DI A TU PRÓJIMO “ESTOY CONTIGO” NO CON PALABRAS, SINO CON EL CORAZÓN: PALABRAS DEL PAPA A ACÓLITOS (30/07/2024)

La tarde de este 30 de julio, el Santo Padre Francisco recibió de manera extraordinaria, en la Plaza de San Pedro, a los más de 50 mil acólitos provenientes de 88 diócesis de 20 países del mundo que participan en la XIII Peregrinación Internacional de Acólitos. El Pontífice los alentó a que “conserven en su corazón y en su carne, como María, el misterio de Dios que está contigo, entonces serán capaces de estar con los demás de una manera nueva”. Compartimos a continuación, el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos muchachos y muchachas, buenas tardes. Guten Abend!

La Plaza de San Pedro siempre es hermosa, pero con ustedes es aún más bella. Muchas gracias por haber venido a Roma; quizá para alguno de ustedes es la primera vez. Willkommen!

Me llama la atención el tema de su peregrinación: “Contigo”. “Mit dir”. “With you”. “Avec toi”. ¿Saben por qué me llama la atención? Porque dice todo en dos palabras. Es bellísimo y deja espacio para la búsqueda, para encontrar los posibles significados.

Contigo. Es una expresión que encierra el misterio de nuestra vida, el misterio del amor. Cuando un ser humano es concebido en el vientre, la mamá le dice: “No tengas miedo, yo estoy contigo”. Pero misteriosamente también la madre siente que esa pequeña criatura le dice, a su mamá: “Estoy contigo”. Y esto, de manera distinta, es válido también para el papá.

Pensando en ustedes, y ahora mirándolos, este “contigo” se llena de nuevos significados. Quisiera decirles los que he encontrado más bellos e importantes.

Su experiencia de servicio en la Liturgia me hace pensar que el primer sujeto, el protagonista de este “contigo” es Dios. Jesús dijo: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20). Y esto se realiza al máximo en la Misa, en la Eucaristía: ahí el “contigo” se vuelve presencia real, presencia concreta de Dios en el Cuerpo y Sangre de Cristo. El sacerdote de suceder cada día este misterio entre sus manos; y también ustedes lo ven, cuando sirven al altar. Y cuando recibimos la santa Comunión, podemos experimentar que Jesús está “con nosotros” espiritual y físicamente. Él te dice: “Yo estoy contigo”, pero no con palabras, lo dice con ese gesto, con ese acto de amor que es la Eucaristía. Y también tú, en la Comunión, puedes decirle al Señor Jesús: “Yo estoy contigo”, no con palabras, sino con tu corazón y tu cuerpo, con tu amor. Precisamente gracias al hecho de que Él está con nosotros, también nosotros podemos estar realmente con Él.

Y aquí, queridos jóvenes, está el punto clave. Espero lograr hacerme entender: el “contigo” que podemos entregar a los demás. Así puede realizarse su mandamiento: “Ámense como yo los he amado”. Si tú, acólito, custodias en tu corazón y en tu carne, como María, el misterio de Dios que está contigo, entonces te vuelves capaz de estar con los demás en una manera nueva. También tú – gracias a Jesús, siempre es solo gracias a Él –también tú le puedes decir al prójimo “estoy contigo” pero no con palabras, sino con hechos, con gestos, con el corazón, con la cercanía concreta – no olviden la cercanía concreta – llorar con el que llora, alegrarse con el que se alegra, sin juicios, sin prejuicios, sin cerrazones, sin exclusiones. También contigo, que no me caes bien; contigo, que eres distinto a mí; contigo, que eres extranjero; contigo, por quien no me siento entendido; contigo, que nunca vienes a la iglesia; contigo, que dices no creer en Dios.

Muchachos, muchachas, qué gran misterio en estas palabras: ¡contigo! Gracias a quien la eligió y sobre todo gracias a ustedes por haber venido aquí, como peregrinos, a compartir la alegría de pertenecerle a Jesús, de ser servidores de su Amor, servidores de su Corazón herido que cura nuestras heridas, que nos salva de la muerte, que nos da la vida eterna.

Danke, liebe junge Freunde! Und einen guten Weg zusammen mit Jesus! Danke, vielen Dank! (¡Gracias, queridos jóvenes amigos! ¡Y un buen camino junto a Jesús! ¡Gracias, muchas gracias!)

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