NO SE DEJEN ROBAR LA ESPERANZA: PALABRAS DEL PAPA EN EL ENCUENTRO CON LOS JÓVENES EN BOSNIA (06/06/2015)

Hemos visto que la realidad de los jóvenes de Bosnia y Herzegovina es muy diferente a la de nuestras ciudades y pueblos. Sin embargo, a nivel global, tienen un común denominador, tal como lo indicó el Papa en diversas ocasiones en que pidió que "no se dejen robar la esperanza". El Papa Francisco finalizó su visita a Bosnia y Herzegovina encontrándose con los jóvenes a los que respondió espontáneamente varias preguntas que le realizaron, dejando de lado el discurso que llevaba preparado. Compartimos a continuación, las respuestas del Papa a los jóvenes, traducidas al español:

PREGUNTA: (Habiendo escuchado que el Papa no ve televisión desde hace 20 años, pregunta por la razón de esta elección)

PAPA: Te respondo así: no puedo responder sin mirar a la persona...

Sí, desde mediados de los años 90, sentí una noche que eso no me hacía bien, me alienaba, me llevaba... y decidí no mirarla.

Cuando quería ver una buena película, iba al centro de televisión del arzobispado y la veía allí. Pero sólo la película... La televisión en cambio me alienaba y me sacaba fuera de mí: no me ayudaba. Por supuesto, yo soy de la edad de piedra, ¡soy antiguo!

Y nosotros ahora –entiendo que los tiempos han cambiado– vivimos en la época de la imagen. Y esto es muy importante. Y en la época de la imagen hay que hacer lo que se hacía en la época de los libros: elegir lo que me hace bien. De esto se derivan dos cosas. Primero: la responsabilidad que tienen los centros de televisión en hacer programas que ayuden, que sean buenos para los valores, que construyan la sociedad, que nos lleven hacia delante, que no nos tiren abajo. Y luego hacer programas que ayuden a que los valores, los verdaderos valores, sean cada vez más fuertes y nos preparen para la vida. Esta es la responsabilidad de los centros de televisión. Segundo: saber elegir los programas, y esta es una responsabilidad nuestra. Si veo que un programa no es bueno para mí, me echa por tierra los valores, me hace ser vulgar, incluso con cosas sucias, tengo que cambiar de canal. Como se hacía en mi época de la piedra: cuando un libro era bueno, lo leías; cuando un libro te hacía daño, lo tirabas. Y luego hay un tercer punto: el punto de la fantasía mala, la fantasía que mata el alma. Si tú, que eres joven, vives conectado al ordenador y te conviertes en un esclavo del ordenador, pierdes la libertad. Y si tú buscas en el ordenador programas sucios, pierdes la dignidad.

Ver la televisión, usar el ordenador, pero para cosas buenas, cosas grandes, cosas que nos hagan crecer. ¡Esto es bueno! Gracias.

PREGUNTA: Querido Santo Padre, estoy aquí, en este centro San Juan Pablo II y yo quería preguntarle si usted ha sentido la alegría y el amor que todos estos jóvenes de Bosnia y Herzegovina tienen por su persona.

PAPA: Si te digo la verdad, cuando me encuentro con los jóvenes siento la alegría y el amor que tienen. No sólo por mí, sino por los ideales, por la vida. ¡Quieren crecer! Pero vosotros tenéis una particularidad: vosotros sois –creo– la primera generación después de la guerra. Vosotros sois las flores de una primavera, como ha dicho Mons. Semren: flores de una primavera que quieren ir adelante y no volver a la destrucción, a las cosas que nos hacen enemigos unos de otros. Yo encuentro en vosotros ese querer y ese entusiasmo. Y esto es nuevo para mí. Veo que no quieren la destrucción: no quieren ser enemigos unos de otros. Quieren caminar juntos, como ha dicho Nadežda. ¡Y esto es maravilloso! Veo en esta generación, también en ustedes, en todos ustedes –estoy seguro de ello. Miren en su interior...– Veo que tienen la misma experiencia de Darko. No somos "ellos y yo", somos "nosotros". Queremos ser "nosotros", para no destruir la patria, para no destruir el país. Tú eres musulmán, tú judío, tú ortodoxo, tú católico... pero somos "nosotros". ¡Esto es construir la paz! Y esto pertenece a su generación, y es su alegría.

Tienen una gran vocación. Una gran vocación: no construir nunca muros, sólo puentes. Y esta es la alegría que encuentro en vosotros. Gracias.

PREGUNTA: Santo Padre, también yo estoy aquí como voluntaria, en este centro. ¿Qué nos puede decir?, ¿cuál es su mensaje por la paz para todos nosotros los jóvenes?

PAPA: En esta respuesta, repito un poco lo que he dicho antes. Todo el mundo habla de la paz: algunas personas poderosas hablan y dicen cosas bonitas sobre la paz, pero por debajo venden armas. De ustedes espero honestidad, honestidad entre lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen: las tres cosas juntas. Lo contrario se llama hipocresía. Hace años vi una película sobre esta ciudad, no recuerdo el título, pero la versión alemana –la que vi– se llamaba "Die Brücke" ("El Puente"). No sé cómo se llama en su idioma... Y allí ví cómo el puente siempre une. Cuando el puente no se usa para que uno vaya hacia el otro, sino que es un puente prohibido, se convierte en la ruina de una ciudad, la ruina de una existencia. Por eso, de ustedes, de esta primera generación de la posguerra, espero honestidad y no hipocresía. Unión, construir puentes, pero dejar que se pueda ir de una parte a la otra. Esta es la fraternidad.

PALABRAS TRAS EL INTERCAMBIO DE REGALOS

Ustedes, las flores de primavera de la posguerra, construyan la paz; trabajen por la paz. Todos juntos. ¡Todos juntos! ¡Que este sea un país de paz!
"Mir Vama!": ¡Recuérden bien esto!

Que el Señor los bendiga. Yo los bendigo de corazón y pido al Señor que los bendiga a todos. Y, por favor, recen por mí.

SALUDO FINAL DEL PAPA:

Buenas tardes a todos. "Mir Vama!": éste es el encargo que les dejo. Construir la paz, todos juntos.
Estas palomas son un signo de paz, la paz que nos traerá la alegría. Y la paz se hace entre todos, entre todos: musulmanes, judíos, ortodoxos, católicos y otras religiones. Todos somos hermanos. Todos adoramos al único Dios.

Nunca, nunca separación entre nosotros. Fraternidad y unión.

Ahora me despido y les pido, por favor, que recen por mí. Que el Señor los bendiga.

"Mir Vama!".

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