NECESITAMOS EL «MILAGRO DE LA TERNURA», QUE ACOMPAÑA EN LA PRUEBA: ÁNGELUS DEL 09/03/2025
Queridos hermanos y hermanas:
El miércoles pasado, con el rito de las Cenizas, iniciamos la Cuaresma, el itinerario penitencial de cuarenta días que nos llama a la conversión del corazón y nos conduce a la alegría de la Pascua. Esforcémonos para que sea un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, en la esperanza y la caridad.
Esta mañana, en la Plaza de San Pedro, se celebró la Santa Misa por el mundo del voluntariado, que está viviendo su Jubileo. En nuestras sociedades demasiado al servicio de las lógicas del mercado, donde todo corre el riesgo de ser sujeto al criterio del interés y la búsqueda de las ganancias, el voluntariado es profecía y signo de esperanza, porque atestigua la primacía de la gratuidad, de la solidaridad y el servicio a los más necesitados. A cuántos se comprometen en este campo expreso mi gratitud: gracias por ofrecer su tiempo y sus capacidades; ¡gracias por la cercanía y la ternura con la que cuidan a los demás, despertando en ellos la esperanza!
Hermanos y hermanas, durante mi prolongada recuperación aquí en el hospital, también yo experimento la preocupación del servicio y la ternura en el cuidado, en particular de parte de los médicos y los trabajadores de la salud, a quienes agradezco de corazón. Y mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que de distintas formas están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el “milagro de la ternura”, que acompaña a quienes están en la prueba llevando un poco de luz a la noche del dolor.
Quisiera agradecer a todos aquellos que me están mostrando su cercanía en la oración: ¡gracias de corazón a todos! También yo pido por ustedes. Y me uno espiritualmente a quienes en los próximos días participarán en los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana.
Juntos sigamos invocando el don de la paz, en particular en la martirizada Ucrania, en Palestina, en Israel, en el Líbano y en Myanmar, en Sudán y la República Democrática del Congo. En particular, me enteré con preocupación de que se ha retomado la violencia en algunas zonas de Siria: espero que cese definitivamente, en el pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles.
Los encomiendo a todos a la maternal intercesión de la Virgen María. ¡Feliz domingo y hasta pronto!
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