EL CINE DEBE SER LUGAR DE COMUNIÓN Y ESCUELA DE HUMANISMO: PALABRAS DEL PAPA EN EL 70 ANIVERSARIO DE LA ASOCIACIÓN DE AGENTES DE CINE EN ITALIA (07/12/2019)

Comunión, creatividad y visión son las tres tareas que confió el Papa a asociaciones católicas que hacen cine. En el 70 aniversario de la Asociación de agentes del cine en Italia, el Papa recordó este 7 de diciembre, el cine italiano de la post-guerra, como una gran escuela de humanismo. El Papa Francisco invitó a los presentes a construir la comunión entre ellos, pero también la comunión entre asociaciones y organizaciones que se ocupan del cine en el mundo católico, para transmitir la belleza de estar juntos en los eventos de los que son promotores. Compartimos a continuación el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas:

Les doy la bienvenida y agradezco al Secretario General de la CEI por sus corteses palabras. Estoy contento de compartir este momento de fiesta por su aniversario junto a las demás organizaciones que en la Iglesia italiana se ocupan del cien y el espectáculo. Esta ocasión no es una parada en sí misma, sino una oportunidad para renovar los compromisos tomados hace setenta años. Por esto, quiero confiarles brevemente tres tareas que tomo del contexto en el que trabajan.

La primera: comunión. El cine, se sabe, es un gran instrumento de agrupamiento. Sobre todo en la post-guerra contribuyó de modo excepcional a reconstruir el tejido social con muchos momentos de comunidad. Cuántas plazas, cuántas salas, cuántos oratorios, animados por personas que, al mirar una película, transferían esperanzas y expectativas. Y de ahí partían de nuevo, con un suspiro de alivio, en las ansias y dificultades cotidianas. Un momento también educativo y formativo, para reconectar informes consumados por las tragedias vividas. ¿Cómo no recordar también las grandes producciones que han relatado esos años? Me gustaría citar – porque lo siento muy familiar a este encuentro – la película “I bambini ci guardano” (“Los niños que miran”). Es un trabajo bello y rico de significados. Pero todo el cine de la post-guerra, esos grandes… Todo el cine de la post-guerra es una escuela de humanismo. Ustedes los italianos hicieron esto, con sus grandes. No olviden esto. Y no hablo “de oídas”. Cuando éramos niños, los padres nos llevaban a ver esas películas, y nos formaron el corazón. Hace falta retomar esto. Mencioné este para la familia, pero son muchos, muchos… Ustedes son herederos de esta gran escuela de humanismo, de humanidad que es el cine de la post-guerra. La invitación, entonces, es la de construir comunión entre ustedes, pero también comunión entre asociaciones y organizaciones que en el mundo católico se ocupan del cine, para transmitir la belleza de estar juntos en los eventos de los que son promotores. Sin comunión, al hecho de agruparse, le falta alma.

La segunda: creatividad. El arte cinematográfico, como toda expresión artística, es fruto de la creatividad, que revela la singularidad del ser humano, su interioridad e intencionalidad. Cuando un artesano modela su obra, lo hace integrando cabeza, corazón y manos según un diseño claro y definitivo. Los animo a dar espacio a la creatividad, imaginando y construyendo nuevos recorridos. La creatividad es fundamental: sabemos muy bien cómo las nuevas plataformas digitales representan un desafío para los medios tradicionales.

También el cine es interrogado por los desarrollos ofrecidos por las modernas tecnologías. Sus asociaciones y organizaciones, si no quieren convertirse en “museos”, deben tomar estas preguntas de forma activa y creativa. La audacia, como sucedió con los fundadores, llama una vez más a estar en primera línea, pero no de modo aislado o en orden aleatorio, sino todos juntos. ¿Qué puedo decirles frente al cambio? Ciertamente necesitamos una conversión integral, que cuestione la riqueza y profundidad de cada uno. Audacia y creatividad para ir adelante y no quedarse al margen de la innovación.

La tercera: visión. La visión de unan obra cinematográfica puede abrir distintos destellos en el alma humana. El todo depende de la carga emotiva que se da en la visión. Se pueden tener la evasión, la emoción, la carcajada, la rabia, el miedo, el interés… Todo esta conectado con la intencionalidad puesta en la visión, que no es simple ejercicio ocular, sino algo más. Es la mirada puesta en la realidad. La mirada, de hecho, revela la orientación más diversificada de la interioridad, porque es capaz de ver las cosas y de ver dentro de las cosas. La mirada provoca también a las consciencias a un atento examen. Dejémonos interrogar: ¿cómo es nuestra mirada? ¿Es una mirada atenta y cercana, no adormecida? ¿Es una mirada de conjunto y de unidad? De manera particular, a ustedes que se ocupan del cine: ¿es una mirada que suscita emociones? ¿Es una mirada que comunica comunión y creatividad? Las respuestas no son obvias y requieren un gran trabajo interior. La mirada comunica y no traiciona, compromete en estilos de vida y acciones coordinadas para un bien más grande que el simple interés. La mirada está en el fundamento de la construcción de la comunidad. Y ustedes saben muy bien qué importante es superar los obstáculos del pasado para proyectarse en los senderos del futuro. Todos ustedes tienen en el ADN un sentir eclesial. Los exhorto a vivir su pasión y su capacidad con sentido y estilo eclesial: es la mejor medicina para no caer en la auto-referencialidad, que siempre mata.

Que el Señor los ayude a caminar en comunión, con creatividad y con una mirada atenta. Los bendigo, hago oración por ustedes; y ustedes, por favor, oren por mi. ¡Gracias!

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