Femenil representa dentro de la Curia Romana. Compartimos a continuación, el texto completo del mensaje, traducido del italiano:

Queridas amigas:

Me alegra dirigirles un cordial saludo a ustedes, que forman la Consulta Femenina del Pontificio Consejo de Cultura, con ocasión del Seminario “Las mujeres leen al Papa Francisco: lectura, reflexión y música, compuesto por una serie de encuentros que comienza, esta vez, con el tema “Evangelii Gaudium”.

Su Seminario de hoy permite también poner en relieve la hermosa novedad que ustedes representan dentro de la Curia Romana; por primera vez, un Dicasterio involucra a un grupo de mujeres haciéndolas protagonistas de los proyectos y líneas culturales que desarrolla, y no sólo para ocuparse de cuestiones femeninas. Su Consulta está compuesta por mujeres comprometidas en diferentes sectores de la vida social y portadoras de visiones culturales y religiosas del mundo que, aunque diferentes, convergen hacia el objetivo de trabajar juntas con respeto mutuo.

Para su itinerario de lectura han elegido tres de mis escritos: la Exhortación Evangelii gaudium y, sucesivamente, la Encíclica Laudato si' y el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común; escritos dedicados, respectivamente, a los temas de la evangelización, la creación y la fraternidad. Son opciones significativas en las que se refleja el espíritu de la Consulta, una rica diversidad que sabe trabajar buscando en el diálogo los puntos de acuerdo y compenetración.

También cabe destacar el hecho de que el Seminario que se haya puesto bajo el auspicio de una gran mujer, proclamada Doctora de la Iglesia en 2012: Santa Hildegarda de Bingen. También ella, como San Francisco de Asís, compuso un himno armonioso en el que canta y alaba al Señor de la creación y en la creación. Hildegarda unifica el conocimiento científico y la espiritualidad; y desde hace mil años — como verdadera maestra — lee, comenta, crea y enseña a mujeres y hombres. Rompió los patrones de su tiempo, que impedían a las mujeres estudiar y entrar en la biblioteca y, como abadesa, también lo solicitó para sus hermanas. Aprendió el canto y compuso música, que para ella era una ola capaz de elevarla hasta Dios. La música para ella no era sólo arte o ciencia, era también liturgia.

Ahora ustedes, con este encuentro, quieren crear un diálogo entre intelecto y espiritualidad, entre unidad y diversidad, entre música y liturgia, con una meta fundamental, o sea la amistad y la confianza universales. Y lo hacen con voz femenina que quiere ayudar a sanar, en un mundo enfermo. Su itinerario de lectura podrá ofrecer una visión peculiar sobre el tema de la confrontación social y cultural como contribución a la paz, porque las mujeres tienen el don de aportar una sabiduría que sabe coser las heridas, perdonar, reinventar y renovar.

En la historia de la salvación es una mujer la que acoge al Verbo; y también son las mujeres las que custodian en la noche oscura la llama de la fe, las que esperan y anuncian la Resurrección. La realización gozosa y profunda de la mujer se centra en estos dos actos: acogida y anuncio. Las mujeres son protagonistas de una Iglesia en salida, a través de la escucha y la atención que manifiestan a las necesidades de los demás, y con la marcada capacidad de sostener dinámicas de justicia en un clima de “calor doméstico”, en los distintos ambientes sociales en los que trabajan. Escucha, meditación, acción amorosa: son estos los elementos constitutivos de una alegría que se renueva y se comunica a los demás, a través de la mirada femenina, en el cuidado de la creación, en la gestación de un mundo más justo, en la creación de un diálogo que respete y valore las diferencias.

Les deseo que sean portadoras de paz y renovación. Que sean una presencia que, con humildad y valentía, sabe comprender y acoger la novedad y generar la esperanza de un mundo fundado en la fraternidad. Les acompaño en mi recuerdo orante a Dios, y les pido, por favor, hacerlo también por mí. ¡Gracias!

Roma, San Juan de Letrán, 1 de octubre de 2020, Memoria de Santa Teresa del Niño Jesús.

Francisco

Comentarios