ORIENTAR LA ABOGACÍA AL SERVICIO DE LA VERDAD Y DE LA JUSTICIA: PALABRAS DEL PAPA A ABOGADOS DEL CONSEJO DE EUROPA (21/08/2023)

Al recibir por la mañana de este 21 de agosto, en la Biblioteca del Palacio Apostólico, a una delegación de abogados de los países miembros del Consejo de Europa, el Papa Francisco anticipó que está escribiendo una segunda parte de la “Laudato si'” y denunció la tendencia a reivindicar, cada vez más, derechos individuales. “Sin esta búsqueda de la verdad sobre el hombre, según el plan de Dios, cada quien se convierte en la medida de sí mismo y de sus propias acciones”, dijo el Santo Padre en su mensaje cuyo texto transcribimos a continuación, traducido del italiano:

Señora, señores:

Me alegra recibirlos, abogados de distintos países miembros del Consejo de Europa. El 11 de junio de 2022 firmaron el Llamado de Viena, que invita a los Estados miembros del Consejo a comprometerse en favor del Estado de Derecho y la independencia de la justicia. Tal Llamado se ubica en el contexto europeo actual, difícil en muchos aspectos, a causa, entre otros, de la guerra insensata en Ucrania. Les agradezco por la importante contribución que ofrecen a la promoción de la democracia y el respeto a la libertad y la dignidad humana. Los tiempos de crisis social, económica, identitaria y de seguridad desafían a las democracias occidentales a responder eficazmente, permaneciendo sin embargo siempre fieles a sus principios; principios que hay que reconquistar continuamente y cuya defensa requiere de una gran vigilancia. El miedo a desórdenes y violencia, la perspectiva de cambios en los equilibrios establecidos, la necesidad de actuar con eficacia ante las urgencias pueden inducir a la tentación de hacer excepciones, de limitar – al menos de manera provisional – el Estado de Derecho en la búsqueda de soluciones fáciles e inmediatas. Me parece entonces importante que ustedes recuerden, en una de sus propuestas, que «el Estado de Derecho nunca sea objeto de la mínima excepción, incluso en tiempo de crisis». La razón es que el Estado de Derecho está al servicio de la persona humana y tiene como objetivo cuidar su dignidad, y esto no admite ninguna excepción. Es un principio.

No son, sin embargo, solo las crisis las que originan amenazas contra la libertad y el estado de derecho al interior de las democracias. En efecto, una concepción errónea de la naturaleza humana y la persona humana se difunde cada vez más, una concepción que debilita la protección misma y que abre poco a poco la posibilidad de graves abusos bajo la apariencia de bien.

Es necesario recordar que el fundamento de la dignidad de la persona humana reside en su origen trascendente, que impide, por consecuencia, cualquier violación; y tal trascendencia exige que, en toda actividad humana, la persona se ha puesta en el centro y no se encuentre A merced de las modas y los poderes del momento (cf. Discurso al Parlamento Europeo, 25 de noviembre 2014). En efecto, «Una Europa que ya no es capaz de abrirse a la dimensión trascendente de la vida es una Europa que lentamente se arriesga a perder su propia alma e incluso aquel “espíritu humanista” que también ama y defiende» (ibid.).

El respeto de los derechos humanos puede asegurarse y un Estado de Derecho puede encontrar solidez sólo en la medida en que los pueblos permanezcan fieles a sus raíces que se alimentan de la verdad, la cual constituye la savia vital de cualquier sociedad que aspire a ser verdaderamente libre, humana y solidaria (cf. Discurso al Consejo de Europa, 25 de noviembre 2014). Sin esta búsqueda de la verdad acerca del hombre, según el proyecto de Dios, cada quien se convierte en la medida de sí mismo y del propio actuar. Ahora, de hecho, existe actualmente una tendencia a reivindicar cada vez más derechos individuales no teniendo en cuenta el hecho de que todo ser humano está vinculado a un contexto social en el cual sus derechos y deberes están conectados a los de los demás y al bien común de la sociedad misma (cf. Discurso al Parlamento Europeo). Un malentendido sobre el concepto de Derechos Humanos y su paradójico abuso podría entregar a los pueblos a los «purísimos angelicales, [a los] totalitarismos de lo relativo, [...] [a los] fundamentalismos anti históricos, [a los] eticismos sin bondad, [a los] intelectualismo sin sabiduría» (Exhort. Ap. Evangelii gaudium, 231), donde el Estado de Derecho estaría sólo al servicio de una persona humana falsificada y manipulada según intereses económicos e ideológicos.

Queridos abogados, aprecié en su Llamado, entre los aspectos que hay que vigilar con respecto a su profesión, el recuerdo del principio fundamental del secreto profesional, del cual ustedes deploran las violaciones en algunos Estados miembros. Comprendo y comparto su preocupación y los animo en su acción. Es indispensable que se preserven en nuestras sociedades espacios de confianza en los que las personas puedan expresarse y liberarse de sus cargas. Eso es muy importante. En la Iglesia tenemos el secreto de Confesión; ustedes también tienen este espacio, donde una persona puede decirle la verdad a su abogado para que la ayude...

Soy sensible también al cuidado que dirigen a la casa común y a su compromiso por participar en la elaboración de un cuadro normativo en favor de la protección del medio ambiente. Nunca debemos olvidar que las jóvenes generaciones tienen derecho a recibir de nosotros un mundo hermoso y vivible y que ello nos llena de graves deberes con respecto a la creación que hemos recibido de las manos generosas de Dios. Gracias por esta contribución. Estoy escribiendo una segunda parte de la Laudato si’ para actualizar los problemas actuales.

Les renuevo mi apoyo en perseverar en el ejercicio de su profesión, orientada al servicio de la verdad y la justicia, necesarias para construir paz en El Mundo y armonía en nuestras sociedades. Que la Virgen María y San Ivo los protejan y los cuiden. De corazón los bendigo y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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