LOGRAR UNA MIGRACIÓN MÁS HUMANA: PALABRAS DEL PAPA A LOS PARTICIPANTES DEL PROYECTO MIGRATORIO “SNAPSHOTS FROM THE BORDERS” (10/09/2020)

El Papa Francisco recibió en audiencia este 10 de septiembre al mediodía, en la Sala Clementina del Vaticano, a una delegación de aproximadamente 50 personas representantes del proyecto europeo “Snapshots from the Borders” liderado por el alcalde de Lampedusa y Linosa, en Italia. El objetivo general del proyecto, en el que están involucrados varios países europeos, es aumentar la conciencia y la comprensión crítica de la interdependencia mundial y las causas de las corrientes migratorias, a fin de promover el logro y el respeto de las metas de desarrollo sostenible. Reproducimos a continuación, el texto completo pronunciado por el Santo Padre, traducido del italiano:

Queridas hermanas y hermanos:

Doy la bienvenida a los que se han adherido al proyecto “Snapshots from the borders”. Agradezco al Sr. Salvatore Martello, alcalde de Lampedusa y Linosa, por las palabras que me ha dirigido en nombre de todos. Y agradezco también por esta bella cruz, tan significativa, que han traído. Gracias.

El suyo es un proyecto con visión de futuro. Éste se propone promover una comprensión más profunda de la migración, que permita a las sociedades europeas dar una respuesta más humana y coordinada a los desafíos de las migraciones contemporáneas. La red de autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil, que nació de este proyecto, aspira a contribuir positivamente al desarrollo de políticas migratorias que respondan a este fin.

El escenario migratorio actual es complejo y a menudo presenta implicaciones dramáticas. Las interdependencias globales que determinan los flujos migratorios deben estudiarse y comprenderse mejor. Los desafíos son múltiples e interpelan a todos. Nadie puede permanecer indiferente ante las tragedias humanas que siguen consumándose en distintas regiones del mundo. Entre ellas, nos interpelan con frecuencia las que tienen como teatro al Mediterráneo, un mar de frontera, pero también de encuentro de culturas.

En febrero pasado, durante el encuentro – muy positivo – con los obispos del Mediterráneo, en Bari, recordaba cómo «entre los que más sufren en el área del Mediterráneo, están los que huyen de la guerra o dejan su tierra en busca de una vida digna del hombre. [...] Estamos conscientes de que en distintos contextos sociales se ha difundido un sentido de indiferencia e incluso de rechazo[...]. La comunidad internacional se ha quedado en intervenciones militares, mientras que debería construir instituciones que garanticen la igualdad de oportunidades y lugares donde los ciudadanos tengan la posibilidad de hacerse cargo el bien común [...]. Al mismo tiempo, no aceptamos nunca que quien busca esperanza cruzando el mar muera sin recibir ayuda [...]. Por supuesto, la acogida y una integración digna son etapas de un proceso no fácil; sin embargo, es impensable poder enfrentarlo levantando muros» (Discurso, 23 de febrero de 2020).

Frente a estos desafíos, parece evidente que tan indispensables son la solidaridad concreta y la responsabilidad compartida, tanto a nivel nacional como internacional. «La pandemia actual ha hecho evidente nuestra interdependencia: todos estamos vinculados, unos a otros, tanto en el mal como en el bien» (Audiencia General, 2 de septiembre de 2020). Debemos actuar juntos, no solos.

También es fundamental cambiar la forma de ver y de relatar la migración: se trata de poner en el centro a las personas, los rostros, las historias. De ahí la importancia de los proyectos, como el que ustedes promueven, que buscan proponer aproximaciones diversas, inspiradas en la cultura del encuentro, que constituye el camino hacia un nuevo humanismo. Y cuando digo “nuevo humanismo” no lo digo sólo como filosofía de vida, sino también como una espiritualidad, como un estilo de comportamiento.

Los habitantes de las ciudades y de los territorios de frontera – las sociedades, las comunidades, las Iglesias – están llamados a ser los primeros actores de este cambio de rumbo, gracias a las continuas oportunidades de encuentro que la historia les ofrece. Las fronteras, consideradas desde siempre como barreras de división, pueden convertirse, en cambio, en “ventanas”, espacios de conocimiento mutuo, de enriquecimiento recíproco, de comunión en la diversidad; pueden convertirse en lugares en los que se experimentan modelos para superar las dificultades que los nuevos arribos suponen para las comunidades autóctonas.

Los animo a seguir trabajando juntos por la cultura del encuentro y la solidaridad. Que el Señor bendiga sus esfuerzos en este sentido, y que la Virgen los proteja, así como a las personas para las que trabajan. Hago oración por ustedes, y ustedes, por favor, no se olviden de orar por mí. Que el Señor los bendiga a todos, a su trabajo y a sus esfuerzos para avanzar en esta dirección. Gracias.

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