DECIR «SÍ» A DIOS ABRE HORIZONTES DE PAZ: MENSAJE DEL PAPA A LA PEREGRINACIÓN JUBILAR ESLOVACA (04/04/2025)

«Hubiera deseado mucho estar presente entre ustedes para compartir este momento de fe y comunión»: así expresó el Papa Francisco su pesar por no haber podido participar en la peregrinación nacional jubilar eslovaca, en un mensaje leído este 4 de abril durante la Misa en la Basílica Vaticana por Mons. Bernard Bober, Arzobispo de Kosšice y Presidente de la Conferencia Episcopal Eslovaca. Entre los 4,300 peregrinos presentes se encontraban también el Presidente eslovaco, Peter Pellegrini, junto con otros ministros y el Nuncio Apostólico en Eslovaquia, Mons. Nicola Girasoli. Compartimos a continuación, el mensaje del Papa, traducido del italiano:

Queridos hermanos en el Episcopado, queridos sacerdotes religiosas y religiosos, queridas hermanas, queridos hermanos en el Señor:

Hubiera deseado mucho estar presente entre ustedes para compartir este momento de fe y comunión, pero ahora estoy convaleciente y, por tanto, me uno a ustedes a través de la oración y con todo mi afecto.

Le doy la bienvenida a todos ustedes, llegados a Roma para la peregrinación nacional en este año jubilar. Saludo a Su Excelencia Mons. Bernard Bober, Presidente de la Conferencia Episcopal, a los Obispos, sacerdotes, consagrados y fieles laicos. Dirijo un cordial saludo a las autoridades civiles, en particular me alegra dirigirlo al señor Presidente Peter Pellegrini.

Su peregrinación es signo concreto del deseo por renovar la fe, por fortalecer el vínculo con el Sucesor de Pedro y dar testimonio con alegría de la esperanza que no defrauda (cf. Rom 5, 5), porque nace del amor surgido del corazón atravesado de Cristo y derramado en nosotros por el Espíritu Santo. De esta esperanza, el presente Jubileo nos llama a convertirnos peregrinos en toda nuestra vida, y el viaje a Roma, con el paso a través de las Puertas Santas y detenerse junto a las tumbas de los Apóstoles y los Mártires, es la prenda de este camino de todos los días, dirigido hacia la eternidad. Para ustedes, hermanas y hermanos eslovacos, es un itinerario que se inserta en la rica tradición cristiana de su tierra, fecundada por el testimonio de los Santos Cirilo y Metodio y de muchos otros santos y santas, que desde hace más de mil años la riegan con el Evangelio de Cristo.

La fe, queridos hermanos, es un tesoro que hay que compartir con alegría. Todo tiempo lleva consigo desafíos y fatigas, pero también oportunidades para crecer en la confianza y el abandono a Dios. Y como la Virgen María, que con su humilde y valiente “sí” abrió la puerta a la redención del mundo, también nuestro “sí”, sencillo y sincero, puede convertirse en instrumento en las manos de Dios para realizar algo grande. Acoger su designio no significa tener ya todas las respuestas, sino permitir que se abran nuevos horizontes de fe, de esperanza y paz, para nosotros y para cuantos el Señor nos hace encontrar. Con estilo sinodal, escuchen lo que el Espíritu dice a sus Iglesias, sin temer lo nuevo sino discerniendo en ello la iniciativa de Dios que siempre nos sorprende.

Hermanos y hermanas, sigan caminando juntos, pastores y fieles, teniendo la mirada fija en Jesús, nuestra salvación. Que los guíe y los cuide la Virgen María, Patrona de Eslovaquia, aquí ustedes veneran en particular como Virgen “de los siete dolores” y que precisamente por su unión a la pasión del Hijo es Madre de la Esperanza. Los bendigo de corazón a todos ustedes, a sus familias y a su pueblo. No se olviden de orar por mí.

Desde el Vaticano, 27 de marzo 2025

FRANCISCO

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