CON EL EJEMPLO DE SANTA ROSALÍA DEN UN ROSTRO BELLO A PALERMO: MENSAJE DEL PAPA POR EL IV CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE LAS RELIQUIAS DE SANTA ROSALÍA (08/07/2024)

El Papa Francisco quiso unirse espiritualmente con un mensaje, fechado el pasado 29 de junio y enviado este 8 de julio, a los fieles de la Arquidiócesis de Palermo, que del 10 al 15 de julio celebran el cuarto centenario del descubrimiento de los restos de su patrona Santa Rosalía. En su mensaje, el Papa invita a sus fieles y devotos a “traducir su testimonio de fe y caridad hacia los demás en un estilo de vida evangélico” y a ser un “faro de esperanza” siguiendo su ejemplo. Compartimos a continuación, el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Al querido Hermano Mons. Corrado Lorefice
Arzobispo Metropolitano de Palermo

La feliz ocasión del IV Centenario del hallazgo del cuerpo de Santa Rosalía es una ocasión especial para unirme espiritualmente a ustedes, queridos hijos e hijas de la Iglesia de Palermo, que desea elevar al Padre celestial, fuente de toda gracia, la alabanza por el don de tan sublime figura de mujer y “apóstola”, que no dudó en acoger las pruebas de la soledad por amor a su Señor. Mi pensamiento deferente se dirige a ti, querido hermano Corrado, a las autoridades civiles y militares, como también saludo con afecto a los sacerdotes, a las religiosas y religiosos, a quienes pertenecen a las muchas Cofradías, a los movimientos laicales y a todos aquellos que en el curso de este Año Jubilar se han unido en la oración, aprendiendo de Santa Rosalía la pasión por los pobres y la fidelidad a la Buena Noticia.

“Per amore a Domini mei”, es el motivo que Santa Rosalía aduce al entregar su propia existencia y abandonar las riquezas del mundo. La vida del cristiano, tanto en los tiempos en que vivió nuestra Virgen eremita como en nuestros días, está constantemente marcada por la cruz; los cristianos son los que aman siempre, pero a menudo en circunstancias en las que el amor no es comprendido o incluso es rechazado. Aún hoy, se trata de una elección a contracorriente, pues los que siguen a Cristo están llamados a hacer suya la lógica del Evangelio, que es esperanza, que decide en su corazón hacer espacio al amor para darlo a los demás, para sacrificarlo en favor del hermano, para compartirlo con los que no lo han experimentado a causa de las “pestes” que afligen a la humanidad.

Ustedes, fieles y devotos de la “Santuzza”, como filialmente se dirigen a ella, son los herederos espirituales que deben traducir en un estilo de vida evangélico, su testimonio de fe y caridad hacia el prójimo. Como ella, ustedes den un bello rostro a su territorio, rico en cultura, historia y fe profunda, donde grandes mujeres y hombres han encontrado la fuerza para gastarse por el Evangelio y la justicia social. En la escuela de Santa Rosalía, renunciando a lo que es superfluo, no duden en ofrecerse con generosidad a los demás. Tengan fortaleza de espíritu para afrontar los desafíos que todavía obstaculizan el renacimiento de esta ciudad, cuyo camino está plagado por tantos problemas, y de ellos, algunos muy dolorosos. Miren con valentía a Aquel que es Misericordia, a cuyos ojos no son invisibles los sufrimientos de Su pueblo porque «hasta los cabellos de su cabeza están contados» (Mt 10, 30); Él conoce nuestras penas y está dispuesto a derramar el bálsamo de la consolación que sana y da renovados impulsos.

Con Rosalía, mujer de esperanza, los exhorto entonces: ¡Iglesia de Palermo, levántate! Sé faro de nueva esperanza, sé Comunidad viva que, regenerada por la sangre de los Mártires, da testimonio verdadero y luminoso de Cristo nuestro Salvador. Pueblo de Dios en esta franja de tierra bendita, no pierdas la esperanza y no cedas al desaliento. Vuelve a descubrir la alegría del asombro ante la caricia de un Padre que te llama hacia sí y te conduce por los caminos de la vida para saborear los frutos de la concordia y de la paz.

Deseo que este Año Jubilar Rosaliano, que está llegando a su conclusión, haya favorecido sobre todo un nuevo florecimiento espiritual inserto en el camino iniciado por su Comunidad eclesial; por tanto, los invito a ponerse con docilidad a la escucha del Espíritu Santo para que puedan realizar una copiosa estación pastoral, dispuestos a expandir el perfume de la acogida y de la misericordia.

Entreguen a su Santa Patrona los deseos y aspiraciones que llevan en el corazón; pídanle a ella, mujer del silencio orante, que disipe los temores y venza las resignaciones que sofocan las raíces del bien, para que sean audaces discípulos del Maestro y constructores de esperanza.

Con tales sentimientos, mientras invoco la intercesión de los santos y santas que coronan la Iglesia siciliana, los encomiendo a la protección de la Virgen María, y con gusto les imparto mi bendición, confiando en su oración por mí.

Fraternalmente,

Roma, desde San Juan de Letrán, 29 de junio 2024
Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, Apóstoles

FRANCISCO

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