LA EXPERIENCIA DE DIOS NOS LIBERA: ÁNGELUS DEL 06/01/2020

Después de celebrar la Santa Misa en la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Santo Padre rezó al mediodía de este 6 de enero, la oración mariana del Ángelus con los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita a mediodía en la soleada Plaza de San Pedro en la que también estaban presentes los participantes de la procesión histórico-folklórica, inspirada en las tradiciones de esta fiesta. el Obispo de Roma dijo que “la experiencia de Dios no nos bloquea, sino que nos libera; no nos aprisiona, sino que nos vuelve a poner en camino, nos devuelve a los lugares habituales de nuestra existencia”. Los lugares son los mismos, pero nosotros, después del encuentro con Jesús, no somos los mismos que antes. Compartimos a continuación, el texto completo de su alocución, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Celebramos la Solemnidad de la Epifanía, en recuerdo de los Magos venidos de Oriente a Belén, siguiendo la estrella, para visitar al Mesías recién nacido. Al final del relato evangélico, se dice que los Magos «advertidos en el sueño de no volver con Herodes, por otro camino regresaron a su país» (v. 12). Por otro camino.

Estos sabios, provenientes de regiones lejanas, después de haber viajado mucho, encuentran a Aquél que deseaban conocer, después de haberlo buscado mucho, seguramente también con fatiga y peripecias. Y cuando finalmente llegan a su meta, se postran frente al Niño, lo adoran, le ofrecen sus dones preciosos. Después de lo cual vuelven a ponerse en camino sin demora para volver a su tierra. Pero ese encuentro con el Niño los ha cambiado.

El encuentro con Jesús no detiene a los Magos, es más, infunde en ellos un nuevo impulso para volver a su país, para contar lo que han visto y la alegría que han experimentado. En esto hay una demostración del estilo de Dios, de su modo de manifestarse en la historia. La experiencia de Dios no nos bloquea, sino que nos libera; no nos aprisiona, sino que nos pone de nuevo en camino, no devuelve a los lugares comunes de nuestra existencia. Los lugares son y serán los mismos, pero nosotros, después del encuentro con Jesús, no somos los de antes. El encuentro con Jesús nos cambia, nos transforma. El evangelista Mateo subraya que los Magos regresaron «por otro camino» (v. 12). Son conducidos a cambiar de camino por la advertencia del ángel, para no toparse con Herodes y sus tramas de poder.

Cada experiencia de encuentro con Jesús nos induce a emprender caminos distintos, porque de Él proviene una fuerza buena que sana el corazón y nos separa del mal.

Hay una dinámica sabia entre continuidad y novedad: se regresa “al propio país”, pero “por otro camino”. Esto indica que somos nosotros debemos cambiar, transformar nuestro modo de vivir aunque en el ambiente de siempre, modificar los criterios de juicio sobre la realidad que nos rodea. Ahí está la diferencia entre el verdadero Dios y los ídolos traidores, como el dinero, el poder, el éxito…; entre Dios y cuanto prometen dar estos ídolos, como los magos, los que leen las cartas, los hechiceros. La diferencia es que los ídolos nos amarran a ellos, nos hacen ídolo-dependientes, y nosotros tomamos posesión de ellos. El verdadero Dios no nos detiene ni nos deja detenernos: nos abre caminos de novedad y de libertad, porque Él es Padre que está siempre con nosotros para hacernos crecer. Si tú encuentras a Jesús, si tienes un encuentro espiritual con Jesús, acuérdate: debes volver a los mismos lugares de siempre, pero por otro camino, con otro estilo. Y así, el Espíritu Santo, que Jesús nos da, que nos cambia el corazón.

Pidamos a la Virgen Santa que podamos convertirnos en testigos de Cristo ahí donde estamos, con una vida nueva, transformada por su amor.

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