CUIDADO CON LA DIFUSIÓN DEL ODIO A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DE LA RED INTERNACIONAL DE LEGISLADORES CATÓLICOS (26/08/2023)

El Papa Francisco se reunió, la mañana de este 26 de agosto en la Sala Clementina del Vaticano, con los miembros de la Red Internacional de Legisladores Católicos, cuyo objetivo es formar a una nueva generación de líderes capaces de promover la doctrina social de la Iglesia en la esfera pública. El Pontífice advirtió ante los riesgos de la tecnocracia dominante en la actualidad, que tiende a “cosificar” a las personas y los recursos naturales. Reproducimos a continuación el texto de su intervención, traducido del italiano:

Eminencias, Excelencias, ilustres señoras y señores, queridas hermanas y hermanos en Cristo, bienvenidos:

Me alegra extenderles mi saludo en ocasión de su decimocuarto encuentro anual, en Frascati. Les agradezco por su visita.

El tema que eligieron para el encuentro de este año, Great Power Struggle, Corporate Capture y tecnocracia: una respuesta cristiana a tendencias deshumanizantes, toca aspectos vitales de nuestra existencia. En efecto, hoy el «paradigma tecnocrático dominante» suscita profundas interrogantes «sobre el lugar que ocupan el ser humano y su acción en el mundo» (Enc. Laudato si’, 101).

Ciertamente uno de los aspectos más preocupantes de este paradigma, por sus impactos negativos tanto en el medio ambiente de la ecología humana como de la naturaleza, Es la tentación sutil del espíritu humano que induce a las personas – y especialmente a los jóvenes – a un uso distorsionado de su propia libertad. Lo vemos cuando hombres y mujeres son animados cada vez más hay ejercer un control en lugar de una custodia responsable con respecto a los “objetos” materiales o económicos, a los recursos naturales de nuestra casa común o incluso a los unos y los otros. Esta “cosificación”, que en un último análisis repercute negativamente sobre los sujetos más pobres y frágiles de la sociedad, puede ocurrir de manera directa o indirecta, a través de decisiones cotidianas que pueden parecer neutrales, pero que en realidad son «pertinentes al tipo de vida social que se pretende desarrollar» (ibid., 107).

Mientras buscan responder a esta pregunta y a los muchos desafíos relacionados con ella, promoviendo una doctrina social católica – en particular con respecto a la centralidad del valor y la dignidad dada por Dios mismo a toda persona humana –, quisiera hacerles notar que la estructura misma de su organización puede ofrecerles un marco de referencia. Ustedes son, de hecho, una red internacional y describen su finalidad como la de “unir en comunidad a una nueva generación de valientes líderes cristianos”.

El fin de toda red es poner en contacto a las personas, haciéndoles conscientes de pertenecer a algo más grande que ellos. Es éste, de hecho, el objetivo declarado por muchas plataformas mediáticas, y es ciertamente mucho el bien producido a través de estos medios de comunicación. Al mismo tiempo, sin embargo, es necesario ser vigilantes, porque desafortunadamente, en estos canales de comunicación, se pueden también encontrar prácticas deshumanizantes de matriz tecnocrática, como la difusión deliberada de noticias falsas, las fake news, el fomento de actitudes de odio y división – la propaganda “partidista” –, la reducción de las relaciones humanas a algoritmos, por no hablar del favorecimiento de falsos sentidos de pertenencia, especialmente entre los jóvenes, que pueden llevar al aislamiento y la soledad. Este uso distorsionado del encuentro virtual puede ser superado solo por una cultura del encuentro auténtico, que implica un llamado radical al respeto y la escucha recíproca, incluso ante quien tiene opiniones fuertemente distintas a las propias. También aquí su red puede ofrecer un ejemplo, porque ustedes buscan llevar a personas de todo el mundo a encontrarse de manera sincera, genuina.

Hacer red, sin embargo, no quiere decir solo juntar a las personas; quiere decir también habilitarlas para cooperar en el alcance de un objetivo común. Podemos pensar en los primeros discípulos, llamados por Jesús para trabajar juntos echando las redes para una pesca abundante (cf. Lc 5, 1-11); y podríamos definir las redes como instrumentos que hay que utilizar de manera compartida para la realización de un fin común.

Estos dos aspectos – poner en contacto y el fin común – caracterizan su trabajo y al mismo tiempo reflejan la vida misma de la Iglesia, Pueblo de Dios llamado a vivir en comunión y en misión. Son estas dos fuerzas, una “centrípeta” y la otra “centrifuga” las que, sostenidas por la fuerza del Espíritu Santo, unen a las personas en comunión fraterna hacia el interior y, al mismo tiempo, las impulsan hacia el exterior, en la misión común de proclamar gozosamente el Evangelio. Una red realmente cristiana, entonces, es ya por sí misma una respuesta a las “tendencias deshumanizantes”, porque no solo tiende hacia las verdades que liberan la existencia del hombre, sino que busca también construir modelos en el ámbito de sus actividades. Por este motivo, manteniéndose como una red internacional genuinamente católica, ustedes indican de manera creíble una alternativa a esa tiranía tecnocrática que induce a nuestros hermanos y hermanas a apropiarse sencillamente de recursos tanto de la naturaleza como de la existencia humana, disminuyendo en ellos, sin embargo, la capacidad de tomar decisiones y vivir vidas auténticamente libres (cf. Enc. Laudato si’, 108).

Pido al Espíritu Santo que inspire y guíe sus esfuerzos dirigidos a formar una nueva generación de líderes, líderes católicos bien preparados y fieles, dedicados a promover la doctrina social y la ética de la Iglesia en la esfera pública. De este modo, entregarán ciertamente su contribución al crecimiento del Reino de Dios.

Que los cuide la Santa Virgen María y que Dios omnipotente bendiga sus esfuerzos y los lleve a buen fruto. Les pido, no se olviden de orar por mí. Gracias.

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