AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA: QUE LOS SANTOS Y MÁRTIRES NOS AYUDEN A CRECER EN COMUNIÓN (10/05/2023)

La Audiencia General de este 10 de mayo, estuvo caracterizada por la celebración del “Día de la Amistad Copto-Católica”, que se celebra desde hace diez años en memoria del histórico encuentro entre el Papa San Pablo VI y el Papa Shenouda III, realizado en 1973. En esta ocasión, el Papa Francisco invitó a Su Santidad Tawadros II, Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos, para celebrar juntos el 50 aniversario de este histórico encuentro. Su Santidad Tawadros II expresó su alegría por poder celebrar este “Día de la Amistad Copto-Católica” y alentó el camino hacia la unidad entre ambas Iglesias, invocando para todo el mundo una paz que trascienda todas las mentes, rogando que llegue a todos los lugares y que sea la prioridad de los dirigentes y de los pueblos. Por su parte, el Papa Francisco pidió a Tawadros II y a la delegación que lo acompañaba que, todos juntos imploren a Dios Todopoderoso, para que, por intercesión de los santos y mártires de la Iglesia copta, nos ayude a crecer en comunión, en un único y santo vínculo de fe, esperanza y amor cristiano. Compartimos a continuación, el mensaje pronunciado tanto por Su Santidad Tawadros II como por el Papa Francisco, traducidos al español:

Mensaje de Su Santidad Tawadros II:

Deseo transmitirle mis felicitaciones en nombre también de los miembros del Santo Sínodo y de todos los órganos de la Iglesia Copta ortodoxa en el décimo aniversario de su divina elección como Papa y Obispo de Roma. Aprecio todo lo que ha hecho durante este tiempo de servicio al mundo entero en todos los campos, y pido para que Cristo le conserve en plena salud y le conceda la bendición de una larga vida.

Ahora miro este lugar y me remonto con la memoria a hace diez años, en esta misma fecha, y recuerdo Su querido afecto al acogerme junto con la delegación de la Iglesia copta durante mi primera visita, y cómo pasamos un tiempo santo junto a Usted, lleno del amor fraterno con el que nos colmó.

Este amor se ha convertido en un lema que celebramos cada año en el “Día del Amor Fraterno”. Hablamos por teléfono para renovarlo cada año, y es un día que encarna el espíritu cristiano y el amor que nos une para servir a Dios y servir a nuestros hermanos y hermanas en humanidad, para que podamos realizar en nosotros mismos lo que dijo Juan el Amado: “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios: todo el que ama ha sido engendrado por Dios y conoce a Dios” (1 Jn 4, 7).

Hemos elegido el amor, aunque vayamos a contracorriente del mundo codicioso y egoísta; hemos aceptado el desafío del amor que Cristo nos pide y seremos verdaderos cristianos y el mundo se hará más humano, porque el mundo entero sabrá que Dios es amor y que éste es su nombre más alto.

Santo Padre: Esta fecha coincide también con el 50º aniversario de la visita de Su Santidad el Papa Shenouda III a Su Santidad el Papa Pablo VI, lo que la hace aún más importante e influyente para las relaciones entre nuestras Iglesias.

No olvido agradecerte con tanta alegría tu preciosa visita a Egipto en 2017, que fue una gran bendición para todo Egipto cuando dijiste: “No estamos solos en este apasionante camino que, como en la vida, no siempre es fácil y claro. A través de él, el Señor nos empuja hacia adelante y desde ahora somos imagen viva de la Jerusalén celestial”.

Caminemos juntos por la senda de la vida, teniendo presente que “ésta es la promesa que nos ha hecho: la vida eterna” (1 Jn 2, 25), acompañándonos y apoyándonos mutuamente con oraciones acordes con esta promesa. A pesar de las diferencias en nuestras raíces y afiliaciones, estamos unidos por el amor de Cristo que habita en nosotros, y la multitud de nuestros padres apóstoles y santos nos rodea y nos guía.

