BUSCAR JUNTOS LOS CAMINOS DEL ENCUENTRO CON DIOS: PALABRAS DEL PAPA EN LA ENTREGA DE LOS PREMIOS RATZINGER (09/11/2019)

El Premio Ratzinger de teología es un premio anual otorgado por la Fundación Joseph Ratzinger – Benedicto XVI a las contribuciones más señaladas de cada año en el diálogo entre la fe y la razón. Fue instituido por Benedicto XVI en 2010 y es otorgado a personalidades académicas con una contribución notable en el campo de la teología. Este año el premio fue otorgado en una ceremonia en la Sala Clementina, este 9 de noviembre, al Prof. Charles Taylor y al P. Paul Béré, s.j. Reproducimos a continuación el texto completo pronunciado por el Papa Francisco, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas:

Me alegra entregar personalmente también este año los “Premios Ratzinger”. Es para mí una grata circunstancia. Ante todo expreso mi aprecio a las dos ilustres personalidades que nos han sido presentadas por el Cardenal Amato, Presidente del Comité Científico de la Fundación Joseph Ratzinger – Benedicto XVI. Saludo con reconocimiento al Prof. Charles Taylor y al P. Paul Béré, s.j., así como a sus familiares y admiradores, que los acompañan en este momento de fiesta, y a los responsables y amigos de la Fundación.

Pero también me alegra tener esta bella oportunidad para expresar una vez más mi estima y afecto por mi predecesor, el querido Papa Emérito Benedicto XVI.

Le estamos agradecidos por la enseñanza y el ejemplo que nos ha dado al servir a la Iglesia reflexionando, pensando, estudiando, escuchando, dialogando, orando, para que nuestra fe se conserve viva y consciente no obstante el cambio de los tiempos y de las situaciones, y para que los creyentes sepan dar cuenta de su fe con un lenguaje capaz de hacerse entender por sus contemporáneos y entrar en diálogo con ellos, para buscar juntos los caminos del encuentro con Dios en nuestro tiempo.

Este ha sido siempre el deseo intenso de Joseph Ratzinger, teólogo y pastor que nunca se ha encerrado en el ámbito de una cultura puramente conceptual y desencarnada, sino que nos ha dado el ejemplo de una búsqueda de la verdad en que razón y fe, inteligencia y espiritualidad, estén continuamente integradas. Todas las disciplinas y las artes concurren en tal sentido en dar su contribución al crecimiento del ser humano hacia su plenitud. Ésta, finalmente, se encuentra sólo en el encuentro con la persona viva de Jesucristo, el Logos encarnado, la revelación de Dios que es amor.

Estar y permanecer en diálogo activo con las culturas, que cambian con el paso del tiempo y se diversifican en las distintas partes del mundo, es un deber para la teología, pero es al mismo tiempo condición necesaria para la vitalidad de la fe cristiana, para la misión de evangelización de la Iglesia.

En esta perspectiva nuestros dos galardonados han ofrecido un notable aporte, que hoy reconocemos con admiración y gratitud.

En el curso de su larga vida de investigación, enseñanza y acción, el Prof. Taylor ha abarcado muchos campos, pero en particular ha dedicado el esfuerzo de su mente y de su corazón a comprender el fenómeno de la secularización en nuestro tiempo. Éste plantea efectivamente un gran desafío para la Iglesia Católica, aún más para todos los cristianos y podemos decir para todos los creyentes en Dios. El Papa Benedicto nos repitió muchas veces que la prioridad de su pontificado era volver a anunciar a Dios – el Dios de Jesucristo – en un tiempo en el que parece aparecer el ocaso en el horizonte de vastas áreas de la humanidad. Ahora, pocos estudiosos se han planteado el problema de la secularización con tal amplitud de miras como el Prof. Taylor. Estamos agradecidos, por la profundidad con la que lo ha abordado, analizando con atención el desarrollo de la cultura occidental, los movimientos del espíritu humano a lo largo del tiempo, individualizando las características de la modernidad en su compleja articulación, en las sombras y en las luces. Así nos ayuda a leer de una forma no reductiva las razones de los cambios ocurridos en la práctica religiosa; nos invita a intuir y a buscar caminos nuevos para vivir y expresar las dimensiones trascendentes del alma humana, las dimensiones espirituales en las que el Espíritu Santo sigue actuando aún cuando a primera vista no nos damos cuenta de ello. Todo esto nos permite confrontarnos con la secularización occidental de una manera no superficial o desalentada de manera fatalista. Y esto es necesario no sólo para una reflexión sobre la cultura de nuestro tiempo, sino sobre todo para un diálogo y un discernimiento en profundidad en su contexto, para asumir las actitudes adecuadas para vivir, dar testimonio, expresar, anunciar la fe en nuestro tiempo.

El P. Paul Béré es el primer africano que recibe el Premio Ratzinger y es un estimado estudioso de la Sagrada Escritura. Con este reconocimiento me alegra expresar mi aprecio y mi aliento a todos los que se esfuerzan por la inculturación de la fe en África con una contribución de estudio original y profunda. En los primeros siglos del cristianismo el África septentrional dio a la Iglesia figuras gigantescas – como Tertuliano, Cipriano, Agustín –, pero luego la difusión del Islam y más tarde siglos de colonialismo impidieron una verdadera inculturación africana del mensaje cristiano hasta la segunda mitad del siglo pasado. Por lo tanto la teología africana contemporánea es todavía joven, pero aparece dinámica y rica en promesas. El P. Béré nos da un ejemplo trabajando en la interpretación de los textos del Antiguo Testamento en un contexto de cultura “oral”, haciendo realidad la experiencia de las culturas africanas; como también esforzándose en el conocimiento, la comprensión y la recepción en el contexto africano de los Sínodos en los que ha participado.

En su gran Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, el Santo Papa Pablo VI afirmaba: «Evangelizar, para la Iglesia, es llevar la Buena Nueva a todos los estratos de la humanidad, y, con su influjo, transformar desde dentro, hacer nueva a la humanidad misma» (n. 18). Esto vale para todas las culturas: el acceso a las dimensiones de la humanidad en busca de redención se busca en todas las direcciones, con creatividad, con imaginación; debe expresarse con los lenguajes apropiados en todos los ámbitos y los espacios en que la humanidad vive sus penas, sus alegrías, sus esperanzas.

En este sentido, aunque los dos galardonados provienen de continentes y ámbitos culturales diferentes, su mensaje es mucho más similar de lo que aparece a primera vista. En la variedad de las culturas, en su diferenciarse en el tiempo y en el espacio, se puede y se debe siempre buscar y encontrar el camino de acceso a Dios y al encuentro con Cristo. Este ha sido y es el compromiso del Prof. Taylor y del P. Béré, esta es la misión de todos aquellos que, siguiendo la enseñanza del teólogo Joseph Ratzinger y Papa Emérito Benedicto XVI, se proponen ser “cooperadores de la Verdad”.

Deseo por tanto a los galardonados y a todos ustedes presentes que puedan continuar con entusiasmo y alegría por este camino. Gracias.

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