SIGAN ADELANTE PERMANECIENDO FIELES A CRISTO: PALABRAS DEL PAPA A LOS PARTICIPANTES EN EL CAPÍTULO GENERAL DE LA ORDEN DE MALTA (30/01/2023)

El Papa Francisco recibió este 30 de enero en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano a los participantes en el Capítulo General de la Soberana Orden de Malta, tras la elección de los nuevos Altos Cargos y los animó a continuar con su misión. “Los exhorto a permanecer fieles a Cristo, Maestro y Señor, y a seguir adelante, llevando por todo el mundo su mensaje de curación para quien está enfermo y de consuelo para quien está afligido”, fueron algunas de las palabras que les dirigió el Santo Padre, cuyo texto completo, traducido del italiano, transcribimos a continuación:

Queridos hermanos y hermanas:

Agradezco al Cardenal Silvano Tomasi por sus corteses palabras y aprovecho esta ocasión para manifestarle mi gratitud por todo el trabajo que ha desarrollado como mi Delegado Especial, junto al Grupo de Trabajo que lo acompañó en estos últimos años. Agradezco a Fra’ John Dunlap, Lugarteniente del Gran Maestre, por las expresiones de fidelidad y esperanza que me ha dirigido a nombre de todos ustedes.

Saludo con placer a los nuevos Altos Cargos y a los miembros del nuevo Soberano Consejo, elegido en el curso del Capítulo General que apenas han concluido. A partir de aquí retomen con renovado impulso su compromiso de tuitio fidei y obsequium pauperum, dando gratuitamente lo que han recibido gratuitamente y dando testimonio de que seguir a Cristo en el servicio a los pobres y los enfermos es un camino que llena el alma. De hecho, les permite encontrar al Señor en cada rostro de un hermano necesitado, en cada mano que estrechan en la acogida, en cada circunstancia en que reviven el ideal que el Beato Gerardo, su fundador, realizó dando su vida en el servicio a los “Pobres de Nuestro Señor”.

Me alegró enterarme que las personas nombradas el pasado 3 de septiembre en el gobierno provisional encontraron la confianza de la gran mayoría de los Capitulares. Ellos, provenientes de las distintas realidades territoriales en los cinco continentes, expresaron su satisfacción y dieron confianza a quien “transportó” a la Orden hacia este nuevo recorrido, para aplicar fielmente la nueva Carta Constitucional y el nuevo Código Melitense. También estoy contento de saber que hubo una buena discusión sobre los temas que enfrentaron. La dialéctica por cierto nunca faltará, pero, como les escribí en el mensaje que les dirigí al inicio del Capítulo General, el camino a seguir es el que viene directamente de Cristo: ut unum sint, para que el mundo crea (cf. Jn 17, 21). Cada vez más unidos para dar testimonio de su fe y de la pertenencia a la Orden; cada vez más coherentes con la cruz octagonal que con orgullo portan. Estoy seguro que en la elección del Gran Maestre encontrarán una guía segura, garante de la unidad de toda la Orden, en la fidelidad al Sucesor de Pedro y a la Iglesia.

En el Capítulo de los Profesos, que precedió al Capítulo General, respondiendo a mi invitación y a cuánto está establecido en la Carta Constitucional y en el nuevo Código Melitense, enfrentaron el tema de la reconstitución, según la inspiración original, de la vida comunitaria y de la plena observancia del voto solemne de pobreza. También valoraron concretamente las modalidades para el sostén de la vida comunitaria y el compromiso que al respecto asume la Orden. De ello me congratulo. Considero también justa y prudente la decisión de no obligar a la vida comunitaria a quien, emitiendo la profesión, sabía que no estaba obligado, y de afirmar al mismo tiempo que todos son invitados a abrazarla. Por tanto, aquellos que harán la profesión solemne de ahora en adelante, conscientes de que ella implica la vida comunitaria, asumirán dicha obligación con plena libertad.

Aprecio la decisión de reabrir un noviciado y espero que pronto se le podrán añadir otros. Pido al Señor, e invito a todos ustedes a hacerlo conmigo, que envíe abundantes vocaciones a su Orden, no solo para la profesión religiosa, sino también a la segunda clase, primera colaboradora de los profesos, y a la tercera clase. Para mantener con vida tantas obras meritorias, es necesario pedir que el Señor envíe “buenos trabajadores”, suscitando vocaciones en cada clase, de manera particular a la profesión religiosa, que vive y expresa en plenitud la vocación juanina.

También enfrentaron el tema de la formación inicial y permanente de los miembros, indicando algunas líneas que podrán favorecer su puesta en práctica. En particular, es necesaria una adecuada formación de los profesos, como también de los caballeros de la segunda clase, en el sentido concreto de la promesa de obediencia emitida. No debe tampoco olvidarse la formación de la tercera clase, de la cual deseo que puedan nacer sólidas vocaciones para las distintas dimensiones de servicio en la Orden.

En el Capítulo General mi Delegado Especial, el Lugarteniente del Gran Maestre y los Altos Cargos del gobierno provisional, presentaron, cada uno según sus propias competencias, una relación detallada que les informó sobre el estado de la Orden. Ya sean las preguntas sobre los distintos temas, como las relativas respuestas, les permitirán continuar con un cada vez más vivo impulso en las dedicación a las muchísimas obras caritativas y humanitarias que llevan adelante, con entusiasmo y fervor cristiano. De hecho, las relaciones de los Altos Cargos, que fueron aprobadas casi por unanimidad, constituirán las líneas que por voluntad del Capítulo el nuevo gobierno tendrá que seguir, dando a ellas aplicación concreta.

Queridos hermanos, quisiera detenerme brevemente sobre los términos que califican a su Orden:

Soberano. Se trata de una soberanía completamente singular, asumida en el curso de los siglos y confirmada por voluntad de los Papas. Ella les permite realizar generosos y comprometidos gestos de solidaridad, haciéndose cercanos a los más necesitados, bajo la tutela jurídica diplomática internacional.

Militar. Para la defensa de los peregrinos y de los lugares santos, además que de la cristiandad, su orden escribió páginas gloriosas. Hoy, esas gestas dejan su lugar al diálogo interreligioso. Además, la fe en Cristo y el seguimiento suyo nos comprometen en el testimonio del Evangelio y la lucha contra todo aquello que se le opone.

Hospitalario. La orden tiene origen en el servicio que el Beato Gerardo ofrecía a los peregrinos en Jerusalén, en el Hospital dedicado a San Juan Bautista, que se convirtió después en su Patrono. En ese lugar Gerardo, con los primeros hermanos, acogía a los peregrinos y necesitados, prestándoles también los cuidados médicos que necesitaban, y esto se reencuentra hoy en la pluralidad de sus obras. Cuidando a los Señores enfermos, ustedes saben reconocer en cada uno de ellos el rostro sufriente de Cristo, cualquiera que sea su proveniencia, nacionalidad, credo religioso. Y entonces, cuando se hacen cercanos con compasión y ternura – son los tres modos del Señor: proximidad, cercanía, compasión y ternura –, ustedes mismos se identifican con Jesús, Buen Pastor, buen samaritano. No lo olvidemos: las obras deben estar bien organizadas y bien administradas, pero sobre todo deben ser signo de la caridad de Cristo, que es como la forma de todas las obras que ustedes deben tener.

Queridos hermanos y hermanas, han escrito una página de historia muy importante para la Orden de Malta, gracias, pueden estar orgullosos de ello. Los exhorto a permanecer fieles a Cristo, Maestro y Señor, y a seguir adelante llevando a todo el mundo su mensaje de curación para quien está enfermo y de consuelo para quien está afligido. De eso un día daremos cuenta a Dios Padre: el haber sido sus fieles testigos, prójimos de nuestro prójimo, no animados por aspiraciones mundanas, sino ardientes en el servicio y el testimonio del Resucitado.

De corazón bendigo a todos ustedes, a sus familias, a los miembros, a los empleados, a los voluntarios, a las personas que asisten y a sus obras diseminadas en todo el mundo y en muchas periferias existenciales. Y les pido por favor: no se olviden de orar por mí. ¡Este trabajo no es fácil! Gracias.

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