NO DEJEN QUE LES ROBEN LA ESPERANZA: VIDEO MENSAJE DEL PAPA A PUEBLOS DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO Y SUDÁN DEL SUR (02/07/2022)

El Papa Francisco envió un video mensaje a los pueblos a los que debía partir este 2 de julio y, sin embargo, no lo hará debido a su dolor de rodilla. “El Señor sabe cuán grande es mi pesar por haberme visto obligado a posponer esta visita tan deseada y esperada, pero no perdamos la confianza y alimentemos la esperanza de encontrarnos lo antes posible”. El Papa Francisco expresó así, una vez más, su consternación por no poder viajar, por el momento, a Congo y Sudán del Sur. Compartimos a continuación, el texto de su video mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas de la República Democrática del Congo y de la República de Sudán del Sur, buenos días:

Como saben, hoy tendría que haber partido en una peregrinación de paz y reconciliación a sus tierras. El Señor sabe qué grande es mi pesar por haber sido obligado a posponer esta visita tan deseada y esperada. Pero no perdamos la confianza y alimentemos la esperanza de encontrarnos pronto, apenas sea posible.

Quisiera decirles mientras tanto que, especialmente en estas semanas, los llevo en el corazón más que nunca. Llevo en mi interior, en la oración, los sufrimientos que experimentan desde hace tanto, demasiado tiempo. Pienso en la República Democrática del Congo, en la explotación, la violencia e inseguridad que padece, en particular en el este del país, donde los encuentros armados continúan, causando sufrimientos innumerables y dramáticos, agudizados por la indiferencia y la conveniencia de muchos. Y pienso en Sudán del Sur, en el grito de paz de su gente que, agotada por la violencia y la pobreza, espera hechos concretos del proceso de reconciliación nacional, a cuyo deseo contribuir no solamente, pero peregrinando ecuménicamente junto a dos queridos hermanos: el Arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia.

Queridos amigos congoleños y de Sudán del Sur, las palabras en este momento no son suficientes para transmitirles la cercanía que quisiera expresarles y el afecto que siento por ustedes. Quisiera decirles: ¡no se dejen robar la esperanza! ¡No se dejen robar la esperanza! Piensen, ustedes que son tan queridos por mí, cuanto más valiosos y amados son a los ojos de Dios, que nunca decepciona a cuántos ponen su esperanza en Él. Tienen una gran misión, todos, a partir de los responsables políticos: la de dar vuelta a la página para abrir caminos nuevos, caminos de reconciliación, caminos de perdón, caminos de Serena convivencia y desarrollo. Es una misión que hay que asumir mirando juntos hacia el futuro, a muchos jóvenes que pueblan sus tierras exuberantes y heridas, llenándolas de luz y de porvenir. Ellos sueñan y merecen ver realizados estos sueños, ver días de paz: por ellos, en particular, es necesario deponer las armas, superar los rencores, escribir páginas nuevas de fraternidad.

Quisiera decirles algo más: las lágrimas que derraman en la tierra y las oraciones que elevan al Cielo no son inútiles. El consuelo de Dios vendrá porque Él tiene «proyectos de paz y no de desventura» (Jer 29, 11). Ya desde ahora, en espera de encontrarlos, pido que su paz descienda a sus corazones. Y mientras crece día a día la espera de ver sus rostros, de sentirme en casa en sus vivaces comunidades cristianas, de abrazarlos a todos con mi presencia y bendecir sus tierras, mi oración se intensifica, así como el afecto por ustedes y sus pueblos. De corazón los bendigo y les pido también a ustedes que sigan orando por mí. Gracias por eso.

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