GRACIAS POR CONTRIBUIR A LAS OBRAS CARITATIVAS: PALABRAS DEL PAPA A LA ASOCIACIÓN “PRO PETRI SEDE” (24/02/2020)

El Papa Francisco recibió en audiencia, la mañana de este 24 de febrero en la Sala del Consistorio, a los miembros de la Asociación “Pro Petri Sede” que estos días se encuentran en Roma con ocasión de su peregrinación anual a la tumba de San Pedro. Fundada a finales del siglo XIX, esta asociación está comprometida con las obras de solidaridad y caridad para hacer frente a la indiferencia y el individualismo. El Papa les alentó a difundir la esperanza en los corazones de los hombres de hoy y definió esta peregrinación como “un acto de fe” el cual les permite “renovarse espiritualmente”. Reproducimos a continuación, el texto completo de su intervención, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas:

Me alegra darles la bienvenida y encontrarlos, como miembros de la Asociación “Pro Petri Sede”, durante su peregrinación a Roma. Como San Pedro, han sido guiados en su camino por el amor a Cristo. Y recogiéndose alrededor de la tumba de aquel, que derramó su sangre por su Maestro y Salvador, hacen un acto de fe que les permite renovarse espiritualmente.

Esta peregrinación les ofrece también la oportunidad de aportar su contribución financiera y espiritual a las obras sociales y caritativas ligadas con mi misión pastoral y con las actividades de la Santa Sede. Siguiendo las huellas de sus predecesores, participan en la acción misionera de la Iglesia que lucha por el desarrollo humano integral de cada persona. En efecto, la persona humana debe ser siempre defendida y protegida en su integridad y dignidad, cualquiera que sea su origen o condición social.

En la carrera desenfrenada por tener, por la carrera, por los honores o el poder, los débiles y los pequeños son a veces ignorados y rechazados. De hecho, «en el afán de correr, de conquistarlo todo y rápidamente, molesta el que se queda atrás. Y es considerado como descartado: ¡cuántos ancianos, cuántos niños no nacidos, cuántas personas discapacitadas, pobres son considerados inútiles!» (Homilía en la Misa de la Jornada Mundial de los Pobres, 17 de noviembre de 2019). Por esto la Iglesia, sosteniendo la opción preferencial por los pobres, confía en hombres y mujeres de buena voluntad e imbuidos de Evangelio para llevar a cada persona necesitada la paz y la alegría del Resucitado. Mediante su contribución caritativa a la vida de la Iglesia, se convierten en la sal y la luz (cf. Mt 5, 13-14) que dan a tantas personas el sabor de la vida.

Queridos amigos, les expreso mi gratitud por su constante apoyo a mi responsabilidad como sucesor de San Pedro. Hoy nos enfrentamos a varios desafíos que se refieren a la familia humana y a su casa común. En el centro de nuestras preocupaciones, llevamos el grito de angustia de los pueblos que sufren, en particular, por las guerras, el desplazamiento de personas, la pobreza y la degradación del ecosistema. ¡Es urgente poner fin a la explotación de los más pobres! ¡Es urgente que cesen las atrocidades en los países presa de guerras y conflictos que empujan a tantas personas al camino del exilio!

Me gustaría insistir en el cuidado de nuestra casa común, lanzando una vez más el llamado a una conversión ecológica. Su testimonio de vida cristiana, que se manifiesta a través de la generosidad y la atención a los demás, nos invita a todos hoy a combatir el clima generalizado de individualismo, egoísmo e indiferencia, que amenaza tanto la paz entre las personas como el medio ambiente.

Los invito a permanecer firmes en sus convicciones y en la fe, para ser una llama que lleva esperanza al corazón de los hombres y las mujeres de hoy. Como San Pedro, tomen la barca con valentía y compartan el gran amor que Cristo nos ha revelado.

Encomiendo a cada uno de ustedes, a sus familias, y a todos los miembros de su asociación a la intercesión de la Virgen María, a San Pedro y a los santos de sus países. Les imparto de corazón la bendición apostólica. Y por favor, no se olviden de orar por mí. ¡Gracias!

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