QUE MARÍA NOS GUÍE EN LA FE Y LA FRATERNIDAD: ÁNGELUS DEL 25/03/2018

María, “camina con nosotros y guía a las nuevas generaciones en su peregrinaje de fe y fraternidad”, oró el Papa Francisco, quien encomendó a la Virgen María el Sínodo de los jóvenes de octubre y la JMJ de enero de 2019 en la ciudad de Panamá. Antes del Ángelus, al finalizar la misa de este “Domingo de Ramos” de la Pasión de Cristo, y de la Jornada Mundial de la Juventud 2018 (a nivel diocesano) este 25 de marzo, en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco dio la bienvenida a una delegación de 305 jóvenes que participaron en la encuentro pre-sinodal en Roma y a los 15,000 jóvenes que participaron a través de las redes sociales. Reproducimos a continuación el texto completo de su breve alocución, traducido del italiano:

Lo han visto: hoy no se puede concebir a un joven que no haga una “selfie”… y lo hicieron. ¡Estuvieron bien!

Antes de concluir esta celebración, deseo saludar a todos ustedes, romanos y peregrinos, que han participado, especialmente a los jóvenes provenientes de diferentes partes del mundo, y también a aquellos - cerca de 15 mil - que participaron unidos virtualmente: ¡los saludo a todos! Pensando con gratitud en mi reciente viaje a Perú, saludo con afecto a la comunidad peruana presente en Italia.

La Jornada Mundial de la Juventud de este día, que se desarrolla a nivel diocesano, es una etapa importante en el camino hacia el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento en el próximo mes de octubre, como también en el recorrido de preparación de la Jornada internacional, que se desarrollará en Panamá en enero del 2019. En este itinerario nos acompañe el ejemplo y la intercesión de María, la joven de Nazareth que Dios eligió como Madre de su Hijo. Ella camina con nosotros y guía a las nuevas generaciones en su peregrinaje de fe y de fraternidad.

María nos ayude a todos a vivir bien la Semana Santa. De ella aprendemos el silencio interior, la mirada del corazón, la fe amorosa para seguir a Jesús en el camino de la cruz, que conduce a la luz gozosa de la Resurrección.

Y antes de recitar el Ángelus quiero agradecer de verdad al Cardenal Baldisseri, a Mons. Fabene y a toda la Secretaría del Sínodo y a todos los colaboradores que ayudaron tanto en esta semana: ¡Muchas gracias!

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