PROMOVER LA AMISTAD ENTRE LOS PUEBLOS EN ESTA HORA TURBULENTA: MENSAJE DEL PAPA AL XLIV MEETING DE RÍMINI (18/08/2023)

Los cristianos y todas las personas de buena voluntad no deben permanecer “sordos al grito que se eleva a Dios desde este mundo nuestro”, para construir “una cultura de paz allí donde cada uno de nosotros vive”. Necesitamos “gestos concretos” y “decisiones compartidas”, los discursos no bastan. Es la invitación que dirige el Papa Francisco en el mensaje fechado el pasado 29 de julio y dado a conocer este 18 de agosto, dirigido a Mons. Nicolò Anselmi, Obispo de Rímini, firmado por el Card. Secretario de Estado, Pietro Parolin, con motivo del 44º Encuentro por la Amistad entre los Pueblos, que se celebra del 20 al 25 de agosto y cuyo texto transcribimos a continuación, traducido del italiano:

Desde el Vaticano, 29 de julio 2023

A S.E.R. Mons. Nicolò Anselmi
Obispo de Rímini

Excelencia Reverentísima:

El Santo Padre le confía también este año su mensaje dirigido a los organizadores y participantes del Meeting para la amistad entre los pueblos, mientras, desgraciadamente, la guerra y las divisiones siembran en los corazones rencores y miedos, y el otro distinto a mí es percibido a menudo como un rival. La comunicación global y persuasiva hace que esta actitud difundida se vuelva una mentalidad, de que las diferencias aparezcan como síntomas de hostilidad y se verifique una especie de epidemia de enemistad.

En tal contexto, el título del Meeting suena audaz: “La existencia humana es una amistad inagotable”. Audaz porque va completamente en contra de la tendencia, en un tiempo marcado por el individualismo y la indiferencia, que generan soledad y muchas formas de descarte.

Es una situación de la cual es imposible salir con las propias fuerzas. Desde siempre la humanidad lo ha experimentado: nadie puede salvarse solo. Por ello, en un momento preciso de la historia, Dios tomó la iniciativa: «Dios manda a su Hijo, lo da, lo entrega, lo comparte; para que aprendamos el camino de la fraternidad, el camino del don. Es definitivamente un nuevo horizonte, es una nueva palabra para tantas situaciones de exclusión, de disgregación, de cerrazón, de aislamiento. Es una Palabra que rompe el silencio de la soledad» (Homilía en Asunción, Paraguay, 12 de julio 2015).

Jesús mismo se presenta como amigo: «Ya no les llamo siervos, sino que los he llamado amigos» (Jn 15, 15). El Espíritu de Cristo resucitado rompió la soledad entregando al hombre y su amistad, como pura gracia. Lo recordaba Don Giussani con palabras que sugirieron el título del Meeting de este año: «Al aparecer este don, la soledad humana se disuelve. La experiencia humana ya no es la de una impotencia desoladora, sino la de una conciencia y una enérgica capacidad [...]. La fuerza del hombre es Otro, la certeza del hombre es Otro: la existencia es un diálogo profundo, la soledad es abolida desde las mismas raíces en todo momento de la vida. [...] La existencia humana es una amistad inagotable» (El camino hacia lo verdadero es una experiencia, Milán 2006, 108-109).

Dirigiéndose a los jóvenes, el Santo Padre exaltó el valor de la verdadera amistad, que ensancha el corazón: «Los amigos fieles [...] son un reflejo del afecto del Señor, de su consuelo y su presencia amorosa. Tener amigos nos enseña a abrirnos, a entender, a cuidar de los demás, a salir de nuestra comodidad y el aislamiento, a compartir la vida» (Christus vivit, 151). Y podemos unirle esta otra reflexión de Don Giussani: «la verdadera naturaleza de la amistad es vivir libremente juntos por el destino. No puede existir una amistad entre nosotros, no podemos llamarnos amigos, si no amamos el destino del otro sobre todas las cosas, más allá de cualquier cosa a cambio» (A través de la compañía de los creyentes, Milán 2021, 184).

