PONER AL CENTRO LAS CONVERGENCIAS QUE NOS UNEN: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DEL INSTITUTO REAL DE ESTUDIOS INTERRELIGIOSOS (04/05/2023)

La mañana de este 4 de mayo el Papa Francisco recibió, en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, a Su Alteza Real el Príncipe El Hassan bin Talal y a los participantes en el VI Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y el Instituto Real de Estudios Interreligiosos, que estos días van a dialogar acerca de “los puntos comunes creativos entre el cristianismo y el islam”, para expresar a Su Majestad el Rey Abdullah II de Jordania su aprecio y gratitud por su atención a las comunidades cristianas no sólo de su país, sino también a las de Oriente Medio, “particularmente en tiempos marcados por los conflictos y la violencia”. Reproducimos a continuación el texto de su intervención, traducido del italiano:

Eminencia, gracias por sus palabras. Su Alteza Real el Príncipe El Hassan bin Talal, queridos hermanos y hermanas:

Recibirlos con ocasión de su Coloquio es para mí motivo de alegría. El hecho de que se encuentren por sexta ocasión demuestra perseverancia en el camino del diálogo interreligioso e intercultural, y es también demostración de una amistad fiel que continúa a pesar del cambio de personas y responsabilidades. De hecho, cada uno de nosotros es como el eslabón de una larga cadena: muchas personas nos han precedido en el hermoso y exigente camino del encuentro y la amistad, otros vendrán después de nosotros, como esperamos y pedimos, como confirmación de ese sentimiento de fraternidad que es fundamento de la relación entre los pueblos.

Deseo expresar aprecio y gratitud a Su Majestad el Rey Abdullah II de Jordania, por su atención a las comunidades cristianas no sólo de su país, sino también a las del Medio Oriente, en particular en tiempos marcados por conflictos y violencia. Su Majestad no se cansa de repetir que los cristianos de esas tierras benditas son autóctonos, es decir viven donde vivieron sus antepasados desde hace muchos siglos.

El Instituto Real para los Estudios Interreligiosos, bajo la guía luminosa del Príncipe El Hassan bin Talal, tiene entre sus principales objetivos la conservación y la valoración del patrimonio árabe cristiano. A este respecto, no puedo dejar de manifestar un mayor reconocimiento, porque esto, además de beneficiar a los ciudadanos cristianos de ayer y hoy, cuida y consolida tal patrimonio en todo el Medio Oriente, tan variado y rico en etnias, religiones, culturas, lenguas y tradiciones. Se trata, en efecto, de conservar celosamente cada tesela de este hermoso mosaico. Sería además deseable, donde sea posible, una estrecha colaboración con institutos cristianos que tienen el mismo noble objetivo.

El diálogo que practican y promueven, para ser fructífero, requiere un estilo de sinceridad y respeto recíproco, en la conciencia tanto de las convergencias como de las divergencias. Es sobre las primeras que es necesario sobre todo centrarse, es decir sobre lo que nos une, a nivel religioso-espiritual como a nivel ético-moral. En este sentido, ustedes se proponen resaltar numerosos valores comunes, como la adoración del Dios único, la oración, el ayuno, la peregrinación, la compasión, el compartir, el cuidado por las personas desfavorecidas y que sufren: el huérfano, la viuda, el enfermo, el anciano, el inmigrante, el refugiado. Creemos también que no todo termina con la muerte, sino que hay otra vida, eterna, donde daremos cuenta a Dios de nuestras acciones y recibiremos recompensa o castigo. Por tanto nuestro esfuerzo común es por una vida buena, que dé gloria a Dios y alegría a cuantos encontramos en nuestra peregrinación terrena.

Y no quiero dejarlos sin decir una última palabra. Me encontré con el Embajador, me recordó el drama de Turquía y del norte de Siria. Nuestro corazón está cerca también de tanta gente que sufrió este terremoto tan terrible. Oremos por ellos y hagamos lo posible por ayudarlos. Hay musulmanes, cristianos, hermanos y hermanas nuestros.

Queridos amigos, les agradezco por este encuentro. Que Dios los bendiga y sostenga sus esfuerzos para hacer crecer un mundo donde todos puedan vivir como hermanos y hermanas, en paz, seguridad y dignidad. Por favor, oren también por mí. Gracias.

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