EN EL CAMINO DE LA ESPERANZA, COMO ABRAHAM: VIDEO MENSAJE DEL PAPA AL PUEBLO DE IRAK, ANTES DE SU VISITA APOSTÓLICA (04/03/2021)
Queridos hermanos y hermanas de Irak, assalam lakum! [¡La paz sea con ustedes!]
¡Dentro de pocos días estaré por fin entre ustedes! Deseo mucho encontrarlos, ver sus rostros, visitar su tierra, antigua y extraordinaria cuna de civilización. Voy como peregrino, como peregrino penitente para implorar del Señor perdón y reconciliación después de años de guerra y terrorismo, para pedir a Dios el consuelo de los corazones y la curación de las heridas. Y voy entre ustedes como peregrino de paz, para repetir: «Todos ustedes son hermanos» (Mt 23, 8). Sí, voy como peregrino de paz en busca de fraternidad, animado por el deseo de orar juntos y de caminar juntos, también con los hermanos y hermanas de otras tradiciones religiosas, en el signo del padre Abrahán, que reúne en una sola familia a musulmanes, judíos y cristianos.
Queridos hermanos y hermanas cristianos, que han dado testimonio de la fe en Jesús en medio de pruebas durísimas, espero con emoción verlos. Me honra encontrarme con una Iglesia mártir: ¡gracias por su testimonio! Que los muchos, demasiados mártires, que ustedes han conocido nos ayuden a perseverar en la fuerza humilde del amor. Aún tienen ante sus ojos las imágenes de casas destruidas y de iglesias profanadas, y en el corazón las heridas por los afectos perdidos y las habitaciones abandonadas. Deseo llevarles la caricia afectuosa de toda la Iglesia, que está cerca de ustedes y del martirizado Medio Oriente y que los anima a seguir adelante. A los terribles sufrimientos que han experimentado y que tanto me duelen, no les permitamos prevalecer. No nos rindamos ante la propagación del mal: las antiguas fuentes de sabiduría de sus tierras nos orientan hacia otra parte, a hacer como Abraham que, aún dejándolo todo, nunca perdió la esperanza (cf. Rom 4, 18); y confiando en Dios dio vida a una descendencia numerosa como las estrellas del cielo. Queridos hermanos y hermanas, miremos las estrellas. Allí está nuestra promesa.
Queridos hermanos y hermanas, he pensado mucho en ustedes en estos años, en ustedes que tanto han sufrido, pero no se han desalentado. En ustedes, cristianos, musulmanes; en ustedes, pueblos, como el pueblo yazidí, los yazidíes, que han sufrido tanto, tanto; todos hermanos, todos. Ahora vengo a su tierra bendita y herida como peregrino de esperanza. En su casa, en Nínive, resonó la profecía de Jonás, que impidió la destrucción y trajo una esperanza nueva, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esta esperanza, que anima a reconstruir y a empezar de nuevo. Y en estos tiempos duros de pandemia, ayudémonos a reforzar la fraternidad, para edificar juntos un futuro de paz. Juntos, hermanos y hermanas de toda tradición religiosa. En su casa, hace miles de años, Abraham comenzó su camino. ¡Hoy nos corresponde a nosotros continuarlo, con el mismo espíritu, recorriendo juntos los caminos de la paz! Por eso invoco sobre todos ustedes la paz y la bendición del Altísimo. Y a todos ustedes les pido que hagan lo mismo que Abraham: caminar en la esperanza y nunca dejar de mirar las estrellas. Y a todos les pido por favor que me acompañen con la oración. Shukran! [¡Gracias!]
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