JESÚS ES EL CANTO DE AMOR DE DIOS POR LA HUMANIDAD: PALABRAS DE LEÓN XIV EN EL CONCIERTO CON LOS POBRES (06/12/2025)
Queridos hermanos y hermanas, la paz esté con ustedes.
Con placer he participado junto con ustedes en la sexta edición de este concierto, nacido – podemos decir – del corazón del Papa Francisco.
Esta tarde, mientras que las melodías tocaban nuestras almas, hemos advertido el valor inestimable de la música: no es un lujo para pocos, sino un don divino accesible a todos, ricos y pobres. Por ello, al dirigirles a cada uno mi saludo, siento de manera especial la alegría de recibirlos, hermanos y hermanas, para quienes hoy hemos vivido este concierto: gracias a todos por su presencia.
Agradezco al Cardenal Vicario Baldo Reina, al Cardenal Konrad Krajewski y al Dicasterio para el Servicio de la Caridad, así como también a las distintas realidades caritativas que se comprometieron en la colaboración para la realización de este evento.
Nuestra gratitud se dirige naturalmente a quienes ejecutaron con arte y pasión la música y los cantos: al Coro de la Diócesis de Roma dirigido por el Maestro Mons. Marco Frisina, junto con la Orquesta Nova Opera. Y no podemos olvidar a la Fundación Nova Opera y a todos los patrocinadores que han hecho posible este evento. Un “gracias” realmente especial lo dirigimos al artista Michael Bublé por su presencia esta tarde con nosotros, así como también a la Sra. Serena Autieri.
Queridos amigos, la música es como un puente que nos conduce a Dios. Ésta es capaz de transmitir sentimientos, emociones, hasta los movimientos más profundos del alma, llevándolos a lo alto, transformándolos en una escalera ideal que conecta la tierra con el cielo. Sí, la música puede elevar nuestra alma. No porque nos distraiga de nuestras miserias, porque nos aturda o nos haga olvidar los problemas y situaciones difíciles de la vida, sino porque nos recuerda que no somos sólo esto: somos mucho más que nuestros problemas y dificultades, somos hijos amados por Dios.
No es una casualidad que la fiesta de Navidad sea muy rica en cantos tradicionales, en todas las lenguas, en todas las culturas. Como si no se pudiera celebrar este Misterio sin música, sin himnos de alabanza. Por lo demás, el Evangelio mismo nos dice que mientras Jesús nacía en el establo de Belén, en el cielo había un gran concierto de ángeles. ¿Y quién escuchó ese concierto? ¿A quién se le aparecieron los ángeles? A los pastores, que velaban de noche para hacer la guardia a sus rebaños (cf. Lc 2, 13-14).
Muy queridos todos, en este tiempo de Adviento, preparémonos para el encuentro con el Señor que viene. Actuemos de manera que nuestros corazones no estén apesadumbrados, no sean presa de intereses egoístas y preocupaciones materiales, sino que estén despiertos, atentos a los demás, a quien tiene necesidad; que estén listos para escuchar el canto de amor de Dios, que es Jesucristo. Sí, Jesús es el canto de amor de Dios por la humanidad. ¡Escuchemos este canto! Aprendámoslo bien, para poderlo cantar también nosotros, con nuestra vida.
¡Gracias a todos! Que Dios los bendiga. ¡Buen camino de Adviento y feliz Navidad!

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