PROMOVER UN TURISMO SUSTENTABLE Y RESPONSABLE: MENSAJE DEL DICASTERIO PARA EL SERVICIO DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL (07/08/2020)

En su Mensaje publicado este 7 de agosto, el Prefecto de este Dicasterio Vaticano señala que, la 41ra. Jornada Mundial del Turismo este año se celebra en un contexto incierto marcado por la evolución de la pandemia de COVID-19, que ha generado “una drástica reducción de la movilidad humana y del turismo, tanto internacional como nacional, colocándose en un mínimo histórico”. La suspensión de vuelos internacionales, el cierre de aeropuertos y fronteras, la adopción de estrictas restricciones de viajes, incluso internos, está provocando una crisis sin precedentes en muchos sectores relacionados con la industria del turismo, afirma el Cardenal Turkson, que implica una pérdida económica mundial y muchos puestos de trabajo en este sector. Reproducimos a continuación el texto completo del Mensaje, traducido al español:


Turismo y desarrollo rural

La 41ra. Jornada Mundial del Turismo se celebra este año en el contexto incierto marcado por el desarrollo de la pandemia de COVID-19, de la que aún no se ve el fin. De ella deriva una drástica reducción de la movilidad humana y del turismo, tanto internacional como nacional, colocándose en mínimos históricos. La suspensión de vuelos internacionales, el cierre de los aeropuertos y las fronteras, la adopción de severas restricciones a los viajes, incluso interiores, está causando una crisis sin precedentes en muchos sectores relacionados con la industria turística. Se teme que en la peor de las hipótesis, a finales de 2020 se asistirá a una disminución de cerca de un billón de turistas internacionales, con una pérdida económica global de cerca de 1,200 billones de dólares. Seguiría una pérdida enorme de puestos de trabajo al interior del sector turístico. Según el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili, «el turismo ha sido, de entre todos, el sector mayormente afectado por el lockdown global, con millones de puestos de trabajo en riesgo en uno de los sectores de más alta intensidad de trabajo en la economía» [1].

Tal escenario inquietante, impensable hace unos meses, no debe paralizarnos y privarnos de una visión positiva del futuro. En este sentido, el Papa Francisco ha afirmado: «Peor que esta crisis es el drama de desperdiciarla […] Ahora, en el gran esfuerzo por recomenzar, ¡qué dañino es el pesimismo, el ver todo negro, el repetir que nada volverá a ser como antes!»[2].

Turismo y desarrollo rural – el tema escogido por la OMT antes de la emergencia del COVID-19 para la presente Jornada – indica providencialmente uno de los caminos hacia una posible recuperación del sector turístico. Esta inicia con la invitación a tomar en serio y poner en práctica el desarrollo sustentable que, en el ámbito del turismo, significa un interés mayor dirigido a los destinos turísticos extra-urbanos, pequeñas villas, pueblos, caminos y lugares poco conocidos y menos frecuentados: aquellos lugares más escondidos para descubrir o redescubrir justamente porque son más encantadores y menos contaminados. La ruralidad vive en estos lugares, lejanos de las rutas del turismo de las multitudes. Se trata, entonces, de la promoción del turismo sustentable y responsable que, realizado según principios de justicia social y económica y en el pleno respeto del medio ambiente y las culturas, reconoce la centralidad de la comunidad local que hospeda y su derecho a ser protagonista en el desarrollo sustentable y socialmente responsable del propio territorio; un turismo entonces, que favorece la positiva interacción entre la industria turística, la comunidad local y los viajeros [3].

Dicha tipología de turismo puede convertirse en un volante para sostener la economía rural, que está basada en la agricultura y, a menudo, de negocios familiares, de pequeñas dimensiones, áreas marginales y bajos ingresos recibidos de la cadena alimentaria. Turismo y agricultura rural pueden así convertirse en dos componentes esenciales de un mundo nuevo que se desea construir. Un turismo realizado por las personas y a través de las personas. Los pequeños agricultores, después de todo, son los primeros custodios de la creación a través de su paciente y cansado trabajo de la tierra. Los turistas son los visitantes que pueden convertirse en sostén de un ecosistema, si viajan de manera consciente y sobrio. Viajar hacia destinos rurales, entonces, puede significar, concretamente, apoyar las producciones locales, de pequeñas realidades de negocios agrícolas, realizadas de forma compatible con las leyes de la naturaleza. Así, un viaje podrá tener el sabor de la historia y abrir el corazón hacia el amplio horizonte de la fraternidad y la solidaridad.

El turismo que sabe mirar y compartir los dones de la tierra en el ambiente rural se convierte también en la forma de aprender nuevos estilos de vida, de manera concreta. La sabiduría que cultiva la tierra, hecha de observación y de espera, puede en verdad ayudar al frenético mundo moderno a armonizar los tiempos de la vida cotidiana con los naturales. Acercar turismo y desarrollo rural es una buena manera para aprender nuevas culturas, dejarse contaminar por los valores del cuidado de la creación y de la tutela de la creación que, hoy, representan no sólo un deber moral sino una urgencia de acción colectiva.

