GRACIAS POR SU FIDELIDAD A JESUCRISTO: PALABRAS DEL PAPA A PEREGRINOS DE MUKÁCHEVE (11/12/2019)

El Papa Francisco recibió en la mañana de este 11 de diciembre en el altar de la cátedra de San Pedro, en la Basílica Vaticana, a fieles de la Eparquía de Mukácheve (Ucrania) de rito bizantino, presentes en Roma para celebrar junto con el Sucesor de Pedro el 30mo. aniversario de la salida de la Eparquía de la clandestinidad. Junto con ellos, el Santo Padre agradeció al Señor “infinitamente bueno que, con su mano poderosa, liberó a su Iglesia de la larga opresión del régimen soviético”. La Iglesia de Mukácheve – dijo el Sumo Pontífice – es madre de muchos mártires, que con su propia sangre han confirmado la fidelidad a Cristo, a la Iglesia Católica y al Obispo de Roma. Reproducimos a continuación, el texto pronunciado por el Papa, traducido del italiano:

Queridos hermanos Obispos, queridos sacerdotes, religiosos y religiosas, queridos hermanos y hermanas:

Han venido a Roma para festejar junto con el Sucesor de Pedro el 30mo. aniversario de la salida de la Eparquía de Mukácheve de la clandestinidad.

Me alegra acogerlos cerca de la tumba de San Pedro y, junto con ustedes, deseo agradecer al Señor infinitamente bueno que con su mano poderosa ha liberado a su Iglesia de la larga opresión del régimen soviético.

La Iglesia de Mukácheve es madre de muchos mártires, que con su propia sangre han confirmado la fidelidad a Cristo, a la Iglesia Católica y al Obispo de Roma.

En particular, hagamos memoria del Beato Obispo mártir Teodor Romža, que en los momentos más oscuros de su historia supo guiar al pueblo de Dios con sabiduría evangélica y valentía, hombre incansable, según el ejemplo de Cristo Buen Pastor, hasta dar la vida por las ovejas.

Quiero también recordar a sus antepasados, abuelos y abuelas, padres y madres, que en la intimidad de sus casas, y a menudo bajo la vigilancia del régimen hostil, arriesgando la propia libertad y la vida, transmitieron la enseñanza de la verdad de Cristo y ofrecieron a las generaciones futuras, de las que ustedes son representantes, un elocuente testimonio de fe firme, de fe viva, de fe católica.

Les agradezco de corazón, queridos hermanos y hermanas, por su fidelidad a Jesucristo e invito a cada uno de ustedes, «en cualquier lugar y situación en que se encuentren, a renovar hoy mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de buscarlo cada día sin descanso. No hay motivo para que alguien pueda pensar que esta invitación no es para él, porque nadie es excluido de la alegría que trae el Señor» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 3).

En esta solemne ocasión ruego al Señor para que proteja a la Eparquía de Mukácheve de las insidias del mal y que le dé toda prosperidad.

En la proximidad de las fiestas navideñas, encomendando a sus pastores y a todos ustedes, queridos fieles, la protección de la Bienaventurada Virgen de Mukácheve, les deseo una Santa Navidad: ¡que el Hijo de Dios pueda nacer en sus corazones!

Lleven mis cordiales saludos a todos sus seres queridos, sobre todo a los niños y a las personas enfermas y que sufren. Y, por favor, no se olviden de orar por mí. ¡Que Dios los bendiga a todos!

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