El Papa Francisco, en la reflexión previa a la oración mariana del Ángelus de este 30 de agosto, se refirió al pasaje evangélico de la liturgia del día, que muestra a Jesús comenzando a hablar de su pasión y explicando a sus amigos lo que le espera finalmente, en Jerusalén, pero sus discípulos todavía no son capaces de comprender sus palabras. El Sumo Pontífice finalizó su reflexión orando a María Santísima pidiéndole que
“nos ayude a no retroceder frente a las pruebas y a los sufrimientos que el testimonio del Evangelio implica”.
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