El “turismo rural” se convierte así en lugar donde aprender un nuevo modo de entrar en relación con el otro y con la naturaleza. Y todo cambio personal debe comenzar a partir de comportamientos realmente transformadores; para hacer esto es necesario ponerse en camino; y para ponerse en camino se necesita una meta: el mundo rural puede ser todo esto. El turismo encuentra al desarrollo si se desarrolla de manera atenta y tranquila, sustentable; esto significa respetar las prácticas agrícolas, los ritmos de vida de las poblaciones rurales, apreciando lo genuino que aún se conserva en enteras áreas del interior, dejándose sorprender por las miles de pequeñas cosas que se pueden ver, escogiendo productos agrícolas locales. De este modo se pueden apreciar las diferencias, pequeñas o grandes que existen, entre tradiciones, lugares y comunidades encontradas. ¿Por qué entonces no voltear hacia un turismo que valore las áreas rurales y marginales encontrándolas caminando? Esto nos permitirá alentar y evitar los riesgos de la prisa [4].

El turismo se puede convertir, justamente en este período, en un instrumento de proximidad. Sí, nuestro mundo postmoderno necesita proximidad, o sea cercanía en las relaciones, y, entonces, de corazones. Y el turismo, que en todo caso prevé el movimiento de personas y bienes, debe ahora mostrar su rostro transformador, como actividad recreativa que haga crecer el espíritu de fraternidad entre los pueblos.

En un período de incertidumbre en los movimientos de las personas, del cual el turismo sufre las mayores consecuencias de forma inmediata y directa, creemos que se debe actuar para apoyar los ingresos de los trabajadores de este sector, como también para el cuidado y la defensa de las comunidades rurales más frágiles en cada territorio. Actuando así, la economía turística podrá retomar su curso, aunque con niveles de circulación más reducidos; la circulación de personas, de bienes y de moneda será el signo tangible de una proximidad que comienza en el corazón. El turismo responsable y sustentable, valorando los recursos y las actividades locales, es deseable como uno de los factores de desarrollo en la lucha contra la pobreza, que la pandemia de COVID-19 ha hecho aumentar de manera exponencial.

Concluyendo, queremos asegurar nuestra cercanía y nuestro apoyo a todos aquellos que están comprometidos en contrarrestar el impacto de la pandemia en la vida de los individuos y de las sociedades que viven del turismo.

Hacemos un llamado a los gobernantes y a los responsables de las políticas económicas nacionales, para que promuevan e incentiven el turismo responsable, realizado según principios de justicia social y económica y en el pleno respeto del medio ambiente y de las culturas. Que los gobernantes redirijan su mirada a las áreas marginales, dando a estos territorios concretos ocasiones de desarrollo, valorando las vocaciones particulares, la participación de las comunidades locales en los procesos de decisión, el mejoramiento del ingreso de quien trabaja la tierra.

Nos dirigimos de manera particular a los movimientos ecologistas y a todos quienes están comprometidos en la defensa de medio ambiente para que contribuyan con su obra a la conversión de los corazones hacia una sana y correcta ecología integral, en que el valor de la persona humana se conjugue con el cuidado de las condiciones de vida de las comunidades rurales asentadas en las áreas marginales. Que la programación económica tenga como referencia la defensa de los pobres y de los sujetos más débiles del ciclo económico; que los trabajadores de la agricultura de las zonas rurales sean considerados destinatarios directos de significativas ayudas económico-financieras y de proyectos de recuperación y de promoción de la agricultura rural familiar.

A los Obispos y a los responsables de la Pastoral del Turismo les pedimos un compromiso conjunto, para que cada uno, en el propio territorio, asuma iniciativas concretas de ayuda a las actividades turísticas. Que los fieles y las parroquias respondan con solicitud y generosidad a las exigencias y necesidades de los trabajadores del turismo, hoy en dificultad, y juntos desarrollen redes de proximidad en las relaciones y en la ayuda apoyando el ingreso perdido. Que se construyan recorridos de uso turístico de las área rurales, en las que se conjugue respeto al medio ambiente y ocasiones de apoyo a los trabajadores turísticos locales.

Finalmente, expresamos nuestro más cordial agradecimiento a todos aquellos que, en este tiempo de prueba, han mostrado solidaridad y apoyo a quien vive del turismo, en particular en las zonas rurales. Con la ayuda de Dios, pongámonos todos en el mismo camino hacia un futuro mejor.

En el Vaticano, 6 de agosto de 2020, en la Fiesta de la Transfiguración del Señor

Peter K. A. Cardinale Turkson
Prefecto

[1] https://www.unwto.org/news/covid-19-world-tourism-remains-at-a-standstill-as-100-of-countries-impose-restrictions-on-travel
[2] Francisco, Homilía durante la Santa Misa en la Solemnidad de Pentecostés, 31 mayo 2020.
[3] Definición adoptada en la asamblea de la Asociación Italiana del Turismo Responsable, 9 octubre 2005.
[4] cf. Francisco, Carta encíclica Laudato si’, 18.

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