CUÁNTOS CONFLICTOS ALIMENTADOS POR FAKE NEWS: PALABRAS DEL PAPA A PERIODISTAS CATÓLICOS ALEMANES (04/01/2024)

El Papa Francisco recibió este 4 de enero, en la Sala del Consistorio, a una delegación de la Sociedad de Publicistas Católicos de Alemania en el 75 aniversario de su fundación. En el discurso entregado por el Santo Padre, los alentó a dar relieve a las historias y los rostros de aquellos a los que nadie presta atención, “aunque hacerlo quiera decir ir contracorriente”. Con referencia al Camino sinodal alemán les pidió proporcionar información correcta que pueda contribuir a aclarar malentendidos y ayudar al entendimiento mutuo. Publicamos a continuación el texto completo del discurso entregado por el Santo Padre, así como sus palabras espontáneas, ambos textos traducidos del italiano:

Palabras espontáneas del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Estoy contento de recibirlos a ustedes, periodistas alemanes, que se han reunido en la Gesellschaft katholischer Publizisten Deutschlands. ¡Bienvenidos todos! Tienen en sus manos el discurso que debo pronunciar, lo tienen en su idioma. Entregaré el original en italiano. T les agradezco, agradezco por su trabajo que no es fácil, el trabajo de periodista, es algo hermoso comunicar. Les deseo a todos lo mejor. Me gustaría saludarlos ahora y les pido orar por mí. Betet für mich, bitte! Diese Arbeit ist nicht einfach, nicht. Betet für mich. Aber betet “für”, nicht gegen. Vielen Dank für alles. Gott segne euch. (¡Oren por mí, por favor! Este trabajo no es fácil, no. Oren por mí. Pero oren “a favor”, no en contra. Gracias por todo. Que Dios los bendiga.)

Discurso entregado por el Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Gracias por venir a Roma para celebrar el 75º aniversario de su asociación. La Gesellschaft katholischer Publizisten Deutschlands reúne a profesionales católicos de los medios de comunicación de diversos sectores, eclesiales y civiles. La comunicación ayuda a ser, como dice el Apóstol Pablo, «miembros los unos de los otros» (Ef 4, 25), llamados a vivir en comunión dentro de una red de relaciones en continua expansión. Esto es esencial en la Iglesia, donde el vínculo con la universalidad se desarrolla y armoniza de manera particular a través del ministerio del sucesor de Pedro.

Su asociación se propone el compromiso con el ecumenismo, el diálogo interreligioso y también la defensa de la paz, la libertad y la dignidad humana. Son objetivos más actuales que nunca. ¡Cuántos conflictos hoy en día, en lugar de ser apagados por el diálogo, son alimentados por noticias falsas o declaraciones incendiarias en los medios de comunicación! Por eso es aún más importante que ustedes, fuertes en sus raíces cristianas y en la fe vivida cotidianamente, “desmilitarizados” en el corazón por el Evangelio, apoyen el desarme del lenguaje. Esto es fundamental: favorecer tonos de paz y comprensión, construir puentes, estar disponibles a la escucha, ejercer una comunicación respetuosa hacia el otro y sus razones. Hay una necesidad urgente de esto en la sociedad, pero también la Iglesia necesita una comunicación «gentil y al mismo tiempo profética» (Mensaje para la LVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2023).

La Iglesia en Alemania ha emprendido un camino sinodal, sobre el que escribí una carta en 2019, que espero sea más conocida, meditada y puesta en práctica, ya que expresa dos aspectos que considero fundamentales para no perderse. En primer lugar, el cuidado de la dimensión espiritual, es decir, la adaptación concreta y constante al Evangelio y no a los modelos del mundo, redescubriendo la conversión personal y comunitaria a través de los Sacramentos y la oración, la docilidad al Espíritu Santo y no al espíritu de los tiempos. Y luego la dimensión universal, católica, para no concebir la vida de fe como algo relativo sólo al propio ámbito cultural y nacional. Hace bien, desde este punto de vista, la participación en el proceso sinodal universal. Los comunicadores católicos tienen un rol valioso que desempeñar en tales situaciones: proporcionando informaciones correctas, pueden contribuir a aclarar malentendidos y, sobre todo, evitar que surjan, ayudando a la comprensión recíproca y no a los enfrentamientos.

En todo caso, es importante no tener una actitud introvertida, sino “salir” para llevar el mensaje cristiano a todos los ámbitos de la vida, utilizando los medios y las posibilidades que hoy están a disposición. Una Iglesia que se ocupa principalmente de sí misma se enferma de auto-referencialidad. La Iglesia, en cambio, es misión, y los comunicadores católicos no pueden dejar de involucrarse y permanecer, por así decirlo, “neutrales” con respecto al mensaje que transmiten. Me gusta recordar, a este respecto, que «la neutralidad de los medios de comunicación es sólo aparente: sólo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia» (Mensaje para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2014).

Muy queridos todos, ustedes proceden de un país próspero y desarrollado, pero incluso allí se encuentran, a veces ocultos, no pocos inconvenientes. Pienso en el fenómeno de la pobreza infantil, en familias que no saben cómo pagar las facturas y en la situación de tantos emigrantes y refugiados, que Alemania ha acogido en gran número. Allí el Dios del amor espera la buena noticia de nuestra caridad: espera cristianos que salgan y vayan hacia las personas marginadas. Y por eso se necesitan también comunicadores que den relieve a las historias y a los rostros de aquellos a los que pocos o nadie presta atención. Cuando comuniquen, entonces, piensen siempre en los rostros de las personas, especialmente de los pobres y de los sencillos, y partan de ellos, de su realidad, de sus dramas y de sus esperanzas, ¡aunque hacerlo quiera decir ir contracorriente y desgastar las suelas de los zapatos!

Hermanas y hermanos, les agradezco por su presencia y por su trabajo. Los bendigo de corazón. Y ustedes, por favor, no se olviden de orar por mí.

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