La actitud de apertura al otro como hermano es uno de los rasgos distintivos del pontificado del Papa Francisco, de su testimonio y su magisterio: «El amor a lo otro por lo que es nos impulsa a buscar lo mejor para su vida. Solo cultivando esta forma de relacionarnos haremos posible la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos» (Enc. Fratelli tutti, 94). Precisamente la amistad social, que el Papa continúa recomendando como la única oportunidad en las situaciones más dramáticas – incluso ante la guerra – «cuando es genuina [...] dentro de una sociedad es condición de posibilidad de una verdadera apertura universal» (ibid., 99).

La ley de la amistad fue fijada por Jesús con estas palabras: «nadie tiene un amor más grande que este: dar la vida por sus amigos» (Jn 15, 13). Por eso el Santo Padre pide a los cristianos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que no permanezcan sordos ante el grito que sube hacia Dios desde éste nuestro mundo. No bastan los discursos, son necesarios mucho más «gestos concretos» y «decisiones compartidas» que construyan una cultura de paz ahí donde cada uno de nosotros se encuentra viviendo: «reconciliarnos en familia, con los amigos y los vecinos, orar por quien nos ha herido, reconocer y ayudar a quien se encuentra en necesidad, llevar una palabra de paz a la escuela, a la universidad o a la vida social, ungir de proximidad a alguien que se siente solo...» (Discurso en el Meeting mundial sobre fraternidad humana “Not alone”, 10 de junio 2023). Es un camino que todos pueden recorrer y la Iglesia no se cansa de animar a recorrerlo, practicando casi con obstinación esta suprema virtud humana y cristiana.

Queridos amigos, ¿no es quizás esta la contribución que el Meeting por la amistad entre los pueblos ha buscado dar en su historia de ya más de cuarenta años? Ser lugar de amistad entre las personas y los pueblos, abriendo caminos de encuentro y diálogo. En esta hora turbulenta de la historia, el Papa los anima para que no disminuya la disponibilidad a una “amistad inagotable” – para que fundada en Cristo y en la roca de Pedro –, listos para captar el bien que cada 1 puede aportar a la vida de todos, porque «las otras culturas no son enemigos de los que hay que defenderse, sino que son reflejos diferentes de la riqueza inagotable de la vida humana» (Enc. Fratelli tutti, 147).

Es nuestra experiencia humana, que compartimos con toda persona, sin importar la tradición cultural y religiosa a la que pertenezca, el terreno sobre el que se puede enraizar la experiencia de la amistad que construye historia, como dijo el Papa Benedicto XVI: «el encuentro de las culturas es posible porque el hombre, a pesar de todas las diferencias de su historia y sus creaciones comunitarias, es un idéntico y único ser. Este ser único que es el hombre, en la profundidad de su existencia, es interceptado por la verdad misma» (Fe, Verdad, Tolerancia. El cristianismo y las religiones del mundo, Siena 2003, 67).

¡Cuántas amistades nacieron en los pabellones de la Feria de Rímini durante los Meeting! Como afirma el Santo Padre, «las verdaderas amistades [...], suceden y después es como si se cultivaran. Al punto de hacer entrar a la otra persona en mi vida» (entrevista a la estación FM Milenium 106.7, septiembre 2015). He ahí una hermosa definición de amistad, que hay que practicar cada vez más: hacer entrar a la otra persona en la propia vida.

El Papa Francisco desea que el Meeting para la amistad entre los pueblos siga promoviendo la cultura del encuentro, abierto a todos, sin excluir a nadie, porque en cada uno hay un reflejo del Padre que «da a todos la vida y la respiración y todas las cosas» (Hch 17, 25). Que cada uno de los participantes pueda aprender un poco a acercarse a los demás a la manera de Jesús, que «siempre tiende la mano, siempre busca levantar, actuar de manera que la gente sane, que sea feliz, que encuentre a Dios» (Catequesis, 7 de agosto 2019). De manera que crezcan la amistad social y la amistad entre los pueblos.

A usted, Excelencia, a los organizadores, a los voluntarios y a cuantos tomarán parte en el Meeting Su Santidad pide el recuerdo en la oración y envía de corazón la Bendición Apostólica.

Uniendo mi personal deseo por el mejor resultado de la iniciativa, aprovechó la circunstancia para confirmarme con sentimientos de distinguido aprecio.

De Su Excelencia Reverentísima
Pietro Card. Parolin
Secretario de Estado

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