UNA SOCIEDAD JUSTA NO SE CONSTRUYE ELIMINANDO A QUIENES NO TIENEN VOZ: MENSAJE DEL PAPA AL MOVIMIENTO POR LA VIDA ITALIANO (08/03/2025)

Una importante coincidencia se celebró este 8 de marzo en la Basílica Vaticana: el 50º aniversario del nacimiento del Movimiento Pro-Vida y el Jubileo del Mundo del Voluntariado. Para la ocasión, el Papa Francisco envió un mensaje desde el Policlínico “Agostino Gemelli”, donde se encuentra internado desde el 14 de febrero, fechado el 5 de marzo y leído por el Secretario de Estado. El Pontífice los invita, en el texto de su mensaje, a “apostar por las mujeres, por su capacidad de acogida, generosidad y valentía” porque “el concebido representa a todos los hombres y mujeres que no cuentan”. Compartimos a continuación el texto del mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanos del Movimiento por la Vida:

Les agradezco por su recuerdo en la oración. ¡Gracias de corazón! Los saludo a todos, en particular a la Presidente, la Sra. Marina Casini, y a los miembros del cuerpo directivo.

Conozco el valor del servicio que prestan a la Iglesia y a la sociedad. Junto a la solidaridad concreta, vivida con el estilo de la cercanía y la proximidad a las madres en dificultad por un embarazo difícil o inesperado, ustedes promueven la cultura de la vida en un sentido amplio. Y buscan hacerlo con franqueza, amor y tenacidad, manteniendo estrechamente unida la verdad a la caridad hacia todos. Les guían en ello los ejemplos y enseñanzas de Carlo Casini, que había hecho del servicio a la vida el centro de su apostolado laical y su compromiso político.

La ocasión que los ha reunido en Roma es importante: el 50º aniversario del Movimiento por la Vida, cuyo primer fruto fue el Centro de Ayuda a la Vida nacido en Florencia en 1975. Desde entonces, en toda Italia, los Centros de Ayuda a la Vida se han multiplicado. Y a ellos se han agregado las Casas de Acogida, los servicios SOS Vida, el Proyecto Gemma y las Cunas para la vida. Innumerables iniciativas se han emprendido para promover a todos los niveles de la sociedad la cultura de la acogida y los derechos del hombre. Por ello los animo a seguir adelante con el cuidado social de la maternidad y la acogida de la vida humana en todas sus fases.

En este medio siglo, mientras han disminuido algunos prejuicios ideológicos y ha crecido entre los jóvenes la sensibilidad por el cuidado de la creación, desafortunadamente se ha difundido la cultura del descarte. Por tanto, existe todavía y más que nunca la necesidad de personas de todas las edades que se empeñen concretamente en el servicio a la vida humana, sobre todo cuando es más frágil y vulnerable; porque ésta es sagrada, creada por Dios para un destino grande y hermoso; y porque una sociedad justa no se construye eliminando a los concebidos no deseados, a los ancianos que ya no son autónomos o a los enfermos incurables.

Queridas hermanas y hermanos, han venido desde muchas partes de Italia para renovar una vez más su “sí” a la civilización del amor, conscientes de que liberar a las mujeres de los condicionamientos que las empujan a no dar a luz a sus hijos, es un principio de renovación de la sociedad civil. Está a la vista de todos, de hecho, cómo la sociedad de hoy está estructurada sobre las categorías de poseer, hacer, producir, aparentar. Su compromiso, en armonía con el de toda la Iglesia, señala un tipo de proyecto distinto, que pone en el centro la dignidad de la persona y privilegia a quienes son más débiles. El concebido representa, por excelencia, a todos los hombres y mujeres que no cuentan, que no tienen voz. Ponerse de su parte significa hacerse solidarios con todos los descartados del mundo. Y la mirada del corazón que lo reconoce como uno o una de nosotros es la palanca que mueve este tipo de proyecto.

Sigan apostando por las mujeres, por su capacidad de acogida, de generosidad y valentía. Las mujeres deben poder contar con el apoyo de toda la comunidad civil y eclesial, y los Centros de Ayuda a la Vida pueden convertirse en un punto de referencia para todos. Les agradezco por las páginas de esperanza y ternura que ayudan a escribir en el libro de la historia y que permanecen imborrables: dan y seguirán dando muchos frutos.

Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Encomiendo a cada uno de ustedes, a sus grupos y su compromiso a la intercesión de Santa Teresa de Calcuta, presidente espiritual de los Movimientos por la Vida en el mundo. Y no se olviden de orar por mí. Gracias.

Roma, Policlínico Gemelli, 5 de marzo 2025

FRANCISCO

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