AFECTO Y SOLIDARIDAD HACIA LOS QUE SUFREN ENFERMEDAD: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN UNA CONFERENCIA SOBRE SALUD MENTAL (25/06/2021)
Dirijo un cordial saludo a cuantos participan en la Segunda Conferencia Nacional de Salud Mental, organizada por el Ministerio de Salud Italiano. Este evento me da la oportunidad de expresar la estima de la Iglesia y mi propia estima personal por los médicos y los trabajadores de la salud que se dedican a este delicado campo. Su compromiso de ir al encuentro de las condiciones de cuantos sufren trastornos psíquicos, ofreciéndoles tratamientos adecuados, es un gran bien para las personas y para la sociedad. Resulta, por lo tanto, de suma importancia adquirir cada vez más consciencia de los requisitos profesionales y humanos necesarios para atender a estos hermanos y hermanas nuestros. Ellos, con la sensibilidad que acompaña a su fragilidad, han sentido con particular gravedad los devastadores efectos psicológicos de la pandemia.
Por lo tanto, es deseable que, por un lado, no falte el fortalecimiento del sistema sanitario de atención a las enfermedades mentales, también a través del apoyo a las realidades comprometidas en la investigación científica de tales patologías, y por otro lado, que se promuevan las asociaciones y el voluntariado que acompañan a los enfermos y a sus familiares. Es muy importante hacer partícipe al contexto vital en el que se encuentra el paciente, para que no le falte el calor y el afecto de una comunidad. El mismo profesionalismo médico se beneficia del cuidado integral de la persona. Cuidar al prójimo, de hecho, no es sólo un trabajo cualificado, sino una verdadera y propia misión, que se cumple plenamente cuando el conocimiento científico se encuentra con la plenitud de la humanidad y se traduce en la ternura que sabe acercarse y preocuparse por los demás.
Espero, por tanto, que el Simposio, al que contribuyen ilustres expertos, suscite en las instituciones, en los organismos educativos y en los distintos ámbitos de la sociedad una renovada sensibilidad hacia quienes sufren problemas de salud mental, para infundir mayor confianza en tantos de nuestros hermanos y hermanas marcados por la fragilidad. Se trata también de favorecer la plena superación del estigma con el que a menudo se ha marcado a la enfermedad mental y, en general, de hacer prevalecer la cultura de la comunidad sobre la mentalidad del descarte, según la cual se presta mayor atención y cuidado a quienes aportan ventajas productivas a la sociedad, olvidando que cuantos sufren hacen resplandecer, en sus existencias heridas, la belleza irreprimible de la dignidad humana.
La pandemia ha puesto a los trabajadores de la salud ante enormes desafíos, mostrando a todos la necesidad de disponer con fórmulas adecuadas de asistencia sanitaria para no dejar a nadie atrás y atender a todos de forma inclusiva y participativa. Su Conferencia Nacional va en esta dirección y, al agradecer a ustedes y a cuantos, a distintos niveles, se comprometen a aliviar el dolor de quienes sufren, deseo expresarles mi caluroso apoyo para continuar en el camino fecundo de la atención solidaria.
Al formular mis sinceros deseos de todo bien para las jornadas de estudio e intercambio que les esperan, aseguro mi recuerdo en la oración por los pacientes, los familiares, los voluntarios y todo el personal de salud, mientras de corazón invoco sobre cada uno la bendición de Dios.
Roma, San Juan de Letrán, 14 de junio de 2021.
Francisco
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