INFORMACIÓN DE CALIDAD PARA COMPRENDER LOS DESAFÍOS DEL MUNDO: PALABRAS DEL PAPA A COLABORADORES DE UNA REVISTA CRISTIANA (18/09/2020)

Al dar su bienvenida este 18 de septiembre, a los colaboradores de la revista semanal cristiana “Tertio” de Bélgica, que realizan una peregrinación a Roma con motivo de la celebración de su vigésimo aniversario, el Santo Padre destacó que en la sociedad en la que vivimos, la información es una parte integral de nuestra vida cotidiana, y les dijo que cuando es de calidad, “nos permite comprender mejor los problemas y desafíos que enfrenta el mundo e inspira el comportamiento individual, familiar y social”. Reproducimos a continuación, el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, ¡bienvenidos!

Estoy contento por encontrarles, colaboradores de la revista semanal cristiana “Tertio”, que festeja su vigésimo aniversario. Les deseo un provechoso peregrinaje a Roma y los felicito por todo lo que hacen en el campo de la información y la comunicación. Agradezco a Monseñor Smet y al Sr. Van Lierde por sus palabras de presentación.

En la sociedad en la que vivimos, la información es una parte integral de nuestra vida cotidiana. Cuando es de calidad, nos permite comprender mejor los problemas y desafíos que el mundo está llamado a enfrentar, e inspira los comportamientos individuales, familiares y sociales. En particular, es muy importante la presencia de medios de comunicación cristianos especializados en información de calidad sobre la vida de la Iglesia en el mundo, capaces de contribuir a una formación de las conciencias.

Además, el nombre mismo de su semanario, “Tertio”, hace referencia a la Carta Apostólica de San Juan Pablo II Tertio millennio adveniente, en vista del Gran Jubileo del Año 2000, para preparar los corazones a acoger a Cristo y su mensaje liberador. Esta referencia, pues, no es sólo una llamada a la esperanza, sino que también apunta a hacer escuchar la voz de la Iglesia y la de los intelectuales cristianos en un escenario mediático cada vez más secularizado, con el fin de enriquecerlo con reflexiones constructivas. Buscando una visión positiva de las personas y los hechos, rechazando los prejuicios, se trata de favorecer una cultura del encuentro a través de la cual es posible conocer la realidad con una mirada confiada.

También es notable la contribución de los medios de comunicación cristianos para hacer crecer en las comunidades cristianas un nuevo estilo de vida, libre de toda forma de preconceptos y exclusión. De hecho — sabemos — «las habladurías cierran el corazón de la comunidad, cierran la unidad de la Iglesia. El gran chismoso es el diablo, que siempre está diciendo cosas terribles de los demás, porque él es el mentiroso que busca dividir a la Iglesia, alejar a los hermanos y no hacer comunidad» (Ángelus, 6 de septiembre de 2020).

La comunicación es una misión importante para la Iglesia. Los cristianos comprometidos en este ámbito están llamados a poner en práctica de manera muy concreta la invitación del Señor a ir por el mundo y proclamar el Evangelio (cf. Mc 16, 15). Debido a su alta conciencia profesional, el periodista cristiano debe ofrecer un testimonio nuevo en el mundo de la comunicación sin ocultar la verdad, ni manipular la información. En efecto, «en medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros» (Mensaje para la 54ª Jornada de las Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2020). Ustedes son protagonistas de esta “narración”.

El profesional cristiano de la información debe ser, por lo tanto, un portavoz de esperanza, un portador de confianza en el futuro. Porque sólo cuando el futuro se acoge como realidad positiva y posible, también el presente se vuelve vivible. Estas reflexiones también pueden ayudarnos, especialmente hoy, a alimentar la esperanza en la situación de pandemia que el mundo está atravesando. Son sembradores de esta esperanza en un mañana mejor. En el contexto de esta crisis, es importante que los medios de comunicación social contribuyan a que las personas no se enfermen de soledad y puedan recibir una palabra de consuelo.

Queridos amigos, vuelvo a animarlos por su compromiso y agradezco a Dios por su testimonio en el curso de estos veinte años, que ha permitido a su semanario hacerse de una buena reputación. Como subrayaba San Juan Pablo II, «a ustedes, que trabajan en el campo de la cultura y de la comunicación, la Iglesia los mira con confianza y esperanza, porque [...] están llamados a leer e interpretar el tiempo presente y a identificar los caminos para una comunicación del Evangelio según los lenguajes y la sensibilidad del hombre contemporáneo» (Discurso a los participantes en el Congreso para los trabajadores de la comunicación y de la cultura, organizado por la C.E.I., 9 de noviembre de 2002).

Confío a la protección de la Virgen Santa su trabajo al servicio del encuentro entre las personas y la sociedad. Que ella vuelva su mirada hacia cada uno y cada una de ustedes y los ayude a ser fieles discípulos de su Hijo en su profesión. Bendigo a todos los colaboradores de “Tertio”, a sus familiares, así como a los lectores de la revista. Y les pido, por favor, que no se olviden de orar por mí. Gracias.

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