LAS ENSEÑANZAS DEL CONCILIO INSPIRAN LA ARQUITECTURA SACRA: MENSAJE DEL PAPA A LAS ACADEMIAS PONTIFICIAS (14/03/2023)
Al querido Hermano
Card. José Tolentino de Mendonça
Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación
Presidente del Consejo de Coordinación entre las Academias Pontificias
En ocasión de la XXVI solemne Sesión Pública de las Academias Pontificias, me alegra dirigir a usted, Señor Cardenal, los mejores deseos por el servicio de Presidente del Consejo de Coordinación entre las Academias Pontificias. De hecho, con el nombramiento de Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, usted asumió también tal tarea, para desempeñarla en el espíritu y según las indicaciones de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium (cf. Art. 162). Deseo al mismo tiempo expresar mi gratitud al Cardenal Gianfranco Ravasi, que durante quince años presidió el Consejo de Coordinación, dando un notable impulso a la vida de las Academias Pontificias y valorando las Sesiones Públicas. Saludo, entonces, con vivo reconocimiento a los ilustres presidentes y miembros presentes, así como a las distinguidas autoridades y a cuantos participan en el tradicional encuentro, en el cual, por turnos, cada Academia presenta una temática referente a su ámbito de actividad.
La presente sesión pública tiene como protagonista a la Pontificia e Insigne Academia de Literatura y Artes de los virtuosos en el Pantheon, la más antigua de las instituciones representadas en el Consejo. El Presidente, el Prof. Pio Baldi, y los Académicos solicitaron, para esta edición del Premio, las propuestas de quienes, por distintas razones, se ocupan de la arquitectura sacra y por tanto de proyección, preparación, adecuación litúrgica, reestructuración y reutilización de los espacios destinados al culto, teniendo en cuenta las nuevas exigencias y el lenguaje arquitectónico contemporáneo.
El tema es cuanto más significativo y actual, porque está siempre vivo, y algunas veces incluso animado, el debate sobre las propuestas de renovación de la arquitectura sacra, que tiene la ardua tarea de crear, sobre todo en los nuevos barrios, tanto en las periferias de las ciudades como en los pequeños centros urbanos, espacios adecuados en que la comunidad cristiana pueda celebrar dignamente la Santa liturgia según las enseñanzas del Concilio Vaticano II.
Sabemos bien lo importante que es el ambiente celebrativo para favorecer la oración y el sentido de comunión: el espacio, la luz, la acústica, los colores, las imágenes, los símbolos, el mobiliario litúrgico constituyen elementos fundamentales de esa realidad, de ese evento, humano y divino al mismo tiempo, que es precisamente la liturgia.
Quisiera, por ello, referirme a la reciente Carta Apostólica Desiderio desideravi, dedicada precisamente a la formación litúrgica del Pueblo de Dios, para subrayar dos aspectos que pueden ciertamente tener valor también para la problemática arquitectónica y artística. En primer lugar es esencial reencontrar el lenguaje simbólico y ser capaces de comprenderlo: «Haber perdido la capacidad de comprender el valor simbólico del cuerpo y de toda criatura hace que el lenguaje simbólico de la liturgia sea casi inaccesible para el hombre moderno. No se trata, sin embargo, de renunciar a tal lenguaje: no es posible renunciar a él porque es lo que la Santísima Trinidad eligió para alcanzarnos en la carne del Verbo. Se trata, más bien, de recuperar la capacidad de colocar y comprender los símbolos de la Liturgia» (n. 44).
Otro aspecto esencial es el de la inspiración de la creatividad artística y arquitectónica, que en la visión cristiana surge precisamente de la vida litúrgica, de la acción del Espíritu y no sólo de la subjetividad humana: «Es necesario – continúa la Carta Apostólica – conocer cómo el Espíritu Santo actúa en cada celebración: el arte de celebrar debe estar en sintonía con la acción del Espíritu. Solo así estará libre de subjetivismos [...] y de culturalismos [...]. A un artesano le basta la técnica; a un artista, además de los conocimientos técnicos, no puede faltarle la inspiración, que es una forma positiva de posesión: el artista, el verdadero, no posee un arte, es poseído por él» (nn. 49-50).
Acogiendo ahora las propuestas que las Pontificias Academias formularon para el Premio de la presente edición, me alegra otorgar, con la Medalla de oro del Pontificado, el premio de las Pontificias Academias al Studio OPPS, por una intervención de reorganización y adecuación litúrgica de la capilla de la Fundación de los Santos Francisco de Asís y Catalina de Siena en Roma.
Con placer otorgó además la Medalla de plata del Pontificado a la Arquitecta Federica Frino, por el proyecto de la nueva iglesia de Santo Tomás en Pontedera.
Querido Hermano, le deseo a usted y a cada uno de los Académicos, un esfuerzo fructífero en los respectivos ámbitos de investigación y servicio y, encomendándonos a la maternal protección de la Virgen María, Templo y Arca de la Nueva Alianza, me encomiendo a sus oraciones y de corazón les imparto a ustedes y a todos los presentes la Bendición Apostólica.
Desde el Vaticano, 14 de marzo 2023
FRANCISCO
Comentarios