VIVAMOS ESTA CUARESMA COMO UN TIEMPO DE CURACIÓN: ÁNGELUS DEL 30/03/2025
Queridos hermanos y hermanas, ¡buen domingo!
En el Evangelio de hoy (Lc 15, 1-3.11-32) Jesús se da cuenta de que los fariseos, en lugar de estar contentos porque los pecadores se acercan a Él, se escandalizan y murmuran a sus espaldas. Entonces Jesús les cuenta sobre un padre que tiene dos hijos: uno se va de casa, pero luego, al terminar en la miseria, regresa y es recibido con alegría; el otro, el hijo “obediente”, indignado con su padre, no quiere entrar en la fiesta. Así, Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que podamos amarnos como hermanos.
Muy queridos todos, vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como tiempo de curación. Yo también la estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo. Por eso agradezco de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con el afecto y con la oración. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; con mayor razón, sin embargo, somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado.
Confiando en la misericordia de Dios Padre, continuemos orando por la paz: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, que sufre tanto también por el terremoto.
Sigo con preocupación la situación en Sudán del Sur. Renuevo mi llamado apremiante a todos los líderes, para que hagan el máximo esfuerzo por reducir la tensión en el país. Es necesario dejar de lado las divergencias y, con valentía y responsabilidad, sentarse alrededor de una mesa e iniciar un diálogo constructivo. Sólo así será posible aliviar los sufrimientos de la querida población de Sudán del Sur y construir un futuro de paz y estabilidad.
Y en Sudán la guerra sigue cobrando víctimas inocentes. Exhorto a las partes en conflicto a que pongan en primer lugar la protección de la vida de sus hermanos civiles; y espero que inicien cuanto antes nuevas negociaciones, capaces de asegurar una solución duradera a la crisis. Que la comunidad internacional aumente los esfuerzos para hacer frente a la espantosa catástrofe humanitaria.
Gracias a Dios, también hay acontecimientos positivos: cito, por ejemplo, la ratificación del Acuerdo sobre la delimitación de la frontera entre Tayikistán y Kirguistán, que representa un excelente resultado diplomático. Animo a ambos países a seguir por este camino.
Que María, Madre de misericordia, ayude a la familia humana a reconciliarse en la paz.
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