Hemos venido a ustedes desde la tierra donde predicó el Apóstol Marcos, y su Cátedra se estableció en Alejandría para ser una de las sedes apostólicas más antiguas del mundo, la tierra de Egipto. La historia y la civilización dicen que pertenece a la naturaleza: su padre es la historia y su madre la geografía.

He venido a ustedes desde la Iglesia Copta fundada antiguamente por una profecía del libro del profeta Isaías: “En aquel día habrá un altar en la tierra de Egipto y una estela en su frontera”. Fue santificada con la visita de la Sagrada Familia, que bendijo la tierra de este a oeste, de norte a sur.

Egipto: la tierra desde la que el monacato cristiano se extendió y se estableció con sus santos Antonio, Macario y Pacomio, inspirando la escuela de Alejandría, faro de la teología en la historia, que fue y sigue siendo un lugar sagrado para la oración ante Dios. Y creemos que se conserva no sólo en las manos de Dios, sino también en su corazón.

Estoy aquí, en el lugar donde predicaron los Apóstoles Pablo y Pedro, y me alegro de encontrarme con ustedes en esta magnífica Plaza; contemplo estas columnas que sostienen este lugar, recordando la promesa de Dios a los ángeles de Filadelfia: “Al vencedor lo pondré como columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí” (Ap 3,12). Les pido a todos que se aferren a esta promesa, que superen el mal del mundo, con todas sus debilidades, como nos enseñaron nuestros padres, y que estén a la altura de la responsabilidad que tenemos, y que vivan como el dulce perfume de Cristo en este mundo y se reúnan por su paz.

Caminemos en este mundo como Él caminó, cantemos con David en su salmo: “Mantén firmes mis pasos en tus caminos, y mis pies no vacilarán” (17, 5), e invoquemos para todo el mundo una paz que trascienda todas las mentes, rogando que llegue a todos los lugares y que sea la prioridad de los dirigentes y de los pueblos.

Pido hoy con ustedes para que Dios escuche nuestras oraciones.

Gracias a todos.

Mensaje del Papa Francisco:

Hermanos y hermanas:

Es con gran alegría que saludo hoy a Su Santidad Tawadros II, Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos, y a la ilustre delegación que lo acompaña.

Su Santidad Tawadros aceptó mi invitación a venir a Roma para celebrar conmigo el 50º aniversario del histórico encuentro del Papa San Pablo VI y el Papa Shenouda III, en 1973. Se trataba del primer encuentro entre un Obispo de Roma y un Patriarca de la Iglesia Copta Ortodoxa, que culminó con la firma de una memorable declaración cristológica común, exactamente el 10 de mayo. En memoria de este evento, Su Santidad Tawadros vino a verme la primera vez el 10 de mayo de hace diez años, pocos meses después de su elección y de la mía, y propuso celebrar cada 10 de mayo el “Día de la amistad copto-católica” que desde ese tiempo celebramos cada año.

Nos llamamos por teléfono, nos enviamos saludos y seguimos siendo buenos hermanos, ¡no nos hemos peleado!

Querido amigo y hermano Tawadros, le agradezco por haber aceptado mi invitación en este doble aniversario y pido para que la luz del Espíritu Santo ilumine su visita a Roma, los importantes encuentros que tendrá aquí y, en particular, nuestras conversaciones personales. Le agradezco de corazón por su compromiso en la creciente amistad entra la Iglesia Copta Ortodoxa y la Iglesia Católica.

Santidad, queridos Obispos y amigos todos, junto con ustedes imploro a Dios Omnipotente, por la intercesión de los santos y mártires de la Iglesia Copta, para que nos ayude a crecer en la comunión, en un único y santo vínculo de fe, esperanza y amor cristiano. Y hablando de mártires de la Iglesia Copta, que son también nuestros, quiero recordar a los mártires de la playa en Libia, que fueron hechos mártires hace pocos años.

Pido a todos los presentes orar a Dios para que bendiga la visita a Roma del Papa Tawadros y proteja a toda la Iglesia Ortodoxa Copta. ¡Que esta visita pueda acercarnos más rápidamente al día bendito en que seremos una sola cosa en Cristo! Gracias.

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