SEAN ARTESANOS DEL FUTURO: PALABRAS DEL PAPA EN EL ENCUENTRO CON LOS TRABAJADORES EN TURÍN (21/06/2015)

El primer encuentro de Francisco en Turín fue con el mundo laboral a través de tres de sus representantes -una trabajadora, un agricultor y un empresario, que contaron sus experiencias al Pontífice. El Papa recordó luego a todos que el trabajo "no solo es necesario para la economía, sino para la persona humana, para su dignidad, su ciudadanía y su inclusión social". El Obispo de Roma instó a decir "no" a fenómenos como la idolatría del dinero, la mafia o la corrupción, tan extendida "que parece una actitud". Reproducimos a continuación, el texto completo que el Papa leyó a los trabajadores, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Saludo a todos ustedes, trabajadores, empresarios, autoridades, jóvenes y familias presentes a este encuentro y les agradezco por sus intervenciones de las que emerge el sentido de responsabilidad de frente a los problemas causados por la crisis económica y por haber dado testimonio de que la fe en el Señor y la unidad de la familia son de gran ayuda y sostén.

Mi visita a Turín inicia con ustedes. Y ante todo expreso mi cercanía a los jóvenes desempleados, a las personas en casas precarias; pero también a los empresarios, a los artesanos y a todos los trabajadores de varios sectores, sobre todo a aquellos que más se fatigan en ir adelante.

El trabajo no es necesario sólo para la economía, sino para la persona humana, para su dignidad, para su ciudadanía y también para la inclusión social. Turín es históricamente un polo de atracción laboral, pero hoy resiente fuertemente la crisis. Falta el trabajo, han aumentado las desigualdades económicas y sociales, muchas personas son empobrecidas y tienen problemas con la casa, la salud, la instrucción y otros bienes primarios. La inmigración aumenta la competencia, pero los inmigrantes no son los culpables, porque son víctimas de la iniquidad, de esta economía que descarta y de la guerra. Hace llorar ver el espectáculo de estos días, en los que los seres humanos son tratados como mercancía.

En esta situación estamos llamados a decir "no" a una economía del descarte, que pide resignarse a la exclusión de aquellos que viven en la pobreza absoluta, en Turín cerca de una décima parte de la población. Se excluye a los niños (natalidad cero), se excluye a los ancianos y ahora se excluye a los jóvenes (más del 40% de los jóvenes están desempleados) Aquello que no produce se excluye a la manera de "usar y tirar".

Estamos llamados a decir "no" a la idolatría del dinero, que empuja a entrar a cualquier costo en el número de los pocos que, ocupando la crisis, se arriesgan, sin ocuparse de tantos que se empobrecen, en ocasiones hasta el hambre.

Estamos llamados a decir "no" a la corrupción, tan difundida que parece ser una actitud, un comportamiento normal. Pero no sólo de palabra, sino con los hechos. "No" a la complicidad mafiosa, a los arreglos, a los sobornos y cosas de ese estilo.

Y sólo así, uniendo las fuerzas, podemos decir "no" a la iniquidad que genera violencia. Don Bosco nos enseña que el mejor método es el preventivo: también el conflicto social se previene y esto se hace con la justicia.

En esta situación, que no es sólo de Turín, o italiana, es global y compleja, no se puede sólo esperar la "respuesta""esperamos la respuesta..."-. El trabajo es fundamental – lo declara justo al inicio la Constitución Italiana – y es necesario que toda la sociedad, en todos sus componentes, colabore para que eso sea para todos y haya un trabajo digno del hombre y la mujer. Esto requieres un modelo económico que no esté organizado en función del capital y de la producción sino ante todo en función del bien común. Y, a propósito de las mujeres – ella lo ha dicho (la trabajadora que intervino) – sus derechos deben ser tutelados con fuerza, porque las mujeres, que también llevan el mayor peso en el cuidado de la casa, de los hijos y de los ancianos, son todavía discriminadas, también en el trabajo.

Es un desafío muy comprometedor, de afrontar con solidaridad y mirada amplia; y Turín está llamado a ser una vez más protagonista de una nueva estación de desarrollo económico y social, con su tradición manufacturera y artesanal – pensemos, en el relato bíblico, que Dios ha sido, precisamente, un artesano... Ustedes están llamados a esto: manufactura y artesanías – y al mismo tiempo con la investigación y la innovación.

Para esto se necesita invertir con valor en la formación, buscando de invertir la tendencia que ha visto disminuir en los últimos tiempos en nivel medio de instrucción, y a muchos jóvenes abandonar la escuela. Ella (la trabajadora) iba a la escuela por la tarde para poder salir adelante...

Hoy quisiera unir mi voz a la de tantos trabajadores y empresarios en pedir que pueda realizarse también un "pacto social y generacional", como ha indicado la experiencia del "Ágora", que se está llevando adelante en el territorio de la diócesis. Poner a disposición datos y recursos, en la perspectiva de "hacer juntos", es condición preliminar para superar la actual difícil situación y para construir una nueva identidad y adecuada a los tiempos y exigencias del territorio. Es justo el tiempo de reactivar una solidaridad entre las generaciones, de recuperar la confianza entre los jóvenes y los adultos. Esto implica también abrir posibilidades concretas de crédito para nuevas iniciativas, activar una orientación constante y acompañamiento al trabajo, sostener el aprendizaje y la conexión entre las empresas, las escuelas profesionales y las Universidad.

Me ha gustado mucho que ustedes tres han hablado de la familia, de los hijos y de los abuelos. ¡No olviden esta riqueza! Los hijos son la promesa de ir adelante: este trabajo que han señalado, que han recibido de sus antepasados. Y los ancianos son la riqueza de la memoria. Una crisis no puede ser superada, no podemos salir de la crisis sin los jóvenes, los niños, los hijos y los abuelos. Fuerza para el futuro y memoria del pasado que indica hacia dónde se debe andar. No descuiden esto, por favor. Los hijos y los abuelos son la riqueza y la promesa de un pueblo.

En Turín y en su territorio existen ahora notables potencialidades de invertir para la creación de trabajo: la asistencia es necesario, pero no es suficiente: se necesita promoción que regenere confianza en el futuro.
Estas son algunas de las principales cosas que deseaba decirles. Añado una palabra que no quisiera que fuera retórica, por favor: ¡coraje! No significa paciencia, resígnense. No, no, no significa esto. Sino al contrario, significa, atrévanse, sean valerosos, vayan adelante, sean creativos, sean "artesanos" todos los días, artesanos del futuro. Con la fuerza de aquella esperanza que da el Señor y no decepciona jamás. Pero que también necesita de nuestro trabajo. Por esto rezo y los acompaño con todo el corazón. El Señor los bendiga a todos y la Virgen los proteja. y, por favor, les pido que oren por mí. ¡Gracias!

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