LA MISERICORDIA ES LA ÚNICA RESPUESTA DEL CRISTIANO: REGINA COELI DEL 19/04/2020

La misericordia cristiana fue el centro de la reflexión del Papa Francisco previamente a la oración del Regina Coeli este 19 de abril, segundo domingo de Pascua, Fiesta de la Divina Misericordia, que fue instituida hace 20 años por San Juan Pablo II. En la Iglesia del Espíritu Santo en Sassia, transformada en santuario de la misericordia, donde además celebró la Santa Misa, el Papa Francisco llamó a las naciones a afrontar la crisis con solidaridad. Compartimos a continuación, el texto de su breve alocución, traducida del italiano:

Queridos hermanos y hermanas:

En este Segundo Domingo de Pascua, ha sido significativo celebrar la Eucaristía aquí, en la iglesia del Santo Espíritu en Sassia, que San Juan Pablo II deseó como Santuario de la Divina Misericordia. La respuesta de los cristianos en las tempestades de la vida y de la historia no puede ser otra que la misericordia: el amor compasivo entre nosotros y hacia todos, especialmente hacia quien sufre, a quien está fatigado, a quien está abandonado… No pietismo, no asistencialismo, sino compasión, que viene del corazón. Y la misericordia divina viene del Corazón de Cristo, de Cristo Resucitado. Brota de la herida siempre abierta de su costado, abierta por nosotros, que siempre necesitamos se perdón y de consuelo. Que la misericordia cristiana inspire también el justo compartir entre las naciones y sus instituciones, para afrontar la crisis actual de forma solidaria.

Dirijo una felicitación a los hermanos y hermanas de las Iglesias de Oriente que hoy celebran la Fiesta de Pascua. Juntos anunciamos: «¡De verdad el Señor ha resucitado!» (Lc 24, 34). Sobre todo en este tiempo de prueba, ¡sintamos ese gran don y la esperanza que nace de haber resucitado con Cristo! En particular, me alegro con las comunidades católicas orientales que, por motivos ecuménicos, celebran la Pascua junto con las ortodoxas: que esta fraternidad sea de consuelo allá donde los cristianos son una pequeña minoría.

Con alegría pascual nos dirigimos ahora a la Virgen María, Madre de Misericordia.

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