ESA NOCHE PERDIERON TODO, EXCEPTO A DIOS: PALABRAS DEL PAPA A LAS CLARISAS DE PAGANICA (26/04/2021)

Entre las audiencias del Santo Padre de este 26 de abril por la mañana, destaca el encuentro que ha tenido con las Clarisas de la aldea italiana llamada Paganica, situada en la ciudad L’Aquila, donde hace 12 años tuvo lugar un devastador terremoto que destruyó por completo su monasterio y en el que la Abadesa, Madre Gemma Antonucci, murió bajo los escombros y otras hermanas resultaron heridas. Recordando este trágico episodio, el Papa Francisco aseguró ante las hermanas que “Dios las sacó fortalecidas de esa tragedia y, como el grano de trigo que debe morir para dar fruto, así fue también para su comunidad monástica”. De hecho, les dijo que, aunque por un lado “experimentaron un gran dolor”, por otro “experimentaron el cuidado amoroso del Padre celestial y la solidaridad de muchas personas”. A continuación, el texto del mensaje, traducido del italiano:

Queridas hermanas:

Estoy contento de darles la bienvenida y las saludo de todo corazón a todas y a cada una. Les agradezco el apoyo que me dan con la oración, y en particular por el regalo del cirio pascual para la Capilla de Casa Santa Marta, decorado por ustedes. A través de este símbolo de Cristo luz del mundo, están presentes espiritualmente en las celebraciones que se realizan en esa Capilla.

Su comunidad de Paganica, localidad de L'Aquila, vivió la tragedia del terremoto de 2009, durante la cual su monasterio quedó destruido, murió bajo los escombros la Abadesa Madre Gemma Antonucci y otras hermanas resultaron heridas. Sin embargo, de ese drama Dios las hizo salir fortalecidas y, como el grano de trigo que debe morir para dar fruto, así fue también para su comunidad monástica. Experimentaron un gran dolor, pero también el cuidado amoroso del Padre celestial y la solidaridad de muchas personas.

Aquella noche perdieron todo, menos a Dios y la fraternidad. A partir de estos dos puntos firmes volvieron a empezar con valentía. Al principio se establecieron en una estructura provisional y, diez años después del terremoto, regresaron al monasterio, reconstruido y restaurado. Ahora su comunidad es floreciente, formada por doce monjas, todas jóvenes. Este es el mensaje que dieron a la gente: frente a la tragedia es necesario volver a empezar desde Dios y desde la solidaridad fraterna. ¡Les agradezco mucho por esto!

Queridas hermanas, no se cansen de ser presencia orante y consoladora para apoyar a la población, duramente probada por la terrible experiencia y todavía necesitada de consuelo y ánimo. Que el ejemplo de la Beata Antonia les ayude a ser siempre mujeres pobres y alegres por amor a Cristo pobre. Fieles al carisma recibido de Santa Clara y San Francisco, respondan con generosidad al deseo que Dios ha puesto en su corazón, viviendo su vida de mujeres consagradas en total adhesión al Evangelio.

¡Les agradezco por esta visita! Invoco sobre su camino la luz y la fuerza del Espíritu Santo y las acompaño con la Bendición Apostólica, que de corazón les imparto. Y, por favor, sigan orando por mí y por toda la Iglesia. ¡Gracias!

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