DEDIQUEMOS TIEMPO A AMAR A LOS QUE SUFREN POR LAS GUERRAS, VIOLENCIA Y POBREZA: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DE LA ASOCIACIÓN PRO PETRI SEDE (24/02/2023)
Queridos amigos, buenos días y bienvenidos:
Agradezco por sus palabras al Capellán general y estoy contento de recibirlos nuevamente a todos ustedes, queridos miembros de la Asociación Pro Petri Sede, en ocasión de su peregrinación bianual a Roma. Han venido para refrescarse espiritualmente en la tumba de San Pedro y para tomar de las fuentes vivas de la iglesia el amor de cristo que se entrega incesantemente por nosotros. Que el testimonio del Apóstol, tan humano y tan lleno de la gracia de Dios, suscite en ustedes el impulso generoso y misionero de la Iglesia de los orígenes.
La peregrinación es también el momento en que traen sus generosas ofrendas en apoyo de la preocupación pastoral del Papa y de las obras caritativas de la Santa Sede en el mundo. Ustedes son aún hoy testigos de la generosidad y la caridad que animaban los corazones de sus predecesores, que no tuvieron miedo de gastar la vida por amor a la Iglesia. Hoy el llamado a entregarse por amor a nuestros hermanos y hermanas no es menos urgente: muchos de ellos sufren a causa de la guerra, la violencia, la exclusión, la pobreza material y espiritual. Y es significativo que su peregrinación coincida con el inicio de la Cuaresma, tiempo favorable que nos llama a convertirnos para pasar de la esclavitud del egoísmo a la libertad de amar y servir a Dios y a los hermanos.
Leyendo los Hechos de los Apóstoles, vemos cómo en la iglesia naciente la generosidad de los cristianos se manifestaba entre ellos y hacia la comunidad con gran solidaridad. Eran capaces de poner todo en común para sostener a los hermanos y hermanas más frágiles. Habían entendido que eran los administradores temporales de sus bienes: en efecto, todo lo que poseemos es don de Dios y debemos dejarnos iluminar por Él en la gestión de los bienes recibidos. Su espíritu, fuente de generosidad, nos impulsará siempre a dar a quien lo necesita, a combatir la pobreza con lo que Él nos da. Porque el señor nos da en abundancia para que a nuestra vez podamos darnos a nosotros mismos.
Queridos hermanos y hermanas, pongamos en práctica la llamada a obrar el bien hacia todos, tomándonos el tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quien es discriminado y marginado.
Queridos amigos, deseo expresarles mi reconocimiento por su fiel apoyo a mi ministerio de Sucesor de Pedro y les agradezco en particular por el regalo del retrato que uno de sus miembros tuvo la gentileza de realizar y ofrecerme. Encomiendo a cada uno de ustedes y a sus familias, así como a todos los miembros de su Asociación, a la intercesión de la Virgen María y de San Pedro y de corazón los bendigo. Y, por favor, no se olviden de orar por mí. Gracias.
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