UN NUEVO DECRETO PARA MAYOR TRANSPARENCIA Y CORRECCIÓN CON RESPECTO A LAS INTENCIONES DE LA MISA: DECRETO DEL DICASTERIO PARA EL CLERO (13/04/2025)

Con información de Vatican News. El Dicasterio para el Clero actualiza la disciplina relativa a las intenciones de la Santa Misa y a las ofrendas vinculadas con ello, introduciendo reglas más claras para garantizar transparencia, corrección y respeto a la voluntad de los fieles. El Decreto, aprobado por el Papa Francisco de manera específica hoy, 13 de abril, entrará en vigor el próximo 20 de abril, Domingo de Pascua.

La cuestión se refiere a una de las formas más concretas con la que los fieles participan en la vida de la Iglesia: pedir que una Misa sea celebrada por vivos o por difuntos. Una costumbre muy antigua, fundamentada en motivaciones pastorales y espirituales profundas, disciplinada hasta ahora mediante condiciones que permitían por una parte mantener la palabra dada a quienes la ofrecían y por otra, alejar el peligro de “comerciar” con cosas sagradas. En virtud de esta praxis, los fieles por medio de una ofrenda, se lee en el texto, “quieren unirse más estrechamente al Sacrificio Eucarístico agregando a éste un sacrificio propio y colaborando con las necesidades de la Iglesia y, en particular, contribuyendo a la manutención de sus sagrados ministros”. Así, los fieles “se unen más íntimamente a Cristo que se ofrece a sí mismo y están, en cierto sentido, aún más profundamente insertos en la comunión con Él” según una costumbre que “no sólo es aprobada por la Iglesia, sino también es promovida por ella”.

El documento – que integra y especifica las normas ya contenidas en el Decreto Mos iugiter de 1991 – nace para enfrentar algunos aspectos críticos surgidas en la praxis y especialmente con respecto a las misas con intenciones “colectivas”, o más bien celebraciones con varias intenciones en el mismo rito.

En particular, el Dicasterio bajo la guía del Card. Lazzaro You Heung-sik establece que, si es dispuesto por el Concilio provincial o la reunión de los Obispos de la provincia, “los sacerdotes pueden aceptar varias ofrendas de personas distintas, acumulándolas con otras y satisfaciéndolas con una sola Misa, celebrada según una única intención ‘colectiva’, si – y sólo si – todas las personas que han hecho una ofrenda hayan sido informadas de ello y hayan aceptado libremente”. Se hace explícito al respecto que, en ausencia de un “consenso explícito”, la voluntad de quienes realizan las ofrendas “nunca puede presumirse”, más aún, “en su ausencia, se presume siempre que no ha sido dado”.

Si ante todo se recomienda que “cada comunidad cristiana esté atenta para ofrecer la posibilidad de celebrar Misas feriales con una sola intención”, el sacerdote, se lee en el Decreto, “puede celebrar distintas Misas también según intenciones ‘colectivas’, quedando firme que le es lícito mantener, diariamente, una sola ofrenda por una sola intención entre aquellas aceptadas”.

Además, en el Decreto se renuevan las disposiciones ya vigentes, según las cuales “el ministro, además de las ofrendas determinadas por la autoridad competente, para la administración de los sacramentos no solicite nada, evitando siempre que los más necesitados sean privados de la ayuda de los sacramentos por motivo de la pobreza”. También, se aclara que cada Obispo diocesano puede, en consideración a las circunstancias específicas de la Iglesia particular y de su clero, disponer el destino de las ofrendas “a las parroquias en estado de necesidad de la propia o de otras Diócesis, especialmente en países de misión”.

Los Obispos y los párrocos son llamados a vigilar con atención, haciendo lo posible para que toda intención y ofrenda se anoten en registros dedicados a ello, y ha asegurado que sea clara para todos “la distinción entre la aplicación por una intención determinada de la Misa, (incluso ‘colectiva’) y el simple recuerdo durante una celebración de la Palabra o en algunos momentos de la celebración eucarística”. Al respecto se especifica que “la petición” o incluso solo “la aceptación de ofrendas” en relación con estas dos últimas situaciones es “gravemente ilícita” y prevé el recurso a “medidas disciplinarias y/o penales”.

Finalmente, el Dicasterio para el Clero anuncia que, transcurridos diez años a partir de la entrada en vigor de estas normas, promoverá un estudio de la praxis, así como de la normativa vigente en la materia, con vistas a una “verificación” de su aplicación y una eventual “actualización”